Dos grandes operativos y otros dos de menor tamaño contra vendedores de alimentos se efectuaron en el mes de octubre en la capital cubana, informó el estatal Portal del Ciudadano de La Habana.
Sin mencionar los nombres de los afectados, el reporte señala que en una vivienda de la barriada de Víbora Park, en Arroyo Naranjo, se ocuparon 116 cartones de huevos, 43 paquetes de detergente, 34 jabones de baño, 29 paquetes de toallitas húmedas y 23 paquetes de toallas sanitarias.
El otro gran decomiso ocurrió en el reparto de Alamar, en Habana del Este, al ocuparse "sin documentación legal diez sacos de harina de trigo sellados, más de 700 libras de chícharo, 120 libras de frijol colorado, cuatro porrones de 20 litros cada uno de aceite comestible, 470 kg de queso blanco, extracto de sabores para hacer helados, más de 300 libras de azúcar blanca y un saco con cebolla morada''.
''Los responsables se encuentran detenidos y en proceso de instrucción'', indica el reporte, sin precisar por qué posibles delitos serán encausados y cuántos cubanos están involucrados en los hechos.
Añade que en otros barrios del municipio Habana del Este fueron detenidos y conducidos a una estación policial dos ciudadanos por venta ilegal de medicamentos.
Otro individuo fue arrestado en la playa de Guanabo al ocupársele seis cajas de camarones destinadas a la venta, pero no se ofrecen más detalles.
Multas y decomisos a panaderías estatales, carretilleros y establecimientos privados.
También en La Habana los inspectores han multado a establecimientos estatales y privados, según reporta el sitio estatal Cubadebate.
En las inspecciones se detectó "bajo peso" al pan racionado que venden tres panaderías estatales en el municipio de Marianao. En esos establecimientos a los maestros panaderos se les señaló el incumplimiento de "los parámetros de calidad establecidos en las cartas de normas técnicas".
Por esas violaciones a varios de los trabajadores de esas panaderías les aplicaron multas de 8.000 pesos, aunque el reporte no señala que las quejas por la pésima calidad del pan es un problema de hace décadas y que nunca el régimen ha podido resolver.
Al propietario de una cafetería en el municipio Playa le impusieron una multa de 1.500 pesos, ''por no poder justificar con las facturas correspondientes la existencia de refrescos rones, dulces y galletas''.
A dos carretilleros en ese mismo municipio los inspectores estatales los multaron con 8.000 pesos por "establecer precios abusivos" en la venta de cebolla, (600 pesos por libra), tomate (300 pesos por libra), limón (250-300 pesos por libra) y pimiento (350-400 pesos por libra).
La pasada semana el gobernante Miguel Díaz-Canel hizo un llamado para continuar y acelerar la ofensiva gubernamental contra la ''economía sumergida'' y la corrupción que permea a prácticamente todo el tejido económico del régimen.
De igual manera, la orientación dada por el primer secretario del Partido Comunista en La Habana, Luis Torres Iríbar, es ''intensificar el enfrentamiento a las ilegalidades relacionadas con la venta de productos alimenticios, el acaparamiento, la sustracción de mercancías de las entidades estatales y los precios abusivos''.
Como es habitual, estos reportes oficiales no mencionan que el alza de los precios, unido a la escasez crónica de alimentos, se agudizó con la implementación a partir de 2021 de la Tarea Ordenamiento.
De igual modo, las autoridades cubanas siguen poniendo numerosas trabas a los trabajadores agrícolas y al sector privado, mientras gastan sumas millonarias en la importación de alimentos.
Tal parece que todo está diseñado para desincentivar la producción y venta de alimentos. Después culpan al embargo, ese chivo expiatorio que ellos crearon.
La hambruna ha sido planificada por el mismo gobierno. ¿Qué hay tras este interés en que el pueblo pase hambre? Hay rarezas que solo el tiempo explicará.