"CBS 60 Minutes ha presentado una nueva definición de 'evidencia': conjeturas, conjeturas e historias descabelladas no confirmadas, con muchos adjetivos": así reaccionó el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, ante las revelaciones de varios medios internacionales de la conexión de Rusia con los sucesos de salud de personal de EEUU y Canadá en Cuba, conocidos como "Síndrome de La Habana".
De Cossío reaccionó así en su perfil de X a las declaraciones de exagentes de inteligencia e investigadores, así como a una investigación de un año de duración de tres medios de prensa, los cuales concluyeron que los extraños malestares neurológicos experimentados por decenas de funcionarios de EEUU en el mundo durante los últimos años son a causa de una operación del Servicio de Inteligencia Militar (FSB) de Rusia.
Las evidencias, dadas a conocer el último fin de semana, ponen en tela de juicio las conclusiones de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU, según la cual es "muy poco probable" que un Estado adversario de EEUU estuviera tras los sucesos.
Mas, según un artículo publicado por el medio letón The Insider, que realizó la investigación junto con el alemán Der Spiegel y la estadounidense CBS, la evidencia hallada sugiere que el origen de los inexplicables incidentes de salud (mareos, migrañas, náuseas y problemas de visión, entre otros) podría estar en el uso de armas de energía dirigida por parte de miembros de la Unidad 29155 del FSB.
Asimismo, la investigación apunta al presunto encubrimiento de estos hechos por parte de agencias de EEUU, ante la necesidad de ocultar que el Kremlin asestó con tales acciones un duro golpe a su adversario.
Además de De Cossío, Johana Tablada de la Torre, subdirectora del Departamento de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba, aseguró en X que "el Departamento de Estado es una empresa de programas con financiación especial federal para favorecer intereses especiales privados. Con Cuba el negocio es presentar, con mentiras, que somos una amenaza para Estados Unidos y así justificar sus medidas criminales contra nuestra población",
Según la funcionaria, que hace pocas semanas anticipó el temor de La Habana al probable regreso a la Casa Blanca de Donald Trump en 2025, el presidente que enfrió el acercamiento con el régimen de la Isla tras conocerse los primeros casos del "Síndrome de La Habana" en 2017, "da igual si hay que dejar correr la ficción desmentida de los ataques acústicos, o pagar oficialmente falsos testimonios para desacreditar nobles y legítimos programas de cooperación médica internacional, o violentar el derecho internacional y derechos de sus aliados. Lo importante es asfixiar a Cuba", agregó.
Previamente, la funcionaria desacreditó la validez periodística de la denuncia: "El programa 60 minutes de CBS sobre el inexistente síndrome de La Habana no es un documental ni es periodismo, es una operación de desinformación, basura en estado puro y ni siquiera merece el OSCAR como corto de ficción. Una afrenta al público y la verdad", escribió en otro mensaje en X.
La posición de La Habana desde el inicio de la polémica en torno a los sucesos de salud del personal diplomático extranjero en Cuba ha sido desacreditar a las víctimas y a Washington. Incluso, sus medios llegaron a amplificar una versión que ironizaba el asunto, asegurando que el sonido agudo que coincidían haber escuchado las víctimas del síndrome antes de presentar los primeros síntomas era el canto de un grillo.
El propio lunes, Moscú rechazó también la investigación periodística y calificó sus conclusiones como "infundadas".
"Hace ya muchos años que se habla de este tema en la prensa. Y desde el principio la mayoría de las veces se vincula a la parte rusa", dijo el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, en una conferencia de prensa citada por AFP.
"Pero nadie ha publicado ninguna prueba convincente, así que todo esto no es más que una acusación infundada y sin base", sostuvo Peskov.
No obstante, los aparatos de inteligencia y seguridad de Moscú y La Habana tienen viejos y estrechos vínculos. En los últimos dos años, los acuerdos entre los aparatos represivos de ambos gobiernos se han multiplicado.
En 2022, DIARIO DE CUBA confirmó que al frente de la delegación militar del Kremlin en La Habana está el teniente general y Héroe de Rusia, Andrei Gushchin, quien, según The Insider, estaría al frente de una estación de espionaje dedicada a operar contra EEUU desde Cuba.