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Transporte

La prensa oficial reconoce la ineficacia del tope de precios a los boteros de La Habana

Habaneros consultados por 'Juventud Rebelde' cuestionan la medida adoptada por el Gobierno de la capital.

La Habana
Un almendrón en La Habana.
Un almendrón en La Habana. Diario de Cuba

El tope de precios aplicado por el Gobierno de La Habana a los transportistas privados ha provocado la disminución de los servicios brindados por estos, reconoció el diario oficial Juventud Rebelde.

Después de un recorrido por la capital, este rotativo concluyó que "en algunos casos la decisión ayudó, en otros empeoró y hay lugares en los que el cuartico sigue igualito". Odalis, de 35 años, residente en El Vedado, dijo que las tarifas no han sido acatadas por la mayoría de los transportistas privados, quienes mantienen los precios anteriores, o han disminuido el costo de los servicios, pero no a las cifras acordadas con el Gobierno de La Habana.

"La resolución era muy necesaria, con una intención de ayudar al pueblo. Sin embargo, debido a eso ha disminuido el número de choferes en servicio. En muchas ocasiones los pocos que se mantienen no paran o reducen la distancia de la ruta habitual, por tanto, en un final continuamos afectados", aseguró a Juventud Rebelde Mariana, de 42 años, residente de Centro Habana.

La experiencia de Mercedes, de 19 años, quien vive en Alamar, ha sido diferente. Esta joven explicó que ha disfrutado de los servicios ofrecidos por los taxistas no estatales con los costos establecidos. No obstante, señaló la diferencia de los precios en las jornadas nocturnas, cuando aún continúan bastante elevados, incluso en tramos cortos.

Los nuevos precios, aprobados por el Gobierno de La Habana a principios de junio, son de aplicación general a estos trabajadores por cuenta propia desde las 05:00AM hasta las 9:00PM. Fuera de ese horario, recordó el medio oficial, las tarifas serán por acuerdo entre cliente y transportista (oferta y demanda).

Rafael, de 49 años, residente en el reparto Camilo Cienfuegos, dijo: "El problema no solo recae en si los conductores cumplen o no con la resolución, o si deben ser más controlados sus comportamientos. También está en esos clientes que siguen pagando los 150 o 200 pesos, pues su objetivo es llegar al destino, lo cual es entendible debido al calor, la desesperación... pero perjudican a los demás. De esa forma continuamos incitando a esos altos precios".

Esteban, de 59 años, residente en Playa, resaltó un punto importante: "Las regulaciones han logrado controlar un poco las tarifas, pero las gazellas (transporte estatal de gestión privada) continúan 'multando' sus precios, al igual que los conductores estatales encargados de cooperar en las paradas, quienes cobran por su servicio. Las medidas para penalizar esas actitudes negativas deben incrementarse, así como su control, de lo contrario no estamos resolviendo nada".

Por su parte, Miguel, un transportista que cubre la ruta desde G y 23 hasta Micro X, en Alamar, pidió una mayor comprensión con respecto a los taxistas no estatales. "Las personas solamente se enfocan en sus prioridades, sin pensar en que nosotros también tenemos situaciones por atender. En mi caso particular tengo dos hijos, mis padres ya están jubilados, mi esposa ahora mismo no está trabajando por cuestiones médicas... eso es necesario tenerlo en cuenta también, un poco de empatía", dijo el chofer.

Eduardo, quien opera en la ruta desde la terminal de Playa hasta El Vedado, añadió: "Entiendo perfectamente la respuesta de las personas y el escenario económico actual del país, pero los precios que manteníamos no eran suficientes para adquirir los recursos básicos con los cuales realizamos nuestro trabajo".

Las regulaciones que los choferes privados deben cumplir, o en caso contrario enfrentarse a elevadas multas, suponen retomar los controles aplicados con la Resolución 240 de 2020, que topó los precios y estableció tramos para los viajes.

Como ya sucedió hace tres años, ahora el tope de precios provocó que los transportistas paralizaran su trabajo y se manifestaran en zonas como el Cotorro. Esto afectó seriamente la ya depauperada transportación estatal. La semana pasada el coordinador de Industria y Transporte en el Gobierno de la capital cubana, José Conesa González, informó que de los 894 ómnibus con que cuenta la capital están activos solo 294, para un 34% de disponibilidad.

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