El portal oficial Cubadebate reconoció este viernes la ausencia de estadísticas, protocolos y programas efectivos, así como vacíos legales, que impiden frenar los feminicidios en Cuba.
"¿Estamos ante una ola de feminicidios en Cuba? Es difícil saberlo, no conocemos si efectivamente están muriendo más mujeres, o si ahora nos enteramos más. No tenemos todos los datos que necesitamos", señalan las periodistas Ania Terrero y Dixie Edith.
Según las autoras del material, hay estadísticas de este tipo en el país, pero ya se van poniendo viejas. Las últimas datan de una encuesta oficial de 2016.
"A las puertas de 2023, necesitamos más estadísticas, públicas y oportunas, para retratar el estado real del problema más allá de matices e instrumentalizaciones. Necesitamos conocer las zonas donde sucede más, las edades de las víctimas y sus victimarios, los contextos que motivan estos hechos, para identificar las causas culturales y estructurales y diseñar estrategias efectivas contra ellos", dicen.
"Por estos días, las redes sociales asustan", añaden las autoras del trabajo, quienes sin mencionarlos directamente se refieren a los reportes de feminicidios de los últimos días, tres durante el pasado fin de semana, y que han salido a la luz por las denuncias en plataformas feministas y medios independientes.
"Más allá de las cifras, los acontecimientos recientes colocan bajo la lupa varios desafíos de Cuba para concretar escenarios más efectivos de prevención, atención y enfrentamiento a la violencia de género en todas sus etapas. Saltan a la vista protocolos que aún no se cumplen y otros que todavía no existen, la urgencia de una ruta integral de protección a víctimas que funcione, la necesidad de otras acciones pospuestas, como un buen programa de educación integral en género y sexualidad", consideran.
En palabras de las periodistas oficialistas, "hace falta también hacer cumplir ese sistema legislativo que se construye de manera más articulada y apuntalar los escenarios donde aún no llega la transformación jurídica, con llamados específicos hacia la violencia de género".
"Resulta esencial, además, desde muchos puntos de vista, capacitar a las personas que operan con las leyes, a las fuerzas del orden. Porque hay raíces culturales que se sobreponen, incluso, a lo que ya se dictaminó en blanco y negro", dicen.
Para Cubadebate, "la prevención de la violencia de género debe comenzar mucho antes de que una persona –una mujer— necesite pedir ayuda".
"Para ello, tenemos que preguntarnos cada día, en cada espacio, qué estereotipo reproducimos; de qué maneras la violencia se va naturalizando en nuestras vidas, en las de nuestras hijas, sin apenas darnos cuenta", agrega.
En este sentido, cuestiona "los videoclips sexistas que se producen a diario, las telenovelas que reproducen los mitos del patriarcado, con ese humor que repite los mismos chistes racistas y misóginos, con tantos otros machismos naturalizados".
Las autoras abogan por una ley integral que centre la violencia de género como conflicto específico, pero no parecen muy apuradas ni son críticas con las organizaciones que bajo el amparo del Gobierno deberían incidir más en una normativa que proteja verdaderamente a las mujeres.
"Sí, debemos llegar ahí, tal como lo han reconocido especialistas en el tema y funcionarias de la Federación de Mujeres Cubanas en más de un espacio. Una normativa integral tiene una función de sensibilización y capacitación indiscutible. Pero si no atendemos todo lo demás, sería letra muerta. Porque la ley, el castigo, tienen que ser el último escalón. Las soluciones necesitan empezar mucho antes", opinan.
"La batalla comienza con la prevención; con la visibilización del conflicto y el desmontaje de las circunstancias que lo permiten, con la publicación de estadísticas, con la articulación de servicios de atención a víctimas más efectivos, con la capacitación del personal de salud, de la educación, de la Policía, de quienes operan las leyes; de quienes trabajan la comunicación, la cultura y tantos otros sectores. Comienza con una educación integral de la sexualidad que derrumbe estereotipos de género, dentro y fuera de las escuelas. Porque la violencia de género es un problema grave, con raíces profundas, que hiere y que sí, provoca todavía demasiadas muertes", concluyen.
Este viernes, la Red Femenina de Cuba denunció otros dos feminicidios en la Isla, mientras toma fuerza una campaña por una Ley de Género, que esta vez invita a los participantes a firmar para hacer realidad este reclamo y colocarse una cinta negra en la muñeca en señal de luto por las mujeres víctimas de violencia machista.
De acuerdo con el registro de Yo Sí Te Creo en Cuba, que hasta el 8 de febrero había verificado siete feminicidios, en lo que va de año ya son nueve los hechos de este tipo denunciados en la Isla.
El jueves, el caso de la joven Leidy Bacallao, asesinada en la madrugada del sábado 4 de febrero en la localidad Camalote, del municipio Nuevitas, Camagüey, llegó a las páginas de BBC Mundo. El medio británico destacó "la crueldad del ataque", "los más de 30 años de diferencia entre el presunto asesino y su víctima", así como "el hecho de que ocurrió en una unidad policial".
Este suceso también fue denunciado por plataformas feministas y organizaciones de la sociedad civil independiente cubana que esta semana realizaron, a través de una misiva, otro llamado por el Estado de Emergencia en Cuba.
Esta es la misma prensa que cuando le dan una galleta a un chino en Manhattan sale a formar tremenda guarapera.
Hay que esperar que el tsunami les pase por arriba; en el castrofascismo todo es perfecto.
Ah, pero no tan difícil como saber si en Cuba hay una dictadura o no. Claro, depende de la persona. No se me olvida el caso de un profesor cubanoide que durante un debate formal y público (en los EEUU) se negó a admitir que Fidel Castro era un dictador.
"¿Estamos ante una ola de feminicidios en Cuba? Las estadísticas no dicen mucho. Entonces es importante tomar una encuesta sobre las bases de las tendencias sociales: el consumo de alcohol durante las crisis económicas, la tasa de desempleo entre las mujeres cubanas, el costo y el acceso al transporte en las comunidades rurales, la disponibilidad de albergues para las mujeres sin techo, el acceso a combustible para cocinar, las facilidades para conseguir anticonceptivos, el aumento del crimen con la inflación, y la relación de la prostitution con la proteína.
La Red Femenina de Cuba puede terminar forzando una Ley de Género. Cuestión que no combina con los planes del gobierno. Porque las mujeres “oficialistas” también se identifican con la violencia machista.