El Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) informó este martes que la Isla acumula cerca de 12.000 casos sospechosos del virus del Oropouche, una cifra muy conservadora en medio de la creciente insalubridad de las calles cubanas, la falta de medicamentos, las deplorables condiciones de los hospitales y los tantos otros problemas de apagones y escaseces que padecen los cubanos. En tal sentido, en una reunión entre los científicos y el gobernante Miguel Díaz-Canel, el Instituto Finlay notificó que está estudiando "la viabilidad o no de obtener una vacuna para la prevención de la enfermedad", informó el medio digital oficialista Cubadebate.
Mientras la enfermedad se extiende en la Isla, y avanza de forma tan descontrolada como el dengue, la directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del MINSAP, Ileana Morales Suárez, describió los estudios que llevan a cabo los científicos cubanos, estudios que, sin embargo, debido a que las condiciones del país y su resquebrajamiento integral son ideales para la proliferación del Oroupuche, no han logrado su contención. "Tenemos un gran paquete de investigaciones para caracterizar clínicamente cómo es la enfermedad que se está produciendo en Cuba. Estamos caracterizando como le da a los más ancianos, a los más pequeños, a las embarazadas, con investigaciones propias de la clínica de la pediatría, de la obstetricia, entre otras", dijo.
Indicó, asimismo, que "hay otro grupo importante de paquete de investigaciones sobre el vínculo entre el medioambiente, la enfermedad y el vector, en el sentido de cómo el cambio climático influye en el vector, en los brotes epidémicos".
Mientras Morales Suárez exalta, triunfalista, las "potencialidades científicas y tecnológicas" de Cuba, así como "la capacidad que tienen sus científicos y sus profesionales de la salud para ofrecer muchas respuestas para conocer y enfrentar esta enfermedad", el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU notificó que todos los casos detectados de Oropouche en Florida implican viajes a Cuba.
Hasta la fecha hay un total de 74 casos reportados en cinco estados del país. De ello, 70 son de Florida, y 41 de estos son de Miami-Dade, territorio de alta concentración de cubanos.
Dicho centro decretó recientemente una alerta de nivel dos respecto al brote de Oropouche en Cuba. De esta forma, la entidad subió un escalón en una escala de cuatro pasos y recomendó a los viajeros que tomen "precauciones mejoradas", dijo en su sitio web, al tiempo que insistió en hacer todo cuanto sea posible para "prevenir las picaduras de insectos durante el viaje para protegerse de la infección".
En las últimas semanas Cuba se ha convertido en un país propagador de la enfermedad por el mundo, al tiempo que las limitadas medidas del régimen para controlar el brote no han logrado su objetivo.
Por primera vez Cuba enfrenta en esta época del año la circulación simultánea de dos arbovirosis con síntomas parecidos, en referencia al dengue y el Oropouche. A pesar de este panorama, el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí desarrolló en agosto el 18 Curso Internacional de dengue y otros arbovirus emergentes, con la participación de científicos de varios países. En el evento, las autoridades sanitarias del régimen pretendieron sentar cátedra "sobre el manejo clínico de los pacientes, el control del vector, los avances en las investigaciones en patogenia, vacunas, genética del individuo, los virus y el vector, así como nuevas herramientas de control".
Trabajando en una vacuna mientras el país se hunde en montañas de basura, alcantarillas reventadas por doquier y todo lo que permite la proliferación del mosquito y otras sabandijas. Brillante.
Aunque ese Aedes es famoso, en esa enfermedad es poco importante como transmisor del virus, los bravos son los jejenes y el mosquito común.