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Tribunales

El cubano que disparó a la Embajada de La Habana en EEUU en 2020 recibirá libertad condicional

Una de las condiciones de la liberación de Alexander Alazo Baró es que no podrá abandonar el centro de Pensilvania sin autorización.

Washington
El cubano Alexander Alazo Baró junto a sus hijos.
El cubano Alexander Alazo Baró junto a sus hijos. Diario de las Américas

El ciudadano estadounidense de origen cubano Alexander Alazo Baró, quien en 2020 disparó contra la Embajada de La Habana en Washington, será puesto en libertad condicional el próximo 15 de octubre, informó el medio estadounidense The Washington Post.

La puesta en libertad fue ordenada por la jueza federal Amy Berman Jackson, luego de que el cubano pasara cuatro años y medio de encarcelamiento, en los que ha recibido tratamiento psiquiátrico.

Alazo Baró, de 46 años y residente en EEUU desde 2010, había sido absuelto en mayo, debido a que el tribunal que lo juzgó apreció que tenía problemas psiquiátricos.

Un experto del Gobierno estadounidense determinó que no era criminalmente responsable por el tiroteo. Con la aprobación de la Fiscalía, Alazo Baró aceptó las alegaciones sobre el ataque y se declaró no culpable por motivos psiquiátricos de cuatro cargos, que incluían atacar a un funcionario o instalación extranjera usando un arma mortal.

Aunque el cubano fue absuelto en mayo, la ley federal establece que las personas declaradas no culpables debido a sus trastornos mentales deben permanecer recluidas hasta que un tribunal determine que su puesta en libertad no implica un peligro sustancial de que provoque lesiones físicas a otras personas.

El 26 de julio, los oficiales de libertad condicional aprobaron un plan de liberación para el cubano, luego de que un médico de la Oficina de Prisiones de Estados Unidos determinara que cualquier riesgo que representara Alazo debido a sus problemas mentales podía mitigarse con un tratamiento.

La liberación de Alazo Baró está sujeta a que debe ver a un psiquiatra cerca de su casa. No debe salir de esta por la noche, ni debe abandonar el centro de Pensilvania sin autorización. También debe mantenerse alejado de las instalaciones del Gobierno cubano en Estados Unidos y de sus empleados.

El estadounidense de origen cubano disparó 32 balas de un cargador de un fusil semiautomático AK-47 contra la sede diplomática de Cuba en Washington, en 2020. La acción no dejó víctimas. 

El Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de la Isla afirmó en una declaración, tras la absolución de Alazo Baró, que este "causó extensos daños materiales en el exterior e interior de la edificación y puso en peligro las vidas de varias personas que se encontraban dentro del edificio".

El régimen cubano acusó a Estados Unidos de proteger terroristas y politizar el ataque contra su embajada, luego de que el exmasajista fuera declarado no culpable.

"Se trató de un acto terrorista en la ciudad capital de Estados Unidos contra una sede diplomática permanente", dijo el MINREX en mayo sobre el ataque.

Añadió que al momento de la detención "era conocida la asociación regular de Alazo con el centro religioso Doral Jesus Worship Center, en Miami Dade", donde según La Habana "se reúnen personas con reconocida conducta a favor de la agresión, la hostilidad, la violencia y el extremismo contra Cuba".

El régimen calificó la decisión judicial estadounidense de "politización" del ataque y añadió que "así lo demuestra el dilatado proceso para analizar hechos probados".

"Luego de cuatro años de los hechos y en un proceso penal cargado de opacidad, el juez acogió un informe conjunto de la Fiscalía y la defensa del terrorista Alexander Alazo Baró, que presenta al perpetrador como alguien que, al momento de ocurrir los hechos, no estaba en posesión de sus facultades mentales y, por consiguiente, lo declara inocente", señaló el MINREX en su declaración cinco meses atrás.

La esposa de Alazo, Marianys Alazo Delgado, declaró a raíz de la detención de su esposo, que él "creía que el Gobierno cubano contrataría a un equipo organizado de asesinos para matarlo. Sentía que estaba constantemente perseguido y temía que varios hombres negros, de gran estatura y con tatuajes, vinieran a matarlo delante de su familia".

Dijo también que él había visitado numerosas agencias del Gobierno de Estados Unidos para informarles de las presuntas acciones del Gobierno cubano para asesinarlo.

Alazo Delgado, enfermera de profesión que ha trabajado en la unidad psiquiátrica de un hospital, confirmó que su pareja ingresó en un hospital psiquiátrico en marzo de 2020, donde recibió un diagnóstico de trastorno delirante y le recetaron medicamentos. Recibió el alta seis días después.

No obstante, para el régimen cubano, la decisión tomada por la Justicia de Estados Unidos en mayo trasladó "un peligroso mensaje de impunidad para quienes se propongan tomar acciones violentas contra sedes diplomáticas en la ciudad de Washington".

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