Una veintena de figuras de la política y expertos de América Latina repudiaron el silencio casi absoluto sobre la situación de los derechos humanos en Cuba que se hizo manifiesto en la recién concluida cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que tuvo por sede a Buenos Aires.
En una declaración difundida por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), los firmantes subrayan que "siendo Cuba un modelo inspiracional y un agente difusor del autoritarismo en el continente, es moral, intelectual y prácticamente insostenible seguir abandonando al pueblo cubano que ha protestado, escapado, padecido y soportado 64 años de régimen autoritario".
Entre los firmantes de la declaración están Mariclaire Acosta, presidenta del Comité de Participación Ciudadana de México; la exministra de Educación de Chile Mariana Aylwin; la exsenadora argentina Graciela Fernández Meijide; Rubén Chababo, director del Museo Internacional para la Democracia de Rosario, Argentina; el sociólogo, activista y periodista venezolano Rafael Uzcátegui; el politólogo e historiador cubano Armando Chaguaceda; la experta en política latinoamericana Liliana De Riz, de Argentina; la socióloga y exguerrillera nicaragüense María Teresa Blandón, entre otros.
De acuerdo con el texto de la declaración, durante la cumbre de la CELAC "la ciudadanía cubana y sus amigos demócratas en la región atestiguamos con un dolor que no por esperado deja de desgarrar, que no se puede esperar casi nada de los políticos latinoamericanos".
"Salvo el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien llamó a superar la hemiplejía ideológica, a nadie le importa la suerte de los aproximadamente 1.000 presos políticos cubanos (más que la suma de los de Nicaragua y Venezuela) y el éxodo que ha lanzado en un año y medio a casi 400.000 cubanos al exilio", recuerdan.
"Esto es especialmente molesto cuando se maquilla la dictadura con eufemismos. Por ejemplo, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llamando a respetar que los cubanos quieran elegir 'su manera de gobernarse'; francas mentiras, como la del presidente argentino Alberto Fernández, diciendo que el cubano Miguel Díaz-Canel, el nicaragüense Daniel Ortega y el venezolano Nicolás Maduro, fueron electos por su pueblo".
"El presidente Boric enfatizó acertadamente en los mecanismos democráticos como elecciones libres y supervisadas, pero sin hacer explícita la necesidad de aquello que es en Cuba aún más urgente: detener el arrasamiento de los derechos humanos más esenciales. La dictadura cubana, que además de reprimir a su pueblo desestabiliza la democracia en la región apoyando a sus aliados sociales y gubernamentales autoritarios, sigue siendo poco nombrada", indican.
"Nuestro silencio, disimulo o defensa del status quo de la Isla tiene implicaciones para los propios cubanos y para toda la región. El silencio cómplice frente a la criminalización de los derechos humanos en Cuba sigue siendo el límite al compromiso democrático en América Latina y el Caribe", finalizan.
El problema del auge de la extrema derecha y la izquierda es que no hay un centro moderado. Se va de un Bolsonaro a una dictadura castrista como en Cuba. Los problemas de Latinoamérica no se resuelven con ni con el socialismo cubano ni con el capitalismo brutal. Hay que busca el término medio de manera que haya, con sus defectos y virtudes, democracia, bienestar y libertad, pero sobretodo justicia social para todos. No hay otra.
La complicidad letrinamericana con la dictadura totalitaria de Cuba es un cuento muy viejo que sigue apestando como mierda fresca. No es que sea inexplicable, pero sí es abominable, y por supuesto despreciable. Por eso yo rechazo por completo ser "latino." Eso es otra especie, y bien ajena.
CELAC : Congregación de Estúpidos Ladrones Asesinos y Criminales; en pocas palabras, la excrecencia del mundo.
¡Bingo!