Migración, intercambio académico-científico, vuelos, comercio y asistencia ante desastres son algunos puntos que han acercado en los últimos tiempos a los gobiernos de Cuba y EEUU. Según han referido congresistas cubanoamericanos como Mario Diaz-Balart, Maria Elvira Salazar y Carlos A. Giménez se refleja un "aparente cambio" en la política de Biden hacia La Habana.
Movidos por esta "preocupación" los legisladores incluso pidieron respuestas a la Administración Biden en una carta enviada el pasado 24 de octubre. DIARIO DE CUBA conversó con los analistas Yaxys Cires, Juan Antonio Blanco y Manuel Cuesta Morúa sobre este tema.
"El Gobierno del presidente Joe Biden revocó en mayo varias restricciones establecidas por su predecesor, Donald Trump. El levantamiento de algunas tenía cierta lógica en el contexto cubano, buscando facilitar un poco las cosas a una parte de la población; ahí se pueden incluir los temas de las remesas, los vuelos a aeropuertos cubanos diferentes al de la capital y el impulso a los trámites consulares en La Habana, que también responde esto último a un interés de seguridad nacional y forma parte de una política más amplia hacia la región", comenta Yaxys Cires, director de Estrategias del Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
Para el también coordinador de Cuba Humanista, "en ese paquete incluyeron otras (medidas) que no tienen sentido en el contexto actual, como retomar los viajes grupales bajo la categoría de viajes educativos 'people to people', que es algo más enfocado a determinadas elites de ambos lados".
"Estas medidas no fueron acompañadas de una denuncia clara y exigente contra el régimen, verdadero causante de los problemas de los cubanos. Parece que alguien ha logrado establecer la idea de que determinadas medidas no deben ir acompañadas de exigencias políticas y legales al régimen, unas veces porque son humanitarias y otras porque hay que generar un 'clima de confianza'. Esto es erróneo y antipolítico", consideró.
Para Cires, "es sacrificar las bazas del presente para dejarlo todo, si acaso, a la voluntad de quien ha demostrado no respetar las reglas del juego".
En tal sentido, se preguntó: "¿Cómo se pueden plantear medidas migratorias o sobre los viajes y no tener una estrategia para que el régimen deje de utilizar como castigo político qué cubano entra o sale de su propio país?". Y continuó: "para hacer esto, hace falta liderazgo, creatividad y audacia".
Puso como "elemento positivo las sanciones individuales contra represores de las manifestaciones del 11 y 12 de julio", pero criticó que "en los últimos anuncios no se mencionan los nombres de los sancionados".
Cires recordó que "la Administración Biden dijo que tomaría medidas, pero que nunca regresaría a la política de Obama".
"El asunto es que se dificulta identificar cuál es el núcleo central de la actual política, y eso causa preocupación en sectores democráticos", apuntó.
"Hay una serie de acontecimientos de diversa naturaleza que sugieren pensar bien el enfoque de esa política superando el status quo", dijo.
Puso como ejemplos "los cambios ocurridos en la sociedad cubana a partir de las protestas del 11J; la represión desatada por el régimen contra los manifestantes, incluidos menores de edad; el llamado al enfrentamiento hecho por el propio Miguel Diaz-Canel; el reforzamiento del aparato legal represivo; la estampida migratoria actual; la muerte del general Luis Alberto Rodríguez López-Calleja; el reciente hundimiento de la lancha en Bahía Honda; la incapacidad del sistema para resolver incluso cuestiones de mera gestión; la implicación cubana en Venezuela y su apoyo a Rusia".
En opinión de Cires, las políticas de Obama y Trump tuvieron "elementos positivos, en un caso el trabajo con la sociedad civil y en el otro su confrontación clara a la elite cubana."
"EEUU y la Unión Europea deben acompañar al pueblo cubano en la búsqueda de 'una salida' del régimen actual y después apoyar con todo su liderazgo moral, político y económico esa vía. Puede que sea difícil clarificar en lo inmediato algunos hitos de este proceso, debido, por ejemplo, a la situación actual de la oposición interna o a la dificultad para identificar a sujetos reformistas dentro del régimen. Pero ahí es donde tiene que jugar su papel la creatividad política y la firme convicción de que el pueblo cubano tiene derecho a un futuro libre y próspero", declaró.
"El presidente Biden tiene una larga trayectoria política, igual que algunos políticos cubanoamericanos de los dos partidos. Lo mejor sería que se pusieran de acuerdo en una política audaz", opinó.
"Expresiones externas de una lógica errada y perversa"
En palabras del analista político cubano Juan Antonio Blanco, "la falsa premisa elaborada por la Dirección de Inteligencia en los 90, que fuese sembrada por (la espía) Ana Belén Montes en las comunidades de inteligencia, académicas, políticas y de comunicación (de EEUU) sigue vigente".
"El único peligro que presenta Cuba para EEUU es el de los éxodos masivos, por lo que el objetivo de Washington debe ser 'estabilizar' el control del Gobierno sobre la sociedad levantando sanciones y dando todo tipo de ventajas", señaló.
"La política de EEUU, como la de cualquier país, prioriza las amenazas de seguridad nacional y presta apoyo marginal político y económico a otros temas de su interés como los derechos humanos y la democracia. En la Administración Biden hay sinceros creyentes en el paradigma de Ana Belén Montes como los hubo en la de Obama. El problema es que no han interiorizado conceptualmente algunas cuestiones básicas", explicó.
"La primera es la actual naturaleza mafiosa totalitaria del sistema cubano y que ese régimen de gobernanza entró en una letal crisis multisistémica y finalmente cayó en 2022. El empujón final fue el colapso del sistema energético", estimó.
Para Blanco, "la segunda es que el sistema que se desplomó solo puede ser reemplazado, pero no reparado con ninguna inyección de recursos".
Según el doctor en Historia, para esto "solo hay dos posibilidades de remplazo" y "una sería guiada por reformistas autoritarios de la propia oligarquía que impondrían un régimen mafioso de mercado controlado y corrupto como el ruso".
"La otra es que las fuerzas prodemocráticas populares fuesen apoyadas por parte de los militares e inicien un proceso de transición hacia una sociedad abierta, democrática, de libre mercado bajo el imperio de un Estado de derecho que proteja los derechos humanos", añadió. Según el analista, "una cosa o la otra sucederá en el corto plazo".
"Los funcionarios de EEUU, como los de casi todos los países europeos, creen ser objetivos, pragmáticos y prudentes apostando por lo general a reformas puntuales controladas por elites autocráticas antes que a revoluciones impulsadas por fuerzas prodemocráticas. El resultado es que a menudo hacen aún más difícil —aunque no imposible— la tarea de los demócratas cubanos", dijo Blanco.
En palabras del analista, "ese es el trasfondo del drama, lo demás (intercambios 'culturales', etc.) son las expresiones externas de esa lógica errada y perversa".
"Equilibrio"
Para el opositor cubano Manuel Cuesta Morúa, "hay señales evidentes de cambios", y en primer lugar mencionó el restablecimiento de los servicios de la Embajada de EEUU en Cuba.
"Como segunda, no diría que el estímulo, pero sí la complacencia en que se retome aquel camino de las reuniones entre empresarios estadounidenses y supuestos empresarios cubanos", dijo y lo calificó como "un camino a explorar realmente peligroso sobre todo porque el empresariado cubano es cautivo de las estructuras de poder, no responde realmente a la economía".
El historiador alertó de que "si no se estimula el mercado interno, si (los cambios en las políticas de EEUU) no responden a criterios de seguridad jurídica universales que valgan tanto para unos como para otros, si no se estimula la iniciativa privada, lo único que se va a estimular es una especie de capitalismo comercial en Cuba que no es bueno para la sociedad".
En opinión de Cuesta, la tercera señal de cambio "va por los gestos políticos y simbólicos, de generosidad para enviar mensajes tanto al Gobierno como al pueblo cubanos de que EEUU no es el enemigo".
El analista consideró que es "una tendencia que estimuló Obama y que tiene un antecedente en aquel gesto compasivo de la Administración Bush de sacar la venta de medicinas y alimentos de la política del embargo".
"El último ejemplo de esto es la ayuda dada cuando la explosión de los supertanqueros de Matanzas y luego el otorgamiento de dos millones de dólares a través de la USAID por el huracán Ian. Son gestos que indican señales de cambio. Está también lo del programa de intercambio cultural académico y científico, otra señal, pero no creo que sea una implementación de la política de Obama tal y como él la inició", opinó.
"Obama entendía que la mejor política era la de acercarse al enemigo. Aunque tuvo encuentros con sectores de la sociedad civil independiente, dejó en un segundo plano el tema de las libertades y derechos humanos. No creo que Biden lo esté haciendo. Mientras va creciendo el intercambio con las autoridades cubanas, Biden señala cada vez más la importancia del tema de los derechos humanos y el compromiso de EEUU en este sentido", dijo.
"Creo que hay un equilibrio de la política que me parece muy interesante y que podría darle otra visión al tema de la ayuda de la USAID, por ejemplo. La misma organización que el Gobierno cubano denuncia constantemente como alimentadora de la supuesta subversión en Cuba es la misma que le acaba de otorgar ayuda humanitaria. Es como un mensaje de la legitimidad de la USAID para todo", añadió.
"Biden señala cada vez más la importancia que tiene la liberación de los presos políticos, el respeto a las libertades, e incluso me parece muy interesante los términos que emplea la Administración para situar estos derechos como constitucionales", concluyó.
otra señal... los van a devolver para cuba desde la frontera
La puñalada trapera se puede oler en el ambiente.
Para los que realmente gobiernan EEUU y no el titere senil que lee teleprompters y saluda al aire, mantener en la isla un regimen totalitario es una estrategia invariable.
De la misma forma que no es casualidad que el 97% de America Latina este en manos del Socialismo del Siglo XXI (comunismo maquillado), camino que tambien sigue Canada y buena parte de Europa, tampoco lo es el relajo en la frontera sur de EEUU y en las elecciones, el adoctrinamiento en las escuelas a traves de teorias raciales y de genero, la reescritura de de la historia, los 87 000 nuevos agentes de IRS, el regalo de 84 billones a los Talibanes, la politizacion del Departamento de Justicia y el FBI, las leyes que premian a los delincuentes y el fanatismo climatico.
JCAleman, tiene toda la razon del mundo, todo forma parte del diseño, aquí nada es casualidad, el ataque sistemático contra la familia tradicional, la despenalización de las drogas, el uso de fondos públicos para promover la vagancia y el haraganerismo y defund the police plus la demonización de estos, hasta el mil veces maldito reggaeton forma parte de este master plan. El relajo en la frontera se le escuche decir hace muchos años a Bill O'Reilly, cuando alegaba que el partido demorat estaba cambiando la composición étnica de este país, lo cual explica porque personas como Ocasio Cortez o John Fetterman ganan elecciones. Trump tenía razón, el muro es necesario para que estos anormales que eligen a los Lulas, Petros, Ortegas, Xiomara Castro y comparsa de mal paridos, no vengan a hacer lo mismo en esta tierra.
Bidél !!! , Bidél !!!, Bidél !!!
¿ Q tiene el camarada Bidél, Q "naide" puede con él ... ?
{[( Respuesta :- Soros, Dominion y los Mass Media )]}
Siempre lo he dicho, los únicos responsables de la existencia del castrismo desde sus mismos inicios han sido los gobiernos de USA. Ellos y solo ellos se han encargado de darle oxígeno en las crisis más fuertes que ha sufrido esa dictadura, y este viejo cagalitroso no va a ser la excepción, ya me extrañaba que no lo hubiera hecho antes ¿El motivo? Ha quedado perfectamente develado, el miedo a los resultados de las elecciones recién terminadas...
la señal es que Bidel los va a apoyar pero tiene que ser sin que la gente se de cuenta.