Pese al cada vez mayor y más conocido historial de violaciones de los derechos de sus ciudadanos, el régimen de Cuba aspira a revalidar su asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, para el que presentó su candidatura.
El embajador y representante permanente de Cuba en Ginebra, Juan A. Quintanilla Román, hizo pública la candidatura del régimen de la Isla en una publicación en Twitter.
Según el funcionario, si La Habana es electa para el organismo, se comprometería a "abogar por el pleno respeto a los principios de universalidad, indivisibilidad, objetividad, no politización y no selectividad; promover el fortalecimiento de la cooperación internacional con respeto a la soberanía e integridad territorial de los países, así como continuar cooperando con esos mecanismos".
También buscaría "promover iniciativas y mandatos en temas de interés para los países en desarrollo, y espacios para la genuina y eficaz interacción en esta esfera entre los Estados, la sociedad civil y otros actores", además de "continuar cumpliendo estrictamente con las obligaciones y los compromisos adquiridos en virtud de los 44 instrumentos internacionales en materia de derechos humanos, de los cuales Cuba es Estado parte".
Pese a tales promesas, esta misma semana representantes de la sociedad civil independiente cubana exigieron la aprobación de una ley integral contra la violencia de género en la Isla, libertad y el cese de la criminalización de los defensores de los derechos humanos, entre otras exigencias, realizadas en la sede de la ONU en Ginebra en el contexto de las sesiones previas al Examen Periódico Universal (EPU), que revisa la situación de esos derechos en cada Estado, y al que debe someterse La Habana en noviembre próximo.
"Desde el último Examen Periódico Universal sobre Cuba, se han agudizado las agresiones y la violencia estatal en contra del gremio artístico independiente. A nivel nacional, la criminalización de la creatividad ha provocado un grave deterioro en los espacios para el pleno ejercicio de la libertad de expresión", explicó el artista Nonardo Perea Enríquez al intervenir en el panel.
"Es una oportunidad única, cada cuatro años y medio, para dirigirnos a las misiones permanentes de los países que están representados en las Naciones Unidas para que puedan escuchar la situación de derechos humanos desde la boca de los propios activistas que hemos sufrido represión, que hemos sido obligados a exiliarnos", sumó la abogada Laritza Diversent, directora del independiente Centro de Información Legal Cubalex.
Son muchas las recomendaciones en materia de derechos hechas durante el proceso anterior, hace más de cuatro años, que el Gobierno cubano ha dejado de cumplir o directamente ha evadido. La justificación de La Habana es que algunas resultan lesivas a la soberanía. Otras dice estar cumpliéndolas, pero no de manera estricta.
Un considerable número de funcionarios de la ONU reconoce que el Gobierno de Cuba no aplaza, sino evade y obstaculiza con toda intención responsabilidades en materia de derechos humanos desde enero de 1959. La cifra de denuncias por violaciones de derechos humanos que se presentan contra el régimen cubano ha crecido exponencialmente en los últimos años. La credibilidad e imagen del Estado sigue disminuyendo, gracias a la demostración de hechos violatorios concretos en todas las materias. Y la sociedad civil independiente ha jugado un papel significativo para exponer al régimen.
Pese a que La Habana celebra ser firmante de 44 tratados internacionales en la materia, lo cierto es que no suscribió otros, como el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos y Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, ni el Protocolo de 2014 del Convenio sobre el Trabajo Forzoso (1930) de la Organización Internacional del Trabajo, o el Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte.
Tampoco ratificó el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, ni el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a un procedimiento de comunicaciones, lo cual impidió que el Comité sobre los Derechos del Niño investigara el maltrato y la represión penal desatada contra menores de 18 años de edad manifestantes del 11J.
Por si no bastara, la reválida de la candidatura de La Habana en el Consejo de Derechos Humanos no pasa la prueba al revisar su actuación durante el ejercicio actual. Porque, pese a las quejas y denuncias del régimen de la Isla sobre la politización de los organismos internacionales, varios de sus votos en ese mecanismo son abiertamente políticos.
Así, en abril pasado la delegación cubana ante el Consejo se abstuvo de votar una resolución para extender el mandato de un panel que investiga posibles crímenes de guerra cometidos desde la invasión rusa de Ucrania, pese a que 28 países votaron a favor y se renovó esa comisión.
En marzo de este mismo año, La Habana votó en contra de que otro panel de expertos, que investiga los crímenes del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, recibiera un nuevo mandato para proseguir su trabajo.
En octubre de 2022, el Consejo renovó el mandato de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre Venezuela (FFM, por sus siglas en inglés) por dos años más, después que sus observadores afirmaran que en ese país se han cometido crímenes de lesa humanidad. Pese al apoyo abrumador a esa renovación, Cuba votó en contra con Bolivia, China, Eritrea y Venezuela.
Días antes, se opuso también a la creación de una misión independiente de investigación de las posibles violaciones a las libertades fundamentales cometidas por el régimen de Irán durante las protestas que sacudieron a ese país luego del asesinato de la joven Mahsa Amini, en septiembre de 2022.
En los 12 años que el Gobierno de Cuba formó parte de la organización, se ha posicionado en más de 74 ocasiones contra la aprobación de resoluciones que defienden los derechos humanos.
En abril de 2022, a raíz de la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos tras su invasión de Ucrania, organizaciones internacionales como UN Watch solicitaron que se tomara la misma medida con los gobiernos de Cuba, China, Eritrea, Libia, Mauritania y Venezuela.
Cuba fue elegida para el Consejo en 2020. De ser reelecta este año, retendría su escaño para el periodo 2024-2026.
La zorra tratando de que no le quiten las llaves del gallinero…😀
No entiendo como una organizacion puede tener alguien en su consejo que, no permite a esa misma organizacion a realizar trabajos en su mismo pais? Cuantas veces se les niega la entrada a Cuba a miembros de esa organizacion ademas, que salen HP de los actos de repudios gritando "abajo los derechos humanos"....
Con el aguacero que está cayendo en este mundo mundial. No creo que los gordos de GAESA puedan ser reelegidos. Estar a favor de los rusos ya es un impedimento.
Gracias al descalabro provocado por el régimen, Cuba hoy es analizada en medios internacionales como un Estado "fallido" o "débil" donde hay cerca de mil personas encarceladas por protestar sus condiciones de vida. Esos tiempos de "buena gente" en la ONU, van quedando atrás.
Aparte de descarados, cínicos y fascistas, la Dictadura tiene la cara bien dura, habla en la ONU de Derechos Humanos y dentro de Cuba la Carta de los Derechos Humanos está prohibida, es una mala palabra para los Castro, y aquel que se atreva a darla a conocer terminará en las mazmorras cómo un delincuente; esto no es un cuento, ni estoy exagerando.
Parece que la mafia confunde los Derechos Humanos con lo que ella defiende que son los "Derechos Inhumanos" también conocido como genocidio, holocausto o terrorismo de estado.
La Mafia promete respetar los derechos humanos, firma todo lo que le den a firmar y al final hace caso omiso de las promesas y de las firmas y hace lo que le sale de las narices; seguirán los presos, las golpizas.....y todo seguirá igual hasta la total desaparición de ese desgobierno.
¡Qué cinismo!