El Gobierno cubano informó este jueves que prevé un promedio de interrupciones por apagones de unas tres horas por día hasta mayo próximo por mantenimientos programados a las centrales termoeléctricas (CTE) del país, recogió el portal oficial Cubadebate, aunque la realidad ha demostrado que las constantes salidas imprevistas añaden horas a las interrupciones.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, reiteró en el programa oficial radiotelevisado Mesa Redonda que los mantenimientos tienen como principal objetivo mejorar el servicio de cara al próximo verano y disminuir los apagones por averías, una promesa que los cubanos se toman con mucho escepticismo, teniendo en cuenta lo sucedido el año pasado.
"Después vamos a seguir trabajando durante todo el año para seguir incorporando potencia y aumentando la reserva para poder llegar a los meses de junio, julio y agosto en mejores condiciones que el año anterior", señaló el ministro, aunque advirtió que "pueden ocurrir días de afectaciones".
De la O justificó que en 2022 ocurrieron grandes desastres como los incendios en unidades de las centrales de Felton, de Holguín, y la de Mariel, así como el gran fuego en la base de supertanqueros de Matanzas que agravaron la compleja situación del sistema electroenergético nacional (SEN).
Celebró que Cuba cerró el año pasado, y comenzó este, sin cortes "programados" en el suministro de electricidad, a diferencia de la mayor parte de 2022, cuando los apagones superaron las diez horas diarias, precisó un reporte de EFE.
Señaló que la mejoría se dio a raíz de "un grupo de acciones", entre ellas la incorporación de siete patanas (centrales generadoras flotantes), contratadas a una empresa turca, que calificó como "una ayuda muy importante".
En ese sentido refirió que en la actualidad el país cuenta con una disponibilidad de 633 megavatios (MW) de generación móvil.
El ministro admitió que este tipo de generación suscita "inquietudes en la población". En ese sentido, argumentó que las unidades tradicionales que más rápido se han construido en Cuba fueron las Hitachi que están en Cienfuegos y cada bloque demoró cuatro años y solo aportan al SEN 158 MW.
"Realmente una patana llega y se conecta. Hay ocho emplazamientos de este tipo en Cuba, siete ya están generando y la última (una octava) se prepara para sincronizarla con el sistema. Somos del criterio que en el medio de la crisis que estamos viviendo, fue el mejor negocio que se hizo", dijo.
Sin embargo, en esta oportunidad, tampoco el ministro aclaró cuánto cuesta ese alquiler a las arcas cubanas, ni mencionó el impacto ambiental que estas representan.
Acerca de la termoeléctrica Antonio Guiteras —una de las mayores generadoras y actualmente en paro por una falla eléctrica—, el ministro dijo que será sometida a un mantenimiento en el segundo semestre de este año para el que se requerirán al menos 40 millones de dólares en piezas de repuesto.
Sobre las condiciones técnicas de esa planta, admitió que son "extremadamente críticas" por las dificultades para la adquisición de las piezas.
El SEN cubano se encuentra en una situación precaria, como se evidenció el año pasado, cuando los apagones eran diarios y prolongados, de hasta 12 horas al día en algunas regiones. Las afectaciones llegaron en ocasiones a casi el 40% del país.
Entre las causas de esta situación se encuentra la antigüedad de las ocho plantas termoeléctricas terrestres del país, con un promedio de más de 40 años en uso, el déficit de inversiones y la falta de combustible para las centrales.
La situación se ha agudizado en los últimos años por la grave crisis económica que atraviesa el país por la confluencia de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones de EEUU y los errores en la política monetaria nacional. Sin embargo, en medio de estas circunstancias, el Gobierno no ha dejado de invertir en infraestructura hotelera para un turismo casi inexistente tras el Covid-19.
Como una solución futura, las autoridades cubanas apuestan por incorporar las energías renovables, pero en este momento solo aportan 302 MW.
Los apagones tienen un importante coste económico, como ha reconocido el régimen cubano, y también generan descontento social, como se evidenció el año pasado tras las afectaciones que dejó el paso del huracán Ian, lo que se tradujo en protestas espontáneas.
El año pasado la meta fue diciembre, y ahora mayo, y en junio volverá a ser diciembre. El flamante "sistema energético nacional" hay que botarlo, y ya.
Y cuando finalmente los mulatos se acostumbren a tres horas de apagón diarios, se las suben a nueve y para el verano se resuelve el problema a lo OBiden, bajando a tres diarias y todos felices comiendo perdices.
Y después ….. de nuevo el Plan Moscú, ni agua, ni lú.