El viceprimer ministro cubano, Ricardo Cabrisas, busca que Rusia financie la soberanía alimentaria que el Gobierno convirtió en un mantra, pero ha sido incapaz de garantizar. Este fue uno de los temas que abordó esta semana, durante su segunda visita en dos meses a la nación asiática, de la que La Habana espera un rescate económico que no se materializa.
El exministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba fue recibido por la ministra rusa de Agricultura, Oksana Luth, informó este viernes el portal oficial Cubadebate.
De acuerdo con el medio estatal cubano, Cabrisas y Luth "repasaron los principales temas de interés bilateral en este sector, que se encuentra entre las prioridades de los vínculos económicos, comerciales, financieros y de cooperación" entre Cuba y Rusia, "tal y como está concebido en la Agenda Económica Bilateral a corto, mediano y largo plazos".
Cubadebate destacó que "se abordaron proyectos de interés mutuo en la producción de alimentos", pero añadió que el "énfasis" estuvo "en la recuperación de rubros tradicionales de exportación y la sustitución de importaciones en función de la soberanía alimentaria y nutricional de Cuba".
La nueva visita a Rusia del veterano negociador de las deudas de La Habana con el Club de París y otros acreedores se produce menos de cuatro meses después de que el Gobierno cubano tuviera que admitir la ineficacia de la Ley de Soberanía Alimentaria, aprobada en mayo de 2022.
En febrero, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, afirmó que los resultados de la norma no se palpaban "aún".
Más de dos años después de que la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) diera luz verde a la norma, Cuba sigue dependiendo de donaciones e importaciones, que no alcanzan ni para completar la escuálida cantidad de alimentos que el Gobierno vende a través de la libreta de racionamiento.
Esta semana, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) indicó que el 9% de la población infantil de la Isla sufre pobreza alimentaria grave —aunque el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) y el Food Monitor Program advierten que la cifra podría ser mayor.
También transcendió esta semana que el Programa Mundial de Alimentos busca fondos para destinar ayudas a Cuba y otros países. En mayo, la ministra cubana de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, reconoció que el país depende totalmente de importaciones para garantizar —con atrasos— la poca comida que los cubanos pueden comprar mediante la libreta.
Cabrisas también evidenció la impaciencia del régimen porque los acuerdos entre los gobernantes Vladimir Putin y Miguel Díaz-Canel se traduzcan en un alivio de la crisis que atraviesa la Isla y ha provocado protestas en varios puntos del país.
Cubadebate hizo también referencia a las reuniones sostenidas por Cabrisas con "ejecutivos de importantes empresas rusas con potencialidades en el desarrollo de proyectos de interés mutuo, sobre los que se ha venido intercambiando" y afirmó que se "abordaron oportunidades de negocios en los sectores industria, transporte y energía". Pero las palabras del viceprimer ministro, citadas por el portal oficial, reflejan que los acuerdos no avanzan a la velocidad que necesita La Habana.
Según el medio estatal, Cabrisas puso énfasis en que, "partiendo de los acuerdos gubernamentales suscritos" entre Putin y Díaz-Canel, "aún queda mucho trabajo por realizar entre los sectores empresariales de uno y otro país, para alcanzar los objetivos trazados de conjunto".
A mediados de mayo, Díaz-Canel tuvo que reconocer que la situación de Cuba es "de emergencia" e intentó despertar esperanzas de solución en la población exponiendo los resultados de su viaje a Rusia.
El gobernante aseguró que había seis proyectos de negocios "en funcionamiento con el empresariado ruso" y que estaban insertados "en las prioridades del país: el sistema energético y el sistema alimentario". No obstante, sus palabras entonces también reflejaron la falta de velocidad en el avance de los proyectos.
"Se trata de "cuestiones de las que hablamos sobre sus avances y también sobre algunas dificultades, para avanzar más rápido", dijo en aquel momento el gobernante cubano.
Los rusos solo podrían estar interesados en dos cosas. La posición geografíca de la isla (base militar) o los laboratorios de biotecnología (desarrollo de medicamentos, vacunas e incluso armas biológicas). Del resto qué podría interesarle?
Si en Cuba no se restaura la economia de mercado Rusia no va invertir en grande en la isla. No quiere invertir en asociacion con un gobierno que es incapaz al cubo
Si dependes de otro para lograr tus propósitos, entonces dónde está la soberanía?
Rusia ofrece el mínimo que puede para poder decir; somos aliados de Cuba. Subsidios por tubería de diámetro ancho, no hay.
Bla, bla, bla, Aeh Aeh ahí viene Díaz Canel dando gofio pa' la sed...