"En este país el Estado cuida más a las vacas que a las mujeres y las niñas", dijo Vilma Argüelles refiriéndose la odisea que vive en la ciudad de Santiago de Cuba para garantizar su higiene y conseguir las almohadillas sanitarias que permitan enfrentar el ciclo menstrual a ella y a sus dos hijas.
"Desde febrero de 2023 no distribuyen íntimas y he recurrido a toallas rotas, blusas viejas y medias escolares en desuso para contener el sangramiento de dos adolescentes, que han tenido que utilizar trapos insalubres desde que tuvieron su primer período", añadió Argüelles, profesora de preuniversitario.
Al igual que ella, otras madres se quejan de la impotencia que provoca la inexistencia del producto y el silencio de las autoridades y la prensa local, que obvian el tema mientras insisten en publicitar los operativos contra el hurto y el sacrificio del ganado mayor, dirigidos a proteger las reses de la provincia.
"Es un abuso que durante 15 meses dejaran de vender las almohadillas normadas", dijo Gladis, vecina de Martí y San Pedro. "Por lo visto, un día nos precisarán a usar piel de animales, tiras envueltas en madera o nos pondrán en corrales y chozas menstruales, como hicieron en la antigüedad otras sociedades para evitar los malos olores de las mujeres".
Para Susana Oropesa, la llegada de sus hijas a la pubertad, "en vez de convertirse en motivo de felicidad, ha complicado el drama de su casa", pues al hambre y los apagones se suma "la desesperación para contener el sangramiento de las niñas, que manchan cuánto se ponen y tienen acabadas las sábanas y la colchoneta donde duermen".
Como otras cubanas, Susana "no manda a sus nietas a la secundaria si no encuentra íntimas, porque cuando van utilizando inventos caseros regresan avergonzadas por las manchas en las sayas del uniforme".
"Cuando daban diez paquetes anuales no alcanzaban, luego quitaron seis vueltas y ahora el suministro normado de íntimas para las santiagueras en edad fértil dejó de ser irregular para convertirse en inexistente".
En las farmacias de la calle Enramada siempre dan la misma respuesta, dijo Hilda Sarmiento. "No hay o llegaron incompletas. Lo curioso es que "las dependientas siempre tienen tripas de culeros, pañales, apósitos posparto y diferentes surtidos almohadillas sanitarias para vender por la izquierda".
Un testimonio similar ofreció Danay Ríos, quien asegura que en las farmacias del Distrito José Martí, "las trabajadoras comercializan a sobreprecio las íntimas Mariposa que sacan de forma ilegal de la Droguería Santiago", donde se almacenan antes de distribuirlas en los nueve municipios del territorio.
"Siempre se repiten las mismas quejas de la población implicada", comentó una administradora del área cuestionada, a quien le parece injusto que "tilden a las dependientas de tramposas, mientras las plantas incumplen la producción y se escudan en la falta de materias primas y las maquinarias obsoletas".
María Eugenia, trabajadora de Comunales, cuenta que se las ve negras para resolver su menstruación, "y no solo porque el salario no alcanza, sino porque no existen precios económicos" y tiene que lidiar con la escasez de agua y jabón para asearse e intentar mantener la higiene.
"En mi casa somos mis tres hijas y yo, y todas tenemos abundante flujo menstrual, por lo que necesitamos al mes cuatro o cinco paquetes, además de los que supuestamente debían asignarnos", afirmó Belkis Rivero, quien puede comprarlos en divisas porque recibe remesas del extranjero.
Lina Mestre, de la calle Heredia, señaló que "los revendedores siempre tienen el producto en las manos, y si antes los precios variaban de acuerdo a la demanda, ahora lo hacen con respecto al dólar", lo que muestra hasta dónde la escasez, el desabastecimiento y la inflación agravan el escenario.
La peor parte la llevan las mujeres que por distintas causas presentan sangrado abundante. Ellas agotan un paquete en apenas unas horas y están obligadas a buscar a cualquier precio almohadillas o pañales desechables, que lavan como cualquier otra prenda y ponen a secar para enfrentar la siguiente jornada.
Existen casos de trueques de alimentos por almohadillas, y de personas que venden el algodón en euros o dólares. La calidad del producto es otro problema. Algunas son tan delgadas que las mujeres pasan buenos sustos en la calle.
Aunque las críticas contra el déficit de almohadillas sanitarias en la red de farmacias estatales de Santiago de Cuba resultan recurrentes, ahora tienen un matiz diferente, pues existen virtual y físicamente, pero para acceder a ellas hay que "estrellarse" contra el mercado negro.
Dicha situación no solo evidencia fallas productivas y comerciales, sino falta de control sobre el desino final de las producciones.
Para adquirir almohadillas sanitarias en esta provincia las mujeres pagan precios exorbitantes. En Santiago de Cuba los paquetes de 20 unidades tienen un costo de 800 pesos, los de 36 se pueden encontrar a 1.500 y las cajas de 50 tampones entre 1.000 y 1.200 pesos, cifras mucho altas que las del pollo, el picadillo y las carnes de res y cerdo. En divisas, el importe oscila entre 4,50 y 5MLC.
En redes sociales como Facebook y Telegram también se encuentran ofertas de almohadillas importadas y de producción nacional, rellenos de pampers, protectores de ropa interior, pañales para convertirlos en íntimas y copas menstruales, todo a altos precios.
La doctora María Luisa, del Hospital Clínico Quirúrgico, alertó sobre las posibles consecuencias para la salud de esta situación.
Señaló que lo adecuado sería cambiar las almohadillas cada cuatro horas, "pues la sangre, al ser un excelente medio de cultivo, expone a las mujeres a gérmenes y bacterias, en un momento donde no hay medicinas y mucho menos antibióticos".
Según los expertos para un flujo normal de tres días se necesitan unas 18 almohadillas y para uno de siete días, 42 unidades. Esas cifras reflejan que llegar a la edad fértil definitivamente se convierte en una verdadera tragedia para las cubanas, obligadas a incumplir recomendaciones sanitarias.
En la actualidad, más de tres millones de cubanas tienen que inventar cada mes ante la escasez de almohadillas, que paulatinamente se convierten en un negocio lucrativo para las pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) y las "mulas" que compran en el exterior mercancías inexistentes en la Isla.
En Cuba existen tres fábricas de almohadillas sanitarias femeninas: una en la capital, para la región occidental, otra en Sancti Spítirus, para el centro, y la de Bayamo, encargada del oriente del país.
En ellas se confeccionan cuatro tipos de surtidos: Mariposa con alas, Mariposa anatómica, las superfinas y las superfinas anatómicas, todas criticadas por su baja calidad.
El problema se agrava si se tiene en cuenta que todas están diseñadas para un uso máximo de cuatro horas y que, de los diez materiales que se utilizan para su fabricación, ocho son importados de España, Italia, Finlandia y China.
Anualmente, la Empresa de Materiales Higiénico Sanitarios (MATHISA) debe fabricar 42 millones de almohadillas sanitarias, de ellas 6.000 unidades de la marca Pétalos y 41, 2 millones de Mariposas superfinas y con alas, lo que equivale a una producción de 3,5 millones de paquetes mensuales. Sin embargo, las plantas incumplen sus planes sistemáticamente.
No book opened my eyes to Communism and its Fascist Totalitarian Tyranny. I suffer it live and direct, and in all the scales of black and gray. I do not hate the Communist Spawn because of a foreign documentary that showed me its calamities and crimes. I was born in the midst of a calamity, I grew up among calamities and my future is a calamity, if Freedom is not achieved. I didn't have to read Marx and Engels (I still read them) to understand how failed socialist ideology is. I spent a postgraduate degree, a master's degree and a doctorate in inventions, plans, emulations, works and shock policies and cheap speeches and Demagogic Oratory. I did not need a film, nor a testimony, nor a journalistic investigation to know that truths are manipulated and distorted. I was born in the middle of a lie and I live my entire bad life in Cuba in the largest factory of absurdities and idiocies in the world. continent. No scholar came to me to tell me what life would be like with a socialist system
I learned to read, compulsorily, reciting the spellings CH, F, R and others to repeat Che, Fidel and Revolución. I am not an expert in socialism and communism. I am, like millions of CUBANS, a direct victim of the two doctrines, who could not be broken into the pettiness of their interests, but who had to watch the film almost completely until the credits without being able to get out of my seat. Therefore, and to conclude, idiotic lefty who reads me, whether from Mexico, Nicaragua, Venezuela, Chile, Uruguay, Bolivia, Argentina, the United States or old Europe, when you were born with all the conditions provided by that system that now hate and against which you protest daily without stopping, my mother did not have diapers to put me in and the unhealthiness of my lot was a horror for her and her recently born baby. When you grew up assuming for granted that electricity was a guaranteed good, I did my schoolwork with a strand of hair or a candle. Down with the PCC Fascists
When your birthdays were filled with gifts, friends and food, it made me sad to celebrate mine and invite them to my Bajareque. When you went to a private school, or any public school, if you decided, and studied without pressure, I had to say "Pioneers for communism!" and finish each History test cheering on the “Revolution”. When you started reading Capital and getting immersed in the nonsense of the founders of Marxism, my mother had long been exploited at work and my father was never able to satisfy my needs, not to mention his own. Lefty idiot, I don't wish you harm (or should I), I just wish, with all the strength of my heart, that right now you would wake up in Cuba, like an ordinary Cuban, and never be able to get out of that nightmare again, so that You defend socialism from its stinky, smelly, filthy and super mega revolutionary trench. Down with the PCC and its Fascist Minions. Death to Raúl and his Nazi Hordes.
Cuando tus cumpleaños se llenaban de regalos, amiguitos y comida, a mí me daba pena celebrar los míos e invitarlos a ellos a mi bajareque. Cuando tú ibas a un colegio privado, o a cualquier escuela pública, si así lo decidías, y estudiabas sin presión, yo tenía que decir «¡Pioneros por el comunismo!» y terminar cada prueba de Historia dándole vivas a la «Revolución». Cuando tú empezaste a leer El capital y a hundirte en la sarta de estupideces de los fundadores del marxismo, a mi madre hace rato que la explotaban en su trabajo y mi padre nunca pudo satisfacer mis necesidades, sin hablar de las propias. Zurdo idiota, no te deseo mal (¿o debería), solo quisiera, con todas las fuerzas de mi corazón, que ahora mismo amanecieras en Cuba, como un cubano de a pie, y no puedas salir de esa pesadilla nunca más, para que defiendas al socialismo desde su trinchera apestosa, maloliente, mugrienta y súper mega revolucionaria. Abajo el PCC y sus Esbirros Fascistas. Muerte a Raúl y sus Hordas Nazista
Yo aprendí a leer, de forma obligatoria, recitando las grafías CH, F, R y otras para repetir Che, Fidel y Revolución.Yo no soy un experto en socialismo y comunismo. Yo soy, como Millones de CUBANOS, una víctima directa de las dos doctrinas, a quien no pudieron quebrar hacia la mezquindad de sus intereses, pero que tuvo que ver la película casi completa hasta los créditos sin poder levantarse de la butaca. Por ende, y para concluir, zurdo idiotizado que me lees, ya sea desde México, Nicaragua, Venezuela, Chile, Uruguay, Bolivia, Argentina, Estados Unidos o la vieja Europa, cuando tú nacías con todas las condiciones brindadas por ese sistema que ahora detestas y contra el cual protestas a diario sin dejarlo, mi madre no tenía pañales para ponerme y la insalubridad de mi solar era un espanto para ella y su bebé recién parido. Cuando tú crecías asumiendo por descontado que la electricidad era un bien garantizado, yo hacía las tareas escolares con un mechón o una vela. Abajo el PCC Fascista
A mí ningún libro me abrió los ojos ante el Comunismo y su Tiranía Totalitaria Fascistas.Yo lo sufro en vivo y en directo, y en todas las escalas de negro y gris.Yo no detesto el Engendro Comunista por un documental extranjero que me mostró sus calamidades y crímenes. Yo nací en medio de una calamidad, crecí entre calamidades y mi futuro es una calamidad, si no se logra la Libertad.Yo no tuve que leer a Marx y Engels(aún así los Leí)para entender cuán fallida es la ideología socialista. Yo pasé un posgrado, una maestría y un doctorado en inventos, planes, emulaciones, obras y políticas de choques y discursos baratos.No necesité de una película, ni de un testimonio, ni de una investigación periodística para saber que las verdades se manipulan y tergiversan.Yo nací en medio de una mentira y vivo toda mi mala vida en Cuba en la mayor fábrica de idioteces del continente. A mí no vino ningún erudito a contarme cómo sería la vida con un sistema socialista.Abajo el PCC y Esbirros Fascistas