Sancti Spíritus es una de las provincias más envejecidas de Cuba. No obstante, según datos oficiales, allí en 2022 solo nacieron 3.189 niños, poco más de ocho diarios. Ello equivale a 347 menos que en 2021, mientras que el índice de embarazos no cumple con lo esperado por las autoridades, que dicen estar ocupadas en revertir la dinámica demográfica decreciente del país.
Según un texto sobre el tema del periódico oficial local Escambray, el Programa de Atención Materno Infantil mostró que "la natalidad a largo plazo no va a lograr revertir tal panorama".
De acuerdo con el reporte, año tras año decrece el número de nacimientos en la provincia, "pese a las estrategias diseñadas por el Gobierno y el sector de la Salud para impulsar la natalidad. Traer un hijo al mundo sigue siendo un proyecto postergado por muchas parejas".
En una reunión en el territorio entre los expertos y profesionales del Grupo Nacional de Trabajo del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, una de las iniciativas presentadas a bombo y platillo por la oficialista Federación de Mujeres Cubanas (FMC), se mostró que otro problema sin freno es el incremento de los embarazos en adolescentes.
En el encuentro, la viceprimera ministra cubana Inés María Chapman indicó que había que reducir ese índice, así como "analizar las causas que motivan esa problemática en ascenso, lo cual afecta la calidad de vida y la salud de ese segmento poblacional".
Tania Margarita Cruz Hernández, viceministra primera del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), advirtió entonces que "una niña con otro niño en brazos es otro problema". La funcionaria reconoció que el embarazo en la adolescencia, creciente en Cuba, es una de las principales preocupaciones del ministerio.
Escambray reconoció que "la natalidad es fenómeno multicausal, tal como lo definen los expertos, y ni las políticas públicas diseñadas por el Gobierno para impulsarla ni las facilidades que se les han ido incrementando con el paso del tiempo a las mujeres una vez que dan a luz han logrado revertir esta tendencia sostenida a decrecer que tienen los nacimientos".
Tales facilidades, que Raúl Castro lanzó como panacea para el problema después de sustituir a Fidel Castro al frente del Gobierno, consistían en comenzar a producir pañales desechables en Cuba y entregar casas a madres con tres o más hijos, entre otras. Pero ninguna ha sido cumplida del todo, mientras el problema se acentúa.
De hecho, Escambray mencionó el caso de una madre que pagó 700 pesos por un paquete de pañales desechables a un revendedor.
"Un hijo no pesa", dijo la cubana. Y completó la periodista autora del artículo: "Lo que agobia son los extras que gravitan sobre ellos: los culeros, la malanga, el pollo, las compotas, la leche, el yogur…, sin añadir la crianza, que es más costosa que todas las necesidades materiales juntas".
Menciona finalmente el texto que la Encuesta Nacional de Fecundidad 2022, aplicada en abril de 2022, de la cual no se conocen los resultados, debe arrojar luz sobre las razones por las que las cubanas no quieren tener descendencia.
"Los resultados no se han dado a conocer todavía; mas, la realidad va arrojando no pocos datos: que las parejas, si esperan a tener las condiciones ideales, no tienen hijos nunca; que todavía pesan los vicios patriarcales que subyugan a las mujeres; que algunos prefieren concebir fuera de los límites nacionales; que la crisis económica determina, también, la baja natalidad; que traer a un hijo al mundo es una responsabilidad que se contrae para toda la vida", propone Escambray.
El problema se menciona luego de que en 2022 el grupo poblacional mayor de 60 años fue el único que experimentó un crecimiento en Cuba, reconoció el Gobierno, que indicó que hoy el 21,6% de los cubanos tiene esa edad o más.
Según un informe presentado por el primer ministro, Manuel Marrero, ese segmento demográfico representa casi 2,4 millones de personas, lo que implica que Cuba califique entre los países más envejecidos de América Latina, indicó el diario oficial Granma.
La prensa oficial evita mencionar entre las razones centrales de esos fenómenos el éxodo histórico que vive Cuba, que solo en 2022 le hizo perder casi el 3% de su población. Según datos del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana, la mayoría de los cubanos que emigran están entre los 19 y 49 años y cuentan con altos niveles de calificación.
La tasa cubana de natalidad o fecundidad es de solo 1,45 hijos por mujer, la más baja de América Latina, que es de 2,1 hijos y es precisamente la tasa mínima de hijos por cada mujer fértil para que la población se reemplace a sí misma y no disminuya.
Cuba, con 11,1 millones de habitantes, se proyecta como el noveno país con la mayor población de ancianos del mundo para 2050, si se cumplen los pronósticos actuales.
Las mujeres no quieren parir futuros esclavos.
Y si es invadida lo enemigos serán repelidos a bastonazos...