Midiala Ortiz Azcuy, de 57 años, junto a su hijo, de 25, que tiene padecimientos psiquiátricos, llevan más de cuatro días durmiendo en el portal de un antiguo cine del municipio habanero de Regla, debido a que su antigua vivienda está completamente destruida.
La casa de esta cubana, en el Reparto Modelo, terminó por derrumbarse el pasado mayo y, aunque Ortiz Azcuy pudo estar cuatro meses más en casa de unas amistades, tuvo que abandonar esa vivienda y no tiene dónde vivir junto a su hijo.
"Yo tengo peritaje médico por Psiquiatría, lo que me imposibilita trabajar. En 2013 mi madre solicitó un subsidio gubernamental para arreglar nuestra casa, que estaba en pésimo estado, por ser muy antigua y de madera. No fue hasta cuatro años después que empezaron a levantar las primeras paredes, pero ese año dijeron que ya no darían techo para los subsidios. El pasado año el techo de la casa se derrumbó completamente y para ese momento apenas se habían levantado unas pocas paredes", narra esta cubana a DIARIO DE CUBA.
"Mi madre falleció el pasado año y como el subsidio estaba a su nombre, las obras se paralizaron. He ido a reclamar a la Dirección de la Vivienda, a las oficinas del Partido Comunista de Regla, mi municipio, pero la única oferta hasta el momento es un local sin agua, sin electricidad y sin baño, que me negué a aceptar", refiere Ortiz Azcuy.
"Ellos dicen que mi casa está en el plan de construcción para el próximo año, pero mientras dónde vivo. ¿Dónde están las autoridades para que me den un techo digno mientras llego a tener una casa habitable?", cuestiona.
A partir de 2012, el Gobierno cubano implementó un programa de subsidios para la construcción de viviendas destinado a personas de bajos recursos, pero con los años este programa ha ido languideciendo.
Las autoridades han admitido que el programa está lejos de cumplir las expectativas creadas, principalmente debido a la falta de materiales básicos de construcción como cemento, cables eléctricos, acero y materiales de carpintería. Y a ello se suma el tortuoso camino burocrático para aprobar la construcción de los inmuebles.
Tan solo en Ciego de Ávila, según un reporte del pasado año del periódico local Invasor, la terminación de viviendas construidas por subsidios ha venido cayendo de manera estrepitosa. Si en 2022 se terminaron de construir 196 viviendas por ese programa, esa cifra es menos de la mitad de las 412 que se terminaron en 2018.
A mediados del pasado año, en esa provincia tan solo se habían terminado 72 viviendas. La aguda crisis que afecta al país conllevó a que el pasado año las autoridades de Ciego de Ávila paralizaran la aprobación de nuevos subsidios.
En Holguín, para el año 2020, se estaban construyendo apenas 327 viviendas bajo ese programa y las aprobadas para el año siguiente tan solo eran 89. Desde esa fecha, no se han publicado más datos sobre ese programa en esta provincia.
En la prensa oficialista no es posible encontrar estadísticas globales sobre este programa. En 2021, el periódico Tribuna de la Habana afirmaba que en la capital se encontraban pendientes "38.000 acciones en diferentes etapas constructivas, tanto en células básicas, rehabilitaciones y conservaciones mayores o menores", sin ofrecer más detalles.
Mientras, Midiala y su hijo siguen durmiendo en la calle, exigiéndole al Gobierno una solución para no dormir en un portal. "Si las autoridades de Vivienda no me resuelven iré hasta el Consejo de Estado, es inhumano que tenga que dormir en la calle", concluye esta cubana.
