Las autoridades sanitarias de Guantánamo confirmaron el segundo caso de paludismo en Cuba en lo que va de 2024, a pesar de asegurar que esa enfermedad fue erradicada en la provincia y en toda la Isla en los años 60. Reconocieron, asimismo, la escasez de combustible, insecticidas y equipos para desarrollar las campañas habituales de fumigación, informó el periódico local Venceremos.
El epidemiólogo Leonel Heredia Carpintrú, subdirector del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, dijo que se trata de un paciente que ingresó al país el 22 de febrero procedente de Angola y el 10 de marzo tuvo manifestaciones clínicas, por lo que se mantiene "controlado y atendido con evolución satisfactoria en el Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto".
A pesar de reportar este caso, Heredia Carpintrú aseguró que no existe transmisión autóctona en el territorio, al tratarse de un "paludismo no endémico, por su origen foráneo".
"Esta patología es causada por Plasmodium, un parásito inoculado de un paciente a otro por el mosquito del género Anófeles, el cual infecta con malaria y tiene hábitos vespertinos, a diferencia del Aedes aegypti, de actividad matutina y transmisor de dengue y chikungunya", detalló el epidemiólogo.
"Por esta razón, tras identificarse el paciente palúdico y proceder a la correspondiente atención médica, los trabajadores de Vectores han realizado tratamientos adulticidas (fumigación) intra y extradomiciliares en las zonas donde pernoctó (sur y centro de la ciudad) en horarios de la tarde-noche, cuando vuela el Anófeles transmisor", agregó.
Heredia Carpintrú llamó la atención sobre la cercanía de la época de lluvias y el aumento de la temperatura, factores que favorecen al mosquito, cuya presencia hoy es alta, sobre todo, en los municipios de Guantánamo, Manuel Tames y Caimanera.
"Son deficitarios los recursos para las campañas antivectoriales. Carecemos de petróleo, gasolina, insecticidas, de los propios equipos de fumigación…, pero no de la técnica del autofocal, de la vigilancia en cada casa, centro laboral… para evitar las larvas y que el mosquito llegue a volar", dijo, al referirse a las ineficientes acciones gubernamentales para enfrentar esta situación.
El paludismo humano tiene cuatro formas de presentación. La más grave puede mostrar cuadro clínico con fiebre, escalofríos, sudores y cefalalgia, ictericia; defectos de coagulación, choque, insuficiencia renal y hepática, encefalopatía aguda; edema pulmonar y cerebral, coma y muerte.
En enero de este año, el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) confirmó la detección de un caso de paludismo en Sancti Spíritus, en una persona residente en Jatibonico y que, al igual que en el caso detectado en Guantánamo, llegó a Cuba procedente de Angola.
El individuo fue ingresado el 23 de enero en el Hospital Provincial Camilo Cienfuegos, y al día siguiente dio positivo a la contagiosa enfermedad. La prueba de sangre fue enviada al Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, de La Habana, que el 27 confirmó el contagio.
"Se comienza a hacer un grupo de acciones integrales y se busca tratar de que no exista transmisión", aseguró el doctor Carlos Ruiz Santos, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Sancti Spíritus. El funcionario comentó en aquella ocasión en diálogo con el periódico local Escambray, que las autoridades de salud peinaron dos kilómetros a la redonda de la vivienda del contagiado y "se encontraron criaderos" del vector.
El MINSAP habría revisado además 10.000 viviendas, agregó Ruiz Santos, buscando otros infectados. "Se fumigaron 1.025 viviendas con malatión (plaguicida) y colocaron trampas eléctricas para la captura del mosquito", además de fumigar áreas abiertas con equipos móviles.
Como es de esperar, la deficiente situación higiénica de las ciudades y pueblos de Cuba hizo que el MINSAP, además, drenara zanjas, suprimiera salideros y recogiera la basura, "minimizando riesgos", admitió el funcionario. Ahora, en Guantánamo, no siquiera eso.