El régimen cubano volvió a negar su interferencia en campañas electorales de Estados Unidos en una declaración publicada este martes en la que acusó a medios de comunicación de Florida de publicar "artículos calumniosos" y a Washington de asimilar "cualquier referencia absolutamente mendaz" en los citados reportes.
En su nota el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) hizo referencia a "artículos en el periódico Miami Herald y otros de la organización de prensa McClatchy, a la que pertenece dicho diario" a los que responsabilizó de protagonizar "una nueva campaña calumniosa contra (el Gobierno de) Cuba, citando para apuntalar la imputación a fuentes anónimas de inteligencia". El MINREX calificó este asunto como una "práctica habitual" del conglomerado periodístico y sus redactores "cuando la mentira es la base del reportaje".
"El Ministerio de Relaciones Exteriores rechaza en los términos más categóricos la acusación de que (el
Gobierno de) Cuba está llevando a cabo esfuerzos para influir en las campañas electorales locales del estado de Florida en Estados Unidos. También deplora que el Gobierno de Estados Unidos, su Departamento de Estado y sus agencias de inteligencia no hayan descalificado la referencia directa a supuestas agencias de gobierno en cuya autoridad parecen descansar esos artículos calumniosos", añadió el texto.
Según el MINREX, el Gobierno de Estados Unidos "no puede citar evidencia o indicio alguno, porque no existen, de que Cuba haya interferido o se haya propuesto interferir en sus procesos electorales, o que esté favoreciendo a político alguno del estado de Florida o de otro estado de ese país".
El régimen reiteró su relato de que es el Gobierno de Estados Unidos, con la defensa de la democracia y contra los totalitarismos, el que interfiere en los procesos electorales de otros países.
"Si no se tratara de una denuncia absolutamente infundada sobre un tema tan serio, el planteamiento provocaría asombro, pues podría interpretarse que el Gobierno de Estados Unidos ha dado un giro de 180 grados y por primera vez en más de un siglo considera inapropiado interferir en los procesos electorales de otros países. No se aclara en ninguno de los artículos, sin embargo, si ese Gobierno se propone abandonar una práctica tan ilegítima como inaceptable que desde hace tanto acompaña a la política exterior estadounidense", concluyó el MINREX.
Un informe de inteligencia citado por el Miami Herald señaló que funcionarios cubanos trabajaron para establecer relaciones con medios estadounidenses opuestos a las críticas a La Habana en el Congreso. Además, una red de cuentas en redes sociales que es "casi seguro que estuvieran conectadas con secreto" con el Gobierno de Cuba "amplificaban contenido peyorativo" sobre políticos considerados hostiles al régimen.
Para los funcionarios de inteligencia, los esfuerzos del régimen cubano por influir en las elecciones son preocupantes, aun cuando son de menor escala que los intentos de adversarios de mayor envergadura como Rusia, China e Irán.
Esta no es la primera vez que la Inteligencia de EEUU deja al descubierto las operaciones políticas cubanas en su territorio. En diciembre de 2023, el Consejo de Inteligencia de EEUU reveló que el Gobierno cubano llevó a cabo operaciones de influencia durante las elecciones de medio término de 2022 en ese país, con el objetivo de "denigrar a candidatos específicos en Florida".
"Evaluamos que Cuba intentó socavar las perspectivas electorales de políticos específicos del Congreso y gobernadores de EEUU que consideraba hostiles", señaló el informe, publicado con numerosas partes censuradas.
"El Gobierno cubano buscó influir en las percepciones de políticos pertenecientes a los dos principales partidos de EEUU", añadió el Consejo de Inteligencia y estimó que el régimen concede a los cubanoamericanos de Miami una influencia desproporcionada en la política de EEUU hacia la Isla. En tal sentido, el congresista republicano Carlos Giménez dijo creer que él y sus colegas María Elvira Salazar y Mario Díaz-Balart habían sido blancos de esas operaciones.
Entonces, el régimen tachó ese informe de Inteligencia de "total falacia".