A 'Cubadebate' le preocupa el precio de los libros de texto en Europa y sus lectores no se lo perdonan

Los medios oficiales cubanos no pierden ocasión de vender un mundo exterior que se cae a pedazos, mientras silencia los graves males que afectan a los habitantes de la Isla. Solo que cada vez logra menos su efecto manipulador, como acaba de ocurrirle al sitio oficial Cubadebate.

A propósito del reinicio del curso escolar en numerosos países, el medio digital oficial versionó una nota tomada del diario español El Mundo, que haciendo referencia a un estudio de mercado en la península ibérica, advierte del encarecimiento del material escolar en Europa.

Según el reporte, ahora mismo España es el país con los libros de texto más caros de Europa, con un precio medio de 22,15 euros por libro, seguida de cerca por Italia y Francia, con 21,54 y 20,94 euros promedio, respectivamente.

"Por todo ello, según el estudio, esta vuelta a las aulas supondrá un gasto de unos 449 euros por hijo para las familias, lo que supone un 14% más que hace dos años. Dentro de este presupuesto, la mayor partida es la destinada a los manuales de las principales asignaturas, cuyo precio supera los 309 euros, un 19% más que en 2021. El segundo mayor gasto se encuentra en papelería, con un precio medio de unos 48 euros", resume la nota.

Pese a que Cubadebate filtra los comentarios de sus lectores, en el foro de la publicación apenas hubo reacciones aprobatorias. Más bien todo lo contrario. 

"El desayuno, la merienda, el calzado, la mochila, las libretas, etcétera. Creo que le ganamos a España en lo caro de un curso escolar", se limitó a escribir un usuario que firma como El médico.

Marta sumó: "En el curso pasado, mi nuera pagó delante de mí 1.000 pesos por la impresión de un cuaderno de Matemáticas para mi nieta, porque aunque presuntamente debía tocarle uno gratis en la que escuela, no había y la niña lo necesitaba. Mi jubilación como profesional y después de 41 años de trabajo es de 1.678 pesos. La próxima vez que vayan a llamar la atención sobre la carbonilla en el ojo ajeno, sería recomendable mirarse antes en el espejo".

Mientras que Campechanísimo optó por el sarcasmo: "Por suerte para nosotros los libros son gratuitos. Lo malo son las libretas, que ya andan por 500 pesos las más baratas".

Y, sugiriendo que Cubadebate evitó contextualizar la situación económica en que se producen los "enormes precios" europeos, Goyito indicó: "Habría que comparar el salario medio de esos países con el precio de los libros de texto. Aquí son gratis, pero cuánto gastan los padres en las meriendas y en el transporte, en caso de vivir lejos de la escuela".

A propósito, el martes la ministra de Educación cubana, Naima Ariatne Trujillo Barreto, compareció en el espacio televisivo de la Mesa Redonda para ofrecer detalles sobre el inicio del curso escolar en la Isla, el próximo 4 de septiembre, el primero desde el inicio de la pandemia del Covid-19 en Cuba que tendrá el formato y duración tradicionales.

La funcionaria comentó en su intervención sobre el recorrido que realizó por las provincias con menor cobertura de maestros y profesores (La Habana, Artemisa, Mayabeque, Sancti Spíritus, Camagüey y Ciego de Ávila), un problema que arrastra el país desde hace años y que se ha agravado con el empeoramiento de la crisis humanitaria y el éxodo migratorio histórico que vive el país.

Trujillo Barreto reconoció que "algunos compañeros que habían decidido acogerse a su jubilación han retornado a las aulas porque se les necesita". O sea, docentes a quienes el encarecimiento de la vida en Cuba y los magros ingresos que suponen sus pensiones les obligan a volver a trabajar.

También como efecto de la crisis económica cubana, la ministra reconoció que "en el oriente existe una situación mucho más favorable que en las provincias del centro y occidente. De hecho, las provincias orientales se han convertido en territorios emisores de profesionales hacia el resto de las provincias".

Asimismo, las otras soluciones para conseguir maestros, comentó, son hacer contratos por hora, que los funcionarios directivos asuman impartir clases y recurrir a "los jóvenes de los contingentes 'Educando por amor', de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU)".

En esa dirección, la ministra anunció que en La Habana "se decidió que los estudiantes de años terminales de las escuelas pedagógicas se incorporaran" a las aulas. "En el recorrido evaluamos extender esta estrategia a provincias como Camagüey y Sancti Spíritus", afirmó.

Con ese propósito, agregó Trujillo Barreto, "las escuelas pedagógicas y las universidades han accedido a hacer ajustes en sus programas para facilitar la incorporación de esos jóvenes maestros al sistema de enseñanza en los años terminales de sus carreras".

En el foro de la publicación de Cubadebate que resumió la intervención de la ministra, una usuaria que se identifica como Rosa Elena comentó: "¿Cómo es posible que pongan frente a las aulas, porque el MINED no tiene cobertura docente, a supuestos profesores que no tienen el conocimiento ni la metodología? El curso pasado, en el Politécnico de Informática Cepero Bonilla, hubo más de 30 alumnos que repitieron segundo año de la carrera porque el profesor de Matemática era un estudiante de la CUJAE que no tenía ningún conocimiento en la asignatura".

Según esa persona, el maestro "impartía clases dos veces a la semana porque le coincidía con la Universidad. Aquí se están violando las planes de estudios, las horas clases y la dosificación. (...) Esta denuncia se elevó en el Municipio de Educación de Diez de Octubre, en la Dirección Provincial de La Habana, y nunca se nos dio respuesta a los padres y los directivos de la escuela nunca quisieron escucharnos".

Ante ello, el Ministerio de Educación le respondió en el propio foro: "La alternativa de que estudiantes universitarios impartan clases ha dado muy buenos resultados en otros centros y provincias, a la que en el caso de La Habana no podemos renunciar. Estaremos revisando puntualmente en el Politécnico Raúl Cepero Bonilla la situación que usted plantea".

Por si no bastara con la falta de docentes, la ministra informó que las libretas no alcanzan este curso para los estudiantes y que "tampoco se han podido producir todos los títulos de cuadernos que hasta el momento se han estado utilizando en el sistema educativo".

Como solución a este problema, Trujillo Barreto explicó que "se han estado imprimiendo libros del modelo anterior al tercer perfeccionamiento del sistema de educación". Es decir, manuales con métodos de enseñanza sustituidos ya por nuevos programas.

La ministra, sugiriendo que ello supondrá un problema para los docentes, preparados para impartir los nuevos contenidos, advirtió que "se prevé que los nuevos textos lleguen para el inminente curso escolar, pero en caso de que esto no sea posible, se ha preparado al claustro de profesores para adoptar una variante u otra".

Eso sí, atendiendo a la exigencia de las autoridades cubanas a enfatizar en la politización de la enseñanza, la funcionaria aseguró que una prioridad de su ministerio será la "formación integral", que incluye priorizar el "aprendizaje de la historia", y lo que denominó "el programa de descolonización".

Sobre esto, detalló, que se enfoca "a partir de lo que representa en la formación de la nueva generación para la existencia en un modelo de convivencia social que genera un énfasis en un modelo de éxito, de que las personas—como nos ha estado diciendo Abel Prieto tantas veces— piensen y logren identificar entre la vida buena y la buena vida. Eso es una transformación esencial, porque la misión que tenemos es precisamente proveer al país de ese hombre superior, que emerge de un sistema anterior retrasado y que en la construcción hacia un sistema superior tiene que transformarse".

"Nosotros tenemos que lograr que la nueva generación se interprete (SIC) sobre todo desde una conciencia crítica, que sea capaz de identificarse y de entenderse como ser social y hacia dónde quiere poner las prioridades", subrayó, aunque sin precisar qué sucede cuando los cubanos orientan esa "conciencia crítica" hacia los males que genera el régimen político que impera en su propio país.