Como hiciera en los últimos años, incluso mientras la pandemia del Covid-19 agravaba la situación de los cubanos y la adopción del paquetazo económico de la Tarea ordenamiento apretaba la soga de la escasez en los hogares y disparaba la inflación, el Gobierno cubano prefiere seguir invirtiendo en sectores ajenos a los servicios básicos y la alimentación, que aliviarían ese panorama.
De acuerdo con cifras publicadas por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), entre enero y junio de 2022 las inversiones por sectores de la economía beneficiaron de manera desmedida a los servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler, que incluyen la inversión en hoteles e infraestructura turística.
Este comportamiento, que confirma el rumbo que toma el presupuesto en Cuba en los últimos años, mientras las autoridades admiten no tener los recursos para invertir en la renovación de las termoeléctricas de la Isla, en tanto los apagones hunden todavía más la economía y hacen imposible la vida de los cubanos, significa que solo en ese sector se invirtieron 10.691,9 millones de pesos cubanos.
Ello contrasta con los 276,6 millones dedicados a la educación; los 386,2 a cultura y deportes; los 626,5 millones destinados a la salud pública y asistencia social, y los 830,1 a la agricultura, ganadería y silvicultura.
El sector que recibe la segunda mayor cifra de inversiones en el primer semestre del año presente es el de la industria manufacturera, con 5910,8 millones, poco más de la mitad de la cifra dedicada a los servicios empresariales, actividades inmobiliarias y de alquiler
El economista cubano Pedro Monreal subrayó al analizar las cifras oficiales que ese sector "concentra un tercio de la inversión total del país".
Acotó que en la primera mitad de 2022 el peso relativo de esa inversión "fue menor que en el 'pico' de 2020 (45,6%), pero sigue siendo irracionalmente alto en un contexto de inseguridad alimentaria donde el agro apenas recibe el 2.6% de la inversión".
En su muro de Facebook, Monreal estimó que "las distorsionadas prioridades de inversión de Cuba se reflejan en sus dispares resultados: el aumento de 10,7% en habitaciones hoteleras en 2022 respecto a 2017, cuando con muchas menos habitaciones se acogieron 4,6 millones de visitantes, coexiste con una profunda crisis del agro".
"La superación de la crisis agropecuaria de Cuba requiere que, como mínimo, se regrese a dedicarle al agro, especialmente al sector privado, un 8% de la inversión nacional total, lo que equivaldría aproximadamente a un monto de 5 a 6.000 millones de pesos anuales", sugirió.
Esta situación se produce a pesar de que los datos oficiales del turismo internacional siguen arrojando una muy escasa ocupación en las instalaciones ya existentes.
"La tasa de ocupación media de 14,4% del turismo internacional en Cuba en el primer semestre de 2022 fue superior a la tasa media del primer semestre del año anterior (5,1%), pero inferior a la tasa —también baja— de 25,4% registrada en igual etapa de 2020", explicó Monreal semanas atrás.
Otra vez echando mano a cifras oficiales de la ONEI, el economista advirtió que "la reciente tasa de ocupación semestral del 14,4% del turismo internacional en Cuba es inferior a las tasas mensuales de años 'normales' como 2018 y 2019, e inclusive inferior a las tasas de un año 'malo' como 2020".
La construcción de nuevas habitaciones turísticas llegó a rozar el 50% de la inversión entre 2020 y 2021, de acuerdo con cifras oficiales.
Cagastro 1959: convertiremos los cuarteles en escuelas.
Su familia 2022: convertiremos las escuelas en hoteles.
Parece que el canelo y compañia no son conscientes que para conseguir divisas la única forma consiste en dar de comer y beber a todos los cubanos, solucionar los problemas de infraestructura básica, la sanidad y la educación.
Construir cascarones hoteleros vacios de contenido sólo va a empeorar la situación.
Si pretenden emular la especulación inmobiliaria del imperio han empezado con mal pie y además han copiado únicamente lo malo de esa especulación.