Desde materiales para curaciones ausentes en el sistema de Salud Pública de Cuba, pomadas, medicamentos homeopáticos y analgésicos de contacto, hasta íntimas y los desaparecidos condones, se ofertan en la recién inaugurada Farmacia Internacional de Caibarién, administrada por la estatal Comercializadora de Servicios Médicos SA (SMC), pero ubicada en la tienda TRD Villa Blanca.
En dólares o moneda libremente convertible (MLC) y a precios elevadísimos se venden desde jeringuillas, guantes de látex, gasas, antisépticos, alcoholes y algodones hasta el tan demandado Bálsamo de Schostacovsky.
La corporación estatal adjunta al Ministerio de Salud Pública (MINSAP), encargada de la exportación de los profesionales médicos cubanos, ahora retoma la venta de medicinas alternativas que, según información de su web oficial, va dirigida al turismo.
Entre las "siete modalidades de servicio" que promueve la SMC están incluidas estas farmacias muy bien abastecidas y destinadas a los viajeros extranjeros. Sin embargo, se abren cada vez más, no en hoteles ni lugares de recreo para extranjeros saciados, sino en tiendas comunes frecuentadas por cubanos hambrientos y, por añadidura, enfermos.
"Hasta 2007 pertenecíamos, como exponentes de medicinas veterinarias primero y luego comercializables, al Grupo de Flora y Fauna (de la corporación estatal CIMEX SA), luego pasamos a ser parte de Cubanacán SA, y desde el 2017 fuimos a parar a la CSM, pero en 2019, debido a la pandemia, tuvimos que cerrar", contó a DIARIO DE CUBA una empleada de la reabierta farmacia internacional en Villa Blanca.
"Inicialmente, Farmacia Internacional era una dependencia de la compañía Cubanacán Turismo y Salud, y su misión fundamental consistía en brindar servicios informativos y productos netamente cubanos, como Spirulina, Cartílago de Tiburón, PPG, fangos medicinales, productos dermo-cosmetológicos múltiples para tratamientos de belleza, entre otros", agregó.
Según la empleada, "reabren este septiembre conjuntamente con esta farmacia algunas otras en municipios del territorio central, pero aún falta por aprobarse como una docena más".
No aclaró si la apertura de estas farmacias internacionales a las que no tienen acceso los cubanos de a pie se extenderá a todo el país.
Los polos turísticos han sido los enclaves priorizados. Ya existen dispensarías homólogas en Trinidad, Santa Clara, Sagua y Sancti Spíritus, mientras San Juan de Los Remedios, también en Villa Clara, aguarda por reubicar su sede que, como la de Caibarién, ha pasado por establecimientos de los consorcios estatales Caracol, Artex, Cubalse, Palmares, Rumbos, Cubanacán, Cimex y por último TRD, todos administrados por el conglomerado militar GAESA.
DIARIO DE CUBA pudo comprobar los precios de los productos vendidos en la farmacia de Villa Blanca. Por ejemplo, tres condones de la marca Sensitex se venden por 2,40 MLC, un paquete de íntimas por 5,24MLC, agujas desechables por 0,27 cada una, guantes quirúrgicos de latex por 2,37MLC, un frasco de extracto de hígado de bacalao a 9,30MLC, ungüento infantil a 4,90 y gel antibacterial a 5,15MLC.
"Faltan importantes remedios inyectables por llegar, como Diclofenaco de Sodio y Neurobión. Pero seguro que vendrán como todo: más caros que antes", dijo la empleada al referirse a la alta demanda entre la población que tiene acceso a las divisas y que no pueden encontrar estos productos en las farmacias normales.
Un medicamento perdido de las boticas del pueblo (en CUP) es el Bálsamo de Schostacovsky, que las madres persiguen para enmendar el reflujo gástrico tan común en menores y lactantes. Si antes costaba unos 6CUC, ahora tiene un precio en el recién inaugurado establecimiento de casi 10MLC.
"¡Tremendo abuso!", dijo en la propia farmacia una madre con un bebé cargado, mientras sacaba cuentas y un pañuelo para secarse el sudor.
Los centros de prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS), adscritos al MINSAP, antiguamente entregaban preservativos para intentar frenar la proliferación del SIDA y otras variantes mortales. Hoy carecen totalmente de ellos. Tampoco se encuentran en las farmacias, cuya crisis ha sido incluso abordada por la prensa oficial. En los hostales, posadas y merenderos de la gastronomía solían venderse condones por apenas cinco centavos que, con la inflación, llegaron al valor de un peso.
Una pareja responsable que pretenda hoy no infectarse, o controlar su natalidad bajo acto soberano, tendrá que desembolsar casi 3MLC (multiplíquese por 180 pesos cada uno) para alcanzar tal objetivo.
Idéntica preocupación constituirá para enfermos diabéticos que hace meses no consiguen sus habituales cinco jeringuillas hipodérmicas desechables por el tarjetón. Tendrán que desembolsar a 0,68 por esta misma cantidad, lo que equivale a la mitad de una pensión mínima de jubilado.
En contraste con esta reaparición de materiales curativos y medicamentos impagables para la familia cubana, la empresa distribuidora de productos regulados en farmacias y boticas (dados en pesos cubanos), recién descargó toneladas de algunos de ellos en Caibarién, provenientes de la "reserva estatal", pero con fechas cercanas a la expiración.
En los últimos años, la población —desabastecida de todo lo esencial— pena por una cajita de Dipirona/Duralgina, el más usado y demandado de todos los bloqueadores del dolor. Hoy se redobla la angustia de los consumidores porque "se vencen este mismo mes", según han advertido los propios empleados, a las personas que corrieron a pedir recetas para poder alcanzar estos analgésicos básicos.
El Gobierno cubano admitió recientemente que no posee las materias primas para producir todos los medicamentos del cuadro básico porque en 2021 empleó el 50% de los recursos financieros y materiales para el desarrollo y producción de varias vacunas contra el Covid-19 y otros productos del protocolo sanitario.
En julio, la propia BioCubaFarma confirmó que en el primer semestre de 2022 estuvieron en falta más de 140 productos del cuadro básico de medicamentos en las farmacias y hospitales cubanos.
"Todo para vender" (en dólares, que es lo que les conviene a los jerarcas). Ese es el verdadero slogan del régimen actual.
Ah, pero el abuso no es con el pueblo. Es solamente con los que tienen que mandarle el dinero desde afuera al pueblo, o sea, la "diáspora," que hace mucho rato está para ser explotada sin pudor.
Los „logros de la revolución“