Durante los continuos apagones de mayo, la gente común de esta Isla se cuestionó "adónde fueron a parar" las promesas de mejoría en el muy deficitario servicio de la estatal Unión Nacional Eléctrica (UNE), y —más importante aún— los dineros destinados a esas cuestiones de infraestructura y desarrollo, anunciados a mandíbula combatiente en reiteradas Mesas Redondas.
Como no existe manera directa de dilucidar qué ha hecho el poder con sus propios planes inversionistas en el ramo, ni darle seguimiento más allá de las palabras, hay que apelar a la cronología de sus contradicciones.
En pleno apogeo de apagones, la Mesa Redonda describió al Sistema Electroenergético Nacional (SEN) con minuciosidad, como si la ciudadanía afectada precisara detalles, cuando ha vivido las crisis sucesivas desde la raíz.
La prensa cubana, propensa a festinar las perpetuas carencias de todo tipo con la promesa de un mañana que nunca llega, exhibe en nómina —y hasta en TV—a periodistas incapaces de formular preguntas correctas.
Hace seis años, el Gobierno de Cuba firmó con el de Rusia un crédito de 1.320 millones de dólares —equivalentes a 1.200 millones de euros—, para añadir 800 MWh a las centrales termoeléctricas (CTE) del SEN. De acuerdo con Cubadebate, el propósito era "construir cuatro nuevas unidades generadoras de 200 megawatts cada una, en las centrales Máximo Gómez del Mariel (1) y Este Habana (3)".
En 2021 "concluyó la modernización" —o mantenimiento capital— de la unidad 6 de la CTE del Mariel, pero solo con la mitad de la capacidad prevista, es decir; 100 MWh, sincronizados al SEN a finales de ese año.
Según el mismo sitio, "se emplearon 113 millones en monedas libremente convertibles (MLC)", así, en plural. Es imposible, a estas alturas del impreciso índice cambiario oficial, intentar siquiera adivinar cuánto representa esa cifra en dólares o euros.
Antes, en noviembre de 2019, los medios oficiales publicaron la noticia de que se encontraba "en fase inicial de ejecución un proyecto de inversión", con capital supuestamente ruso, en la CTE Este Habana, sobre cuyo monto financiero no se ofrecieron detalles.
En un pie de foto, se afirma que las obras "deben concluir a finales del año 2024" y que dotarán a la CTE de "una capacidad conjunta de 900 MWh".
Cotejando esta información con la de 2016, se trata, en efecto, de las tres unidades que contemplaba el convenio, de 200 MWh cada una (600 MWh que, añadidos a los aproximadamente 300 MWh con que ya cuenta la planta, hacen los 900 MWh que devendría en los resúmenes esperados).
En 2021, 14 meses después, y en otra Mesa Redonda "informativa", el siempre ubicuo director de Generación de la UNE evitó mencionar esa inversión, como al descuido, dejando entrever que algo funcionaba mal, más allá de sus dispositivos tecnológicos, pues en el programa se dijo que "la CTE Este Habana posee las mismas unidades de generación que en 2019", cuando el proyecto consistía, como vimos antes, en instalar tres más esfumadas hasta hoy.
¿Qué ocurrió con la inversión? ¿Por qué no se ha hablado más de ella?
Eludiendo mencionar las fuentes de financiamientos, el funcionario citó tres proyectos que tendrían lugar en aquel año:
• Unidad 5 de CTE Renté, de 100 MWh, por valor de 950.000 dólares.
• Unidad 1 de CTE Felton, de 260 MWh, por valor de 75.000.000 euros.
• Unidad 6 de CTE Mariel, de 100 MWh, por valor de 89.000.000 euros.
No hubo noticia de los 800 MWh proyectados en 2016 que se redujeron a 460 —poco más de la mitad—, apareciendo cambiados los objetos de obra, al sustituirse la CTE Este Habana por las otras dos.
¿O la Felton y la Renté se financian con dineros de procedencia "no rusa"?
El mayor inconveniente para el procesamiento de estos datos, es que se ofrecen en monedas diferentes, lo cual impide calcular el monto total con exactitud.
Pero comoquiera que el euro es la moneda más fuerte, y la que más se reitera, tanto el dólar como el MLC equivalen a 1 euro, acorde con las normas cambiarias del Banco Central de Cuba para contabilizar el trasiego.
Entonces, las inversiones en plena ejecución en 2021 sumarían 164.950.000 de euros, que representan el 13,74% del préstamo ruso, del cual aún se desconoce la —significativa, por desgastante— tasa de interés.
No debemos olvidar que fue el presidente Vladimir Putin quien condonó el 90% de la famosa e impagable deuda cubana de 35.000 millones de dólares con la extinta URSS en julio del 2014, facilitándole así la posterior reestructuración de los 2.300 millones que Viacheslav Volodin vino a reclamar en este febrero a La Habana por impagos pendientes desde el 2020. Según pactos firmados recién, los rusos siguen confiados en que recuperarán su dinero antes de diciembre del 2027, cuando el Gobierno cubano aún debe 11,1 miles de millones al Club de París.
Concluyendo —y según Datosmacro, en donde se encuentran los indicadores ausentes de la web de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)—, en 2016 el SEN de Cuba tenía una "capacidad total instalada de 6.951 MWh", cifra mayor que los 6.499 MWh de que, teóricamente, "disponemos en 2022", conforme han expresado los actuales directivos de la UNE.
Eso quiere decir que, un lustro y un año después de aquel anuncio, a pesar del dinero "prestado" al Gobierno cubano por Putin para aumentar en 880 MWh su capacidad total de generación eléctrica, inexplicablemente esta ha disminuido en 452 MWh, independientemente del "incremento en la generación a partir de las fuentes renovables", que se ha elevado de 610 en 2016 a 2.473 MWh en 2022.
¿Qué ha sucedido con el 85% del dinero ruso, más o menos 1.000 millones de euros? ¿Qué fue del ambicioso proyecto de la CTE Este Habana?
Los periodistas oficialista presentes en el programa Mesa Redonda perdieron —junto con una nación hoy más apagada que antes—, la posibilidad de cuestionar tal trasparencia a los "compañeros panelistas".
Parte de ese dinero fue depositado por los mafiosos militares en bancos extranjeros a nombre de bien remunerados testaferros, incluso extranjeros con direccion falsa en el extranjero.
Ese dinero lo pueden ver en los nuevos hoteles de Lopez Callejas....