Mientras este fin de semana salieron de servicio la termoeléctrica Antonio Guiteras y la planta de Mariel, con el consecuente agravamiento de los apagones en Cuba, el Gobierno de China envió un segundo lote del donativo de piezas y accesorios para los grupos electrógenos del depauperado sistema eléctrico cubano, como parte acuerdos alcanzados entre ambas partes que incluyen la financiación de parques fotovoltaicos por parte del país asiático en la Isla, informó el medio digital oficialista Cubadebate.
La llegada del donativo, prevista para la tarde de este lunes a La Habana, sucede poco después de que, este sábado, se produjera de manera imprevista la salida del sistema de la principal termoeléctrica del país, la Antonio Guiteras, ubicada en Matanzas. Según dijo Rubén Campos, director de la entidad, a la Agencia Cubana de Noticias, la parada se produjo "por un salidero de aceite en un sistema tecnológico".
"Teníamos una parada planificada de cuatro días a partir del lunes, pero se adelantó de imprevisto y emprenderemos acciones importantes como cambio de válvulas, limpieza de calentadores de aire, de condensadores, y otras en función de aprovechar el tiempo para dar mantenimiento, como es habitual en estos casos", agregó.
Así, con las plantas termoeléctricas en un deterioro continuado y para el que el régimen no tiene solución, las autoridades cubanas apelan, con la financiación china, al fomento de las energías renovables, particularmente a los paneles solares. En tal sentido, ambos gobiernos acordaron recientemente un proyecto de inversión en este tema que prevé la instalación de siete parques fotovoltaicos de cinco megavatios cada uno, en seis provincias cubanas.
En un plazo de menos de siete meses se prevé el arribo, por vía marítima, de los componentes para su montaje, según el acuerdo. La futura operatividad de esos parques fotovoltaicos representará para la Isla, según el cálculo optimista de las autoridades cubanas, un ahorro anual de 18.000 toneladas de combustibles, lo que equivale a siete millones de dólares.
Según la agencia estatal Prensa Latina, estas acciones se enmarcan en los acuerdos entre el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel y su homólogo chino, XI Jinping, en áreas como el diálogo político y la promoción conjunta de las iniciativas de la Franja y la Ruta, así como la ejecución de proyectos en energía, transporte, seguridad alimentaria, informatización de la sociedad, industria, comercio, entre otros. Buena parte de estos acuerdos se han visto obstaculizados por los frecuentes impagos de La Habana y por la poca confianza que ofrece la economía cubana a los inversores chinos.
En cuanto a las relaciones Cuba-China y la importancia de estos acuerdos, la economista Rafaela Cruz escribió en un artículo publicado por este diario: "Cuba aporta muy poco valor geoestratégico a la política exterior China y, por lo tanto, no están aquellos interesados en subsidiar un mandarinato en el mar Caribe. Lo que sí están deseando es comprar minerales y azúcar y derivados, el problema es que Cuba, dado ese ineficiente modelo productivo que el castrismo no quiere reformar, tiene cada vez menos para ofrecer, y por ello no ha podido aprovechar su "amistad" con los autócratas del Partido Comunista de China (PCCH), perdiendo así la oportunidad histórica de aprovechar el crecimiento de aquel país durante este siglo".
