Tensión en Holguín por las protestas: el régimen cubano moviliza sus fuerzas para la represión

En la tarde y noche de este jueves hubo gran tensión en toda la provincia de Holguín, al igual que en otras zonas del país, a lo que el régimen cubano ha respondido con el con corte de internet, patrullas de policías en las calles, y la movilización y acuartelamiento de todos los uniformados, aunque estuviesen de descanso. También, con la activación de la vigilancia en los barrios con los elementos más afines al régimen; y de reclutas del servicio militar congregados en sitios predeterminados, armados con palos y vestidos de civil, a la espera de sofocar con violencia cualquier manifestación popular que no pueda ser controlada con la presencia policial.

"Ayer por la tarde vinieron a buscar a mi marido, a pesar de que no estaba trabajando porque tiene sospecha de dengue. Están recogiendo a todos los policías, aunque no les toque el turno y aunque estén enfermos. Si no están en el hospital, tienen que ir para la unidad, acuartelados", contó a DIARIO DE CUBA la esposa de un policía, quien prefirió, por razones de seguridad, no revelar detalles sobre su identidad.

"El que vino a buscarlo solo dijo que 'Holguín está caliente y La Habana está ardiendo', y también le dijo 'echa el cepillo de dientes, porque si la cosa se pone fea es posible que nos manden para allá' (para la capital). Tuvo que irse así mismo. Ojalá lo manden para atrás porque si lo que tiene es dengue va a estar flojo; ojalá no tenga que verse metido por su trabajo en esa candela", añadió.

"Cuando el Gobierno manda a ETECSA a tumbar internet no es por gusto", afirmó por su parte Juan Ramón, un albañil en desacuerdo con el sistema, como la mayoría de los cubanos.

"Ya se sabe que la cosa está caliente en algún lado del país y tienen miedo que los demás pueblos se embullen como el 11 de julio (de 2021) y se vuelva masivo. Ponen el parche antes de que el grano se propague", agregó.

"Ya en el barrio se ve el movimiento de chivatones, preparando gente para que denuncie rápidamente cualquier cosa que pase. Pero a mí no me importa; si la gente se tira, yo me tiro. Solo, nunca, porque me comen, pero si veo más gente, me pongo el nasobuco y una gorra y me lanzo a la calle a ver si esta mierda se acaba de arreglar", aseveró.

María tiene un hijo pasando el Servicio Militar en La Habana, específicamente en una unidad de Managua, con el que se comunicó en la tarde del jueves. Quedó muy preocupada. "Me dijo que está movilizado igual que cuando se cumplió un año de las manifestaciones (11J), con palos y un poco de guaguas parqueadas, esperando un aviso de protestas para salir a molerlos (a los manifestantes) a golpes".

"Yo estoy aterrorizada porque mi hijo es un niño todavía y nunca ha sido violento, pero siendo militar ahora no se gobierna, y si lo mandan, tiene que ir. Quién quita que le dé un mal golpe a alguien y me lo vuelvan un asesino, o que le arrebaten el palo y me lo maten".

"Este desgraciado Gobierno tiene a los cubanos fajados unos contra otro y, al final, todo el mundo quisiera estar en la calle, pero tenemos miedo. Yo solo oro por mi hijo, para que no tenga que llegar a hacer eso, como en julio que lo movilizaron por gusto", dijo con esperanza.

En la noche del miércoles se reportaron varias protestas en la ciudad de Holguín, y al menos una en el municipio de Mayarí, debido al apagón masivo en todo el país. A pesar de que las afectaciones del huracán Ian no alcanzaron las regiones del centro y oriente de Cuba, el sistema eléctrico nacional sufrió un apagón general.

Y en la tarde-noche de este jueves, las protestas ciudadanas y el desafío al Gobierno de Díaz-Canel se intensificaron en la capital, tras 48 horas sin electricidad ni agua, que afectan no solo la vida diaria de las personas sino también los servicios básicos a la población.

Los cubanos explotan por las carencias y dificultades exacerbadas y arremeten contra el Gobierno, que carece de popularidad y de efectividad, al punto de ser tendencia la etiqueta #CubaEstadoFallido.

Pero en vez de hacer los cambios democráticos y liberales que podrían sacar al país de la crisis, el Gobierno de Díaz-Canel apela a la represión, a facilitar la migración masiva y a seguir intentando que la "continuidad" del sistema resuelva lo que destruyó y nunca más ha podido garantizar: un país que funcione. Esto crea la fórmula perfecta para más estallidos sociales.