En 2023, 3.897 mujeres fueron víctimas de feminicidio en Latinoamérica y el Caribe, lo que representa al menos 11 asesinatos por razones de género cada día en la región, según datos publicados este viernes por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que incluyó por primera vez cifras de Cuba que no reflejan la dimensión real de la violencia machista en la Isla.
Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe del organismo internacional, 3.877 feminicidios se produjeron en América Latina y los 20 restantes, en el Caribe.
En Latinoamérica, Honduras (7,2 casos por cada 100.000 mujeres), República Dominicana (2,4) y Brasil (1,4) registraron las mayores tasas de femicidios. Cuba aparece con 1,1 por delante de Haití (0,2) y Chile (0,4), estos dos últimos países con los menores índices.
Sin embargo, teniendo en cuenta los 89 casos reportados por los observatorios de género de Alas Tensas y Yo Sí Te Creo en Cuba en 2023 y que estas plataformas independientes han insistido en que son un subregistro, la tasa pasaría de 1,70, la tercera tasa más alta en la región, solo por detrás de Honduras y República Dominicana.
De acuerdo con un reporte de EFE, en Perú, Argentina, Uruguay, Costa Rica y República Dominicana las cifras se han mantenido estables entre 2015, 2020 y 2023, mientras que Paraguay es el país que presenta una mayor diferencia, con un aumento de 0,7 puntos porcentuales desde 2015.
La mayoría de muertes por razón de género en la región ocurrieron en el ámbito de las relaciones de pareja vigentes o finalizadas, y gran parte de sus víctimas tenían entre 30 y 59 años (56,4%), mientras que el 20,3% de los casos correspondió a mujeres jóvenes de entre 15 y 29 años. En mujeres mayores de 60 años la cifra es del 9,5%, y en niñas menores de 14 años alcanza el 3,4%.
Respecto a las consecuencias de los feminicidios para las personas dependientes de las víctimas (hijos, hijas y otras personas a cargo), en los siete países que en 2023 informaron sobre esta variable (Argentina, Chile, Costa Rica, Cuba, Paraguay, República Dominicana y Uruguay) se registran 488 víctimas indirectas.
En la actualidad, todos los países y territorios de América Latina y el Caribe cuentan con leyes dirigidas a prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, pero la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo una realidad persistente y extendida en América Latina y el Caribe y una grave vulneración a sus derechos humanos, alertó la CEPAL.
Las encuestas nacionales revelan que entre el 63% y el 76% de las mujeres han experimentado algún tipo de violencia por razón de género en algún ámbito de su vida y, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada cuatro mujeres en la región ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de su pareja al menos una vez en su vida.
El análisis de los datos de victimización entre 2022 y diciembre de 2023, recogidos en el estudio Explorando futuros posibles para la democratización en Cuba, del proyecto Cubadata, reveló un preocupante aumento en diversas formas de violencia en Cuba, destacándose la violencia de género.
Un 9,3% de los encuestados dijo que él/ella o alguien dentro del hogar fue víctima de violación sexual, un 4,3% más que en 2022. El número de quienes experimentaron acoso sexual ascendió en más de un 17% hasta ubicarse en el 27,3%.
Los resultados del segundo panel evidenciaron cómo el régimen en Cuba utiliza diferentes formas de violencia para mantener el control y silenciar a la disidencia. La violencia doméstica y el acoso sexual son herramientas utilizadas para controlar a las mujeres, especialmente a las opositoras, mientras que la violencia policial se emplea ampliamente contra aquellos con ideologías divergentes.
A finales de octubre el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) emitió sus observaciones finales sobre el noveno informe periódico de Cuba y requirió al Gobierno atención urgente a algunos asuntos sobre la situación de las mujeres en el país por los que manifestó preocupación.
Entre las numerosas recomendaciones realizadas, el CEDAW alertó de "altos niveles de violencia de género, con un elevado número de feminicidios y agresiones, falta de refugios para víctimas, ausencia de una ley integral que cubra todas las formas de violencia". En la Isla el delito de feminicidio no está tipificado en ninguna de sus leyes.
"La falta de una ley integral y de refugios para víctimas aumenta el riesgo de explotación de mujeres afrodescendientes, rurales, con discapacidad y en situación de pobreza. También son insuficientes los esfuerzos para prevenir la explotación de las mujeres en áreas turísticas", apuntó el comité de Naciones Unidas.
La activista Yanelis Núñez Leyva, miembro del Observatorio de Género de Alas Tensas, dijo recientemente a DIARIO DE CUBA que en muchos de estos casos "se transparentan" las deficiencias del sistema de instituciones cubanas que tienen como objeto social la lucha contra la violencia de género o la protección de las vidas de las mujeres.
"Ahí está la falta de capacitación de la Policía y lo vemos reflejado en el asesinato de la adolescente Leydi Bacallao en una estación policial de Camalote (ocurrido en febrero de 2023), así como en otros casos donde las víctimas han denunciado, ellas mismas o sus familiares, a través de las redes sociales, y no han recibido por parte de la Fiscalía ni de la Policía la respuesta que necesitan. No solo es emitir una orden de alejamiento, sino además dar un seguimiento, establecer mecanismos para que la protección sea realmente efectiva", sostuvo.