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Vivienda

Vega Larga, Baracoa: 40 años de abandono estatal

En esta 'comunidad vulnerable' hay decenas de viviendas ilegales y sin servicios básicos.

Madrid
Cubano en Guantánamo. DDC TV
José Frómeta Martínez en su casa en Vega Larga, Baracoa.
José Frómeta Martínez en su casa en Vega Larga, Baracoa. Diario de Cuba

La comunidad Vega Larga, en el municipio guantanamero Baracoa, calificada por las autoridades locales como "vulnerable", tiene cientos de viviendas sin legalizar. Casi 100 familias viven en ese sitio con un pésimo acceso a los servicios básicos, y cuando llueve quedan prácticamente aislados del resto del territorio.

Vulnerable es el eufemismo que utiliza el Gobierno cubano evitar decir extrema pobreza. DIARIO DE CUBA visitó Vega Larga para indagar sobre la precariedad que allí se vive, abordada hasta por medios oficiales. "Yo llevo aquí como 20 años más o menos. Lo que más nos afecta en estos momentos es la vivienda, que están en malas condiciones la mayoría", dijo el vecino Manuel de Jesús Figueroa.

Este campesino vive en una edificación derruida que ni siquiera le pertenece legalmente. "Mi casita todavía no tiene propiedad. Faltan unos movimientos que ellos (las autoridades) están haciendo ya", agregó el hombre de 54 años.

Según una publicación realizada a principios de febrero de 2024 por la emisora local Radio Baracoa, la legalización de las viviendas de Vega Larga todavía estaba "sin respuesta". Este medio coincidía con Figueroa en que la legalización de las viviendas "es una de las principales preocupaciones que aquejan a los pobladores".

No se trata de algunos casos, en Vega Larga lo normal es residir ilegalmente. "Solo 12 de las 298 casas que se localizan en la zona tienen 'estatus reconocido', y sus habitantes tienen plenos derechos como propietarios o residentes legales del inmueble familiar", precisó la información oficial.

Algunas familias de Vega Larga denuncian que el abandono de las autoridades se extiende a otros sectores. Moisés Hilarte, un anciano con múltiples enfermedades crónicas, vive hace casi 50 años en la localidad. Ahora pasa el tiempo junto a su esposa de 77 años en el portal de una modesta casa de madera ilegal. Ninguno de los dos tiene pensión. Sobreviven gracias a sus hijos.

"Fui campesino y obrero. Cuando esto era una granja trabajé 11 años en un horno. No tengo asistencia social porque en su momento me la negaron (...). No sé si es el Gobierno o las (organizaciones de) masas del Gobierno que tienen a uno como abandonado", dijo Hilarte.

"Cuando vinieron a vernos, los trabajadores sociales dijeron que a nosotros tenían que mantenernos nuestros hijos. En este momento aquí no hay ni presidente de CDR (Comité de Defensa de la Revolución)", añadió Julia, la esposa de Hilarte.

Ni siquiera a la exigua canasta básica vendida por el Gobierno pueden aspirar todos los habitantes de Vega Larga. Según Radio Baracoa, "98 de los núcleos familiares allí constituidos no tienen libreta de abastecimiento para la adquisición de los productos de la canasta básica, debido precisamente a la falta de titularidad de la vivienda, requisito exigido para realizar el trámite por la Oficina del Registro de Consumidores (OFICODA)".

La ilegalidad de las viviendas en esta comunidad lleva décadas sin resolverse. El delegado de la circunscripción 43 de Vega Larga, Rafael Isaac Londres, dijo al citado medio que se trata "de un problema de larga data, ya que hace casi 40 años se inició un proceso de legitimación que se paralizó debido a que las construcciones habían sido levantadas en fincas particulares, y en ese momento no existían regulaciones favorables al respecto".

Situaciones como esta no son exclusivas de Vega Larga. En los barrios marginales cubanos, que han crecido o nacido sin la anuencia de las instituciones estatales durante las últimas seis décadas, pululan las viviendas precarias, que han levantado familias desesperadas por tener un techo. En el barrio habanero La Corea, por ejemplo, la prensa oficial reconoció en octubre de 2021 la existencia de un "marcado deterioro del fondo habitacional y una insuficiente urbanización". En general, el fondo habitacional cubano está profundamente afectado. En julio de 2023, la Asamblea Nacional del Poder Popular admitió la existencia de 9.000 cuarterías y 60.000 casas con pisos de tierra.

Al igual que la mayoría de los asentamientos marginales cubanos, Vega Larga padece lo que la prensa oficial define como "una infraestructura vial que no satisface los requerimientos mínimos para un asentamiento poblacional urbano". Tratándose de una zona rural rodeada por bosques y atravesada por el río Miel, sus pobladores quedan prácticamente aislados durante fenómenos meteorológicos.

Hildegardo Rodríguez Flores, quien lleva 43 años en Vega Larga, dijo a DIARIO DE CUBA sobre el tema: "Los problemas fundamentales que nos afectan aquí en algún sentido es que cuando el río crece se nos dificulta salir. Tenemos un puente colgante por allá por la vega, pero necesitamos otro. El delegado Félix quedó en hacer un puente aquí para que nosotros no tuviésemos que ir a allá abajo, pero hasta el momento no se ha solucionado eso. A veces el río inunda toda la vega y entonces tenemos que dar un rodeo para movernos".

En Vega Larga no hay ni tiendas ni farmacias. Sus pobladores tienen que salir para encontrar los alimentos y medicamentos que necesitan. La madre de Rodríguez, Catalina Flores, padece de artritis reumatoidea y vive en una casa de tablas de la que no tiene cómo salir. La silla de ruedas que el Gobierno le entregó hace años no ha podido ser reparada por su hijo. Este carga a su madre al hombro cuando ella tiene que ir a algún sitio.

"Lo que más me afecta ahora es el piso de aquí, que está roto por donde quiera. Y me afectam también las cosas que me hacen falta y no las tengo, como sábanas y toallas", explicó la anciana.

Pero en Vega Larga hay casos de pobreza incluso peores. José Frómeta Martínez, otro vecino de la localidad, dijo a esta redacción: "Llego aquí (la casa) y yo mismo me cojo asco. Tengo que salir rápido otra vez. Allá atrás tengo una cama que no sirve y es ahí que duermo. Yo fui internacionalista en Etiopía por dos años, estuve en el valle del Ogadén, yo era sanitario allí. La Asociación de Combatientes (de la Revolución Cubana, —ACRC—) está ayudándome con los papeles de esta casa, porque yo no tengo propiedad. Yo cojo el agua del río hasta que pueda comprar luego un tramo de manguera para volver a conectar la tubería".

La asistencia social que tenía Frómeta le fue retirada hace años, y ahora no recibe nada del Gobierno ni de la ACRC. "Yo tenía una chequera por la operación que tengo en la cabeza, pero en Baracoa una vez recogieron un montón de chequeras y ahí se fue la mía también. De ahí para acá nunca más. Ahora estoy en los trámites de volver a pasar la comisión para que me den una asistencia social y me puedan poner el dinero. Actualmente yo vivo de coser (reparar) zapatos, trabajitos sencillos como limpiar el patio de un vecino, o recoger materias primas", dijo el hombre de 63 años.

La casa de madera en la que vive Frómeta está prácticamente en ruinas. Carcomida por el comején y con problemas en la cubierta, la vivienda no cuenta con las condiciones mínimas para refugiarlo. "Cuando llueve tengo que sentarme en la cama, aquí cae un chorro y allí cae otro. Estoy de guardia hasta que amanece. Yo le dije (a las autoridades) que solo dándome las planchas y las puntillas, busco la madera por el monte y arreglo el techo", concluyó el excombatiente del Ejército cubano.

Lamentablemente, la solución del problema de la vivienda en Vega Larga parece que no va a materializarse pronto. "Ante los reiterados reclamos de los pobladores, ya se realizó un levantamiento y se espera ahora la actuación de las direcciones municipales de Vivienda, Agricultura, y del Instituto Nacional de Ordenamiento Territorial y Urbanismo", señaló Radio Baracoa en el citado reporte.

Las instituciones mencionadas son las que deberían involucrarse en la solución del problema. DIARIO DE CUBA llamó por teléfono a la Dirección Municipal de Vivienda, y una funcionaria que se describió como "especialista" en esos temas, dijo que no conocía de ningún plan especial para legalizar las casas de Vega Larga. "Los que quieran hacer ese trámite tienen que venir los jueves a ver al jurídico, como todo el mundo", dijo la mujer, que rechazó identificarse.

De la Delegación de la Agricultura de Baracoa, "la jurídica Yunielkis" declaró vía telefónica a esta redacción: "Eso en su momento se les va a decir a ellos caso por caso. Esto parte también de un trabajo a nivel nacional sobre el control del ganado y la tierra. En el caso de algunas personas, están ilegales en lugares que no les pertenecen. Lo que haremos se va a organizar en su momento con cada caso. Lo que está establecido es que los propietarios de las fincas den la autorización a los vecinos, pero muchos se niegan a dar ese consentimiento y no queda más remedio que legalizarlos. Vamos poco a poco porque son unos cuantos casos. Deben esperar, tener paciencia y no perder la esperanza".

En la Delegación Municipal del Instituto de Ordenamiento Territorial y Urbanismo de Baracoa, dos funcionarios se negaron a dar información a DIARIO DE CUBA sobre el tema.

A fin de cuentas, Vega Larga no es el único asentamiento con ese tipo de problemas. Baracoa cuenta con al menos "21 comunidades vulnerables", según Radio Baracoa.

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