Un artículo publicado en el Washington Post este 1 de junio, pidió que el levantamiento de las sanciones estadounidenses contra el Gobierno cubano para que, durante una próxima pandemia, la Isla pueda compartir sus vacunas con el resto del mundo.
Como es de suponer, la prensa oficial de la Isla reprodujo el artículo, titulado "En la próxima pandemia, dejen que Cuba vacune al mundo".
Los autores del texto publicado en el reconocido medio estadounidense son el escritor, activista e investigador indio Achal Prabhala, y el investigador del Centro Sur de Ginebra Vitor Ido.
En el artículo, se refirieron a la reunión sostenida por países que integran la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, la semana pasada, para debatir un acuerdo sobre cómo prepararse para enfrentar la próxima pandemia.
Aunque hasta el momento no se sabe qué recomendará la OMS, Prabhala e Ido predijeron la recomendación que no estará incluida: aliviar las sanciones de Estados Unidos a la industria biotecnológica nacional de Cuba, que tiene los medios para desarrollar vacunas y tratamientos de vanguardia y para compartirlos con países que no pueden pagar los precios premium de las compañías farmacéuticas del primer mundo.
Según los autores, Rolando Pérez Rodríguez, director de ciencia e innovación del conglomerado estatal BioCubaFarma, les dijo que el Gobierno se había percatado de que no tendría "el dinero para comprar vacunas para el pueblo, así es que tendríamos que hacer las nuestras, y hacerlas en muy poco tiempo".
Prabhala e Ido señalaron que, el precio de producir las vacunas cubanas había sido inferior a 50 millones de dólares, "de acuerdo a BioCubaFarma, mucho menos que los billones invertidos por el Gobierno de Estados Unidos y los cientos de millones invertidos por Alemania en las suyas".
No dijeron, sin embargo, si en alguno de esos países la inversión para producir las vacunas anti Covid-19 habían dejado a la población sin medicamentos básicos, como si ocurrió en Cuba.
En diciembre de 2021, el primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz reconoció en su informe ante la Asamblea Nacional del Poder Popular que la inversión para fabricar las vacunas propias contra el Covid-19 habían afectado el programa nacional de medicamentos.
Antes de la llegada a Cuba del coronavirus, la población ya enfrentaba un grave déficit de fármacos y esa situación empeoró con la pandemia. Dos años después, existe un agudo déficit de sueros citostáticos, bolsas para colostomías e incluso medicamentos básicos para dolencias menores.
Pero en agosto de 2022, en medio de la inestabilidad en la producción de sueros citostáticos en Cuba, el Gobierno disponía de los recursos necesarios para producir una vacuna contra la variante Omicron del coronavirus.
Los médicos cubanos al recetar fármacos muchas veces recomiendan a los pacientes pedirlos a un familiar radicado en el exterior. Sin embargo, algunos de esos medicamentos de fabricación nacional que no se encuentran en Cuba, aparecen en plataformas como Amazon, donde el propio Gobierno de la Isla los oferta a precios que para los residentes en la Isla resultan impagables.
Los autores del artículo publicado en el Washington Post aseguraron además que las vacunas contra el Covid-19 producidas en Cuba "demostraron tener más del 90% de efectividad, a la par de las vacunes líderes occidentales". Para avalar su afirmación citaron un artículo publicado en The LANCET… por científicos de entidades estatales cubanas.
Los autores también destacan que, con el tiempo, el Gobierno de Cuba exportó "casi tantas dosis como las que usó en casa" a Venezuela, México, Vietnam, Siria, Nicaragua, Bielorrusia e Irán. Pero "mientras muchos países en África y el sur de Asia también necesitaban vacunas desesperadamente, no pudieron aprovechar la oferta de Cuba".
La culpa, de acuerdo a los autores, es del embargo estadounidense y el recrudecimiento de las sanciones por parte de la Administración Trump, que habría sido el obstáculo para que el Gobierno de Cuba pudiera certificar sus vacunas.
No obstante, en abril de 2022, el presidente de BioCubaFarma, Eduardo Martínez Díaz, reconoció en conferencia de prensa que el retraso en obtener el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las vacunas contra el Covid-19 desarrolladas en la Isla era completa responsabilidad de esa entidad.
Por otra parte, en junio de 2022, un documento oficial de Nicaragua del plan nacional de cobertura y adquisición de vacunas, presentado por al Banco Mundial para acceder a un préstamo de 116 millones de dólares, reveló que La Habana vendió siete millones de dosis de sus vacunas contra el Covid-19 Soberana 02 y Abdala a su aliado de Managua a un precio de siete dólares la unidad. Ello pese a la falta de aval de la vacuna.
El precio de siete dólares de los inyectables de la Isla es más de lo que cuesta la dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca (5,50 dólares) y casi lo mismo que lo que vale la rusa Sputnik V y la de Johnson & Johnson, ambas a casi ocho dólares.
La revelación resultó llamativa ya que las autoridades cubanas apoyaron su propaganda sobre los fármacos desarrollados en la Isla en la promesa de ofertar al mundo en desarrollo un medicamento barato, que sería la solución ante el acaparamiento de las vacunas por los países ricos.
Esa información tampoco aparece en el artículo de Prabhala e Ido, publicado en el Washington Post y reproducido por Granma.
Si algo ha sabido la dictadura en las ultimas seis décadas es vivir del cuento...buena parte del apoyo que ha recibido es por la promoción de sus fakenews...
Washington Post propiedad del empresario norteamericano de ascendencia cubana Jeff Bezos.
La gente "no confía en la vacuna cubana Abdala", señaló este martes el secretario de Salud del estado mexicano de Coahuila, fronterizo con Estados Unidos, Roberto Bernal Gómez. De 99.200 dosis que les fueron entregadas en enero pasado, sólo se ha aplicado el 10%. Según el funcionario, devolverán al sector Salud federal cerca de 90.000 que "caducan en el mes de julio".
Contra——— El manco de la vacuna cubana es que no tenía un aval científico sólido detrâs. Por otra parte estaba el factor humano y la grave situación de emergencia en la que se encontraba el mundo entonces: nadie confía en un producto mèdico de un país subdesarrollado, sino empresas con experiencia y laboratorios conocidos.
Teniendo en cuenta que "el mundo" ve cómo el gobierno cubano trata a "sus esclavos" nadie "quiere ser como los cubanos".
Nadie se fia de "ser tratado" por alguien que maltrata a sus propios "ciudadanos".
Científico …LO QUE GAY QUE VER A ESTAS ALTURAS … CIENTÍFICOS DRDSM .. HP QUECTE VACUNÉ TU MADRE .. AGUA SOLA POR QUE NI AZÚCAR HAY EN CUBA .
QUE VIVA EL EMBARGO POE 100 años más .
Siii al embargo QUE VIVA EL EMBARGO CIENTÍFICOS DEL RCDSM.
¡¡¡ G U A C H I P U - D I C Í !!!