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Sociedad

Vuelven a producirse almohadillas sanitarias en Cuba, pero la deuda de años con las mujeres seguirá

La producción se retomó el 14 de agosto, tras llegar algo de polietileno, pero se paralizó el 28 del propio mes, a la espera de otra materia prima.

Sancti Spíritus
Fábrica de almohadillas sanitarias de Sancti Spíritus.
Fábrica de almohadillas sanitarias de Sancti Spíritus. Escambray

La fábrica de Sancti Spíritus que produce las almohadilla sanitarias marca Mathisa, que reciben de forma racionada las mujeres cubanas que viven entre Matanzas y Las Tunas, volvió a producir de manera parcial en agosto tras meses paralizada.

Según un reporte del periódico oficial local Escambray, luego de ese periodo de paralización por falta de materias primas de importación, la producción se retomó el 14 de agosto, tras llegar algo de polietileno, pero se paralizó apenas 14 días después "en espera de la entrada del papel nogode, el cual debe arribar a la industria en las próximas horas".

De acuerdo con Ángel Pozo González, director de la Unidad Empresarial de Base Mathisa Sancti Spíritus, en los días trabajados de agosto se fabricaron 208.000 paquetes de almohadillas sanitarias, que serán distribuidas en Sancti Spíritus a través de Empresa Comercializadora de Medicamentos.

Eso sí, el funcionario aclaró que "resulta imposible recuperar el atraso productivo de Mathisa", que se remonta a 2021, cuando la empresa dejó de fabricar regularmente un producto de higiene esencial para las mujeres en edad fértil, y que en teoría deben recibir ocho veces al año, a razón de un paquete por persona.

Pozo González indicó que la fábrica buscará ejecutar el presupuesto aprobado para lo que resta de 2023 mientras dure la materia prima, que alcanzaría para unos tres millones de paquetes divididos entre las tres industrias de este tipo del país.

Agregó que, de seguir como está previsto el arribo de materias primas, en septiembre deberían haber cerca de 800.000 paquetes producidos.

Pese a que las almohadillas sanitarias suelen estar a la venta en las tiendas en dólares y mercados virtuales del Gobierno, en julio de 2022 las autoridades responsabilizaron al embargo de EEUU de la imposibilidad de fabricarlas. 

En ese entonces, Escambray aseguró que la fábrica local producía de manera intermitente por culpa del "bloqueo". Ese reporte aseguró que el embargo estadounidense limita la obtención cintas, superabsorbentes y otros insumos, por lo que hay que adquirirlos a "proveedores diferentes y de naciones muy distantes, como España, Finlandia, China y México, lo cual encarece el costo de los mismos".

Pese a que México se encuentra en el mismo continente que Cuba, a 1.588 millas, Escambray lo incluyó entre las "naciones muy distantes".

Pozo González comentó en esa ocasión que durante el primer trimestre de 2022 no se produjo ningún tipo de almohadilla en la fábrica, que a la altura de julio laboraba solo por periodos de entre diez y 15 días cada mes, para tratar de abastecer al menos una parte del producto sanitario que se demanda. O sea, igual situación que la actual.

En el foro de esa publicación, una usuaria denunció: "Pues de lo poco que se entrega también se desvía. Espero tomen medidas, porque mi farmacia del municipio ha entregado solo dos envíos desde inicio de año. Sin embargo, en Revolico venden los paquetes y a altísimos precios, aprovechándose y lucrando estas personas por la alta demanda que tiene tan necesario producto. Y si está controlado por libreta de abastecimiento, ¿cómo van a dar ahí? Lo que tienen es un negocio con eso".

En 2021, cubanas afectadas por la escasez del producto contaron a DIARIO DE CUBA que no les quedaba otra alternativa que recurrir a métodos antiguos, como reciclar "trapitos", para resolver durante su periodo menstrual.

"Estamos como en los años noventa (del Periodo especial). Solo que en aquella época eran nuestras madres… y nosotros pensando que eso nunca nos pasaría", dijo Caridad, vecina de Alamar, en Habana del Este.

"He llegado a pensar en comprar tripas (de pañales para adultos) y culeros para usarlos como íntimas", afirmó Alba, ingeniera industrial, también residente en Habana del Este.

En Santiago de Cuba, muchas mujeres recurrieron a esa solución: hacer las enormes colas para comprar las "tripas", con el fin de picarlas en dos y usarlas durante la menstruación, ya que en todo ese año no habían entrado almohadillas sanitarias a la farmacia, ni las habían vendido en las tiendas en moneda nacional.

Antes de la pandemia de Covid-19, Betsy, vecina del municipio Diez de Octubre, se proveía gracias a una persona que llevaba almohadillas sanitarias a la Isla desde México. Pero esa opción desapareció con la restricción de viajes.

Otro problema que aqueja a la población femenina es la calidad de las "íntimas". "Si te descuidas, te manchas hasta la ropa. Además, se corren porque el pegamento no sirve. Son incómodas y absorben poco", aseguró Ileana.

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2 comentarios

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Profile picture for user Ana J. Faya

Como dice pim-pam-pum siempre han escaseado, y en ocasiones han desaparecido por completo. Eso en Cuba es noticia desde los años 60. Cada generación de mujeres cubanas tiene anécdotas de sobra para hacer sobre ese problema de higiene personal --que de eso se trata-- y nada simpáticas.

Profile picture for user pim-pam-pum

"Estamos como en los años noventa (del Periodo especial). Solo que en aquella época eran nuestras madres… y nosotros pensando que eso nunca nos pasaría", dijo Caridad, vecina de Alamar, en Habana del Este.
ja,ja,ja. Y en los años 60 era lo mismo, la escasez de compresas en Cuba es algo endémico. Casi me da un patatús la primera vez que entre a una farmacia en España para comprar un paquete.