En la provincia Artemisa disminuyen los nacimientos y, ante la escasez de anticonceptivos, aumentan los embarazos precoces, reportó el diario oficial local El Artemiseño.
En un contexto donde Cuba expone los niveles más bajos de fecundidad de la región, las artemiseñas aportaron 4.631 nacimientos en 2022, 458 menos que en 2021. La provincia se coloca en el quinto puesto a nivel nacional en cuanto a la mortalidad infantil, con una tasa de 5,4 fallecidos por cada 1.000 nacidos vivos.
Según la estructura relativa de la fecundidad por edad, que permite determinar cuánto aportan las madres de cada grupo etario al total de nacimientos en el territorio, Artemisa exhibe una tasa de cúspide temprana. El 31% de los alumbramientos lo tienen las mujeres de entre 20 y 24 años, mientras el 16,6% de los nacidos corresponde a las madres de entre 15 y 19 años. Es decir, casi el 48% de los bebés de Artemisa son gestados por madres de entre 15 y 24 años.
El municipio Aqluízar en 2021 mostró la mayor tasa de estos casos, casi 92 nacimientos de cada 1.000 lo gestaron mujeres de entre 15 y 24 años. Ese indicador duplicó el expuesto por el resto de las localidades.
Coincidentemente, las cifras del último informe (mayo de 2022) de fecundidad de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) en Artemisa, también arrojaron que Alquízar registró la tasa más alta. Ese territorio tuvo 52,2 nacimientos por cada 1.000 mujeres en edad fértil.
Gloria Lidia Peña Martínez, especialista en primer grado en Genética Clínica y jefa de la consulta municipal de Genética Comunitaria en Alquízar y Güira, reconoce también un aumento en las estadísticas de madres menores de 15 años.
"Por lo general provienen de asentamientos rurales y de familias disfuncionales o con bajo nivel cultural y económico; aunque existen excepciones", asegura la también Máster en Ciencias en Asesoramiento Genético.
"En este fenómeno influyen múltiples factores: el inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales, el consumo por las vías inadecuadas de los temas de sexualidad, la preocupación de las féminas a no ser aceptadas dentro del grupo social, el libertinaje sin la adecuada percepción de riesgo y, en los últimos tiempos, se suma la carencia de tabletas anticonceptivas y condones", agregó Peña Martínez.
La fecundidad en estas edades conlleva a serios riegos sociales. Uno de ellos es la privación al niño de crecer en un ambiente de maternidad y paternidad responsable. Se suma la ruptura con la vida escolar y las actividades propias de esas etapas que debería mantener los padres.
"Entre los riesgos médicos destaca la preeclampsia, la sepsis, las anemias, el bajo peso al nacer y la prematuridad. También son frecuentes los traumatismos a la ahora del parto por las diferencias entre el tamaño del feto y la pelvis de la madre, así como malformaciones congénitas", precisó Peña Martínez.
Aunque el embarazo constituye un hecho sumamente importante, por lo general las adolescentes lo asumen como un estado no deseado o no planificado.
Frecuentemente asociado a una relación débil de pareja, el embarazo precoz puede desembocar en una actitud de rechazo y ocultamiento de su condición. Esto suele derivar en un control prenatal tardío e insuficiente, con posibles consecuencias para la madre y la criatura.
En junio trascendió que la escasez de anticonceptivos en Cuba y el disparo de las cifras de aborto iban de la mano en la provincia de Ciego de Ávila. En octubre el Fondo de Población de las Naciones Unidas firmó un acuerdo con los ministerios cubanos de Salud Pública y del Comercio Exterior para adquirir anticonceptivos, particularmente dispositivos intrauterinos, con los que se pretende atajar las altas cifras de embarazos en adolescentes que presenta el país.
En los últimos dos años los embarazos han disminuido notablemente en Cuba, siendo los ocurridos en el periodo de la adolescencia los que a menor ritmo han decrecido. Estos superaron el 17% del total en el país durante 2021.