La meta planteada por el Gobierno de Cuba de recibir 2,5 millones de visitantes durante 2022 parece que no se va a cumplir: de acuerdo con datos oficiales, hasta septiembre último el país había recibido 1.074.814 visitantes internacionales, lo que supone que entre octubre y diciembre deberían arribar 1.400.000 más para cumplir lo prometido.
Según cifras de la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), el total de viajeros que entró a Cuba en los primeros nueves meses del año (1.553.461) representa un crecimiento del 552,9% respecto a igual periodo de 2021, cuando los aeropuertos del país permanecieron casi del todo cerrados.
De esa cantidad, 1.074.814 fueron "visitantes internacionales", término que utiliza la ONEI para catalogar a los viajeros que residen en el exterior, incluidos turistas y emigrados cubanos.
La cifra supone un incremento del 594,7% con respecto a 2021; es decir, 894.079 visitantes internacionales más.
El crecimiento es irrisorio si se toma en cuenta que hasta julio la ONEI reportaba 834.891 visitantes internacionales, lo que supone que en tres meses apenas llegaron unos 200.000 más.
Los arribos a la Isla en los primeros nueve meses son encabezados por 324.252 turistas de Canadá, un mercado que se ha ido recuperando y ha permitido maquillar la pérdida de los vacacionistas rusos, por delante de 240.197 visitantes que la ONEI califica dentro de la categoría "Comunidad cubana en el exterior", o sea, emigrados cubanos.
Les siguen en orden descendente 67.607 viajeros de Estados Unidos y 62.157 de España. De Rusia apenas arribaron 38.883 vacacionistas, una caída considerable frente a los más de 111.000 de 2021.
Las cifras de ocupación hotelera son por ello funestas. Durante el primer semestre el actual año, según cifras oficiales, esta fue de apenas un 14,4%. Ello, mientras el Gobierno no detiene la construcción de nuevos hoteles y dedica las mayores partidas del presupuesto anual al sector inmobiliario y turístico.
Ante esa realidad, semanas atrás la división corporativa emisora en España del grupo TUI, turoperador especializado en viajes, anunció una rebaja de precios para sus reservas a Cuba durante el invierno. La llamada temporada alta del turismo en Cuba, que tiene su pico entre noviembre y diciembre, es la tabla de salvación que queda al Gobierno.
De acuerdo con un análisis publicado en DIARIO DE CUBA, "la mayoría de los turistas que van a Cuba no repiten. Se van disgustados por la pésima infraestructura, problemas de transporte terrestre, aéreo, y hasta falta de agua caliente en los hoteles. De nada sirve priorizar el número de visitantes y querer llenar los hoteles si no se tiene en cuenta el objetivo clave en toda industria turística: que el visitante gaste la mayor cantidad de dinero posible".
Y la mayoria de eso turistas son una pila de viejos pedofilos, van a buscar jovencitas y menores de edad, se aprovechan de la miseria que atraviesa la isla maldita
Ah, un incremento del turismo de Canadá. Claro. Los canadienses no le fallan a la dictadura. Qué lo hicieran los rusos no sorprendiera, ya que los rusos son lo que son, pero los canadienses son considerados "buena gente." A no ser que sean retrasados mentales, son despreciables.
Pero, hay que decirlo, hay cubanos "exiliados" que acaban haciendo lo mismo. Vamos bien.
Los tornaviajes (souvenirs) que el turistas llevará al regresar a su país: dengue, viruela del mono, COVID, sarna; quienes buscan sexo barato con adolescentes, alguna que otra enfermedad venérea; recuerdos traumáticos de la estancia en Cuba después de sufrir un asalto en noche sin luz y ser despojado de su reloj, collar u otras joyas. ¿Por qué turistear en un infierno cuando hay muchos destinos paradisiacos donde pasar unas vacaciones agradables?