Familias damnificadas del derrumbe mortal ocurrido el martes 3 de octubre en La Habana Vieja han sido ubicadas en un local de la empresa estatal Cubatabaco en pésimas condiciones y bajo advertencias de las autoridades de no ofrecer declaraciones a la prensa independiente, según informó el periodista Mario J. Pentón en redes sociales.
Pentón publicó un video del lugar establecido para albergar a las personas que se quedaron sin techo y cuyas pertenencias quedaron atrapadas en el edificio colapsado.
"El gobernante Díaz-Canel les prometió 'toda la ayuda' tras desplomarse su edificio y perder sus viviendas. Populismo y sentimentalismo barato. Tras dormir por días en una escuela, las familias damnificadas de Lamparilla 388 han sido trasladadas a un local de Cubatabaco en pésimas condiciones y amenazadas para que no cuenten lo que sucede a la prensa independiente. #CubaEsUnaDictadura de pésima factura", dijo el reportero.
La semana pasada varios afectados por el derrumbe mortal que dejó tres fallecidos, entre ellos dos rescatistas del Cuerpo de Bomberos, dieron testimonio de la situación de desespero e incertidumbre en que quedaron.
Susana Pérez, sus cuatro niños y su madre, fueron evacuados junto a otras 12 familias (54 personas) a una escuela colindante del edificio colapsado. Esta joven madre recurrió a sus redes sociales para pedir ayudar porque en medio de pésimas condiciones (niños durmiendo en el piso) las autoridades les exigían que abandonaran el centro y buscaran ayuda por su cuenta. Pérez dijo que sus bienes quedaron en su apartamento, que no llegó a derrumbarse, pero las autoridades impedían que los residentes accedieran ante el peligro que entrañaba la zona.
"No tengo a dónde ir con mis hijos y mi madre, que es una persona mayor. Necesitamos la ayuda de todos para que se le dé una solución favorable principalmente para los niños a esta situación tan dolorosa", reclamó.
Una vecina que se identificó como Iris en una conversación con Martí Noticias parecía derrotada. "Todo, todo se perdió, se nos derrumbó el edificio entero, ¿cómo nos sentiremos?", dijo.
En redes sociales activistas como Magdiel Jorge Castro reclamaban que se diera albergue a las familias afectadas en habitaciones de hoteles que permanecen prácticamente desocupados.
"Ayer Díaz-Canel prometía 'toda la ayuda' a las familias damnificadas del derrumbe… hoy sabemos que tienen a niños pequeños durmiendo en el piso de una escuela. ¿Acaso no hay suficientes hoteles para albergar a estas familias? ¡Ustedes no tienen perdón!", escribió Castro en la red social X.
Según el diario oficial Granma, algunos de los afectados encontraron refugio en casas de familiares y amigos. Se desconoce si han podido recuperar las pertenencias que dejaron adentro.
El intendente de La Habana Vieja, Alexis Acosta Silva, dijo que brigadas del Ministerio de la Construcción, con el apoyo del Ministerio del Interior, trabajaban en la retirada de escombros para continuar con las labores de recuperación.
En el colapso del edificio multifamiliar perdieron la vida Yoandra Suárez López, de 40 años de edad, voluntaria y profesora de la Escuela Nacional de Bomberos, quien murió a causa de asfixia, sofocación y compresión torácico abdominal; Luis Alejandro Llerena Martínez, de 23 años, quien trabajaba como rescatista profesional desde 2022, de acuerdo con la información oficial. El tercer fallecido fue identificado como Ramón Páez Frómeta, residente desde hacía poco tiempo en el inmueble.
Las 13 familias de Lamparilla 388 se suman a los cientos de damnificados por derrumbes que hoy siguen sin una solución de vivienda prometida por el Gobierno. Muchas de estas personas permanecen en albergues en deplorables condiciones desde hace décadas.