Ahora por los apagones y los salideros: continúa la crisis con el abasto de agua en La Habana

Los apagones y el aumento de los salideros complican ahora la situación del abasto de agua en La Habana, sobre todo en zonas como Aldabó, Alta Habana y otros barrios de Boyeros, un problema que se ha agravado en los últimos meses, pese a que la sequía ha cedido y los acuíferos de la provincia presentan una situación más favorable.

Rosaura Socarrás Ordaz, subdirectora de Operaciones de Aguas de La Habana, declaró al periódico oficial Tribuna de La Habana que solo el acuífero de Ariguanabo no ha aumentado su nivel por las lluvias, pero la capacidad de llenado aún resulta insuficiente "como para hacer desterrar las afectaciones que —en ciclos, horarios o por bajas presiones— viven (sobre todo en las zonas altas)" los residentes de La Lisa, Marianao y Playa.

En el caso de las cuencas Almendares-Vento, Jaruco y Cuenca Sur, encargadas del suministro a las localidades del centro, este y el sur de la capital, la estabilidad es un poco mejor, aunque los repartos que se abastecen desde la Planta de Filtros todavía presentan limitaciones, producto del ruinoso estado técnico que presenta la instalación.

Sin embargo, la interrupción de la corriente eléctrica, imprescindible para el bombeo, y otros imprevistos (salideros, roturas) traen asociados intermitencias y paros que nada tienen que ver con la falta de agua, y que en algunos lugares son muy acentuados, admitió la especialista.

Socarrás Ordaz dijo que en todos los casos "se trabaja para avanzar en la solución de los problemas e ir a prestaciones con una estabilidad superior". 

Según la funcionaria, se han suprimido salideros para aumentar las presiones; se ha entrelazado la Cuenca Sur con Ariguanabo, a fin de disminuir la sobreexplotación de esta última y acelerar su recuperación.

La subdirectora de operaciones de Aguas de La Habana dijo que se trabaja en el rescate de una planta de filtros y "de manera coordinada con las organizaciones básicas eléctricas, de los municipios y la provincia, para, en la medida de lo posible, minimizar los cortes del servicio por interrupciones del suministro de energía".

La Habana tuvo a inicios de año más de 150.000 personas afectados por la sequía, quienes se vieron obligados a recibir el agua por la vía de carros cisterna. Socarrás Ordaz dijo que la cifra hoy es de 30.000.

A fines de agosto, una cubana consiguió que la empresa estatal Aguas de La Habana enviara trabajadores a reparar una tubería rota desde hacía dos meses, tras varios días de denuncias y de derroche de agua.

En mayo pasado, el presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), Antonio Rodríguez Rodríguez, dijo en un programa Mesa Redonda, que los cubanos debían prepararse para una menor disponibilidad de agua, debido a "la disminución de la lluvia, con estimados alrededor de menos del 10% para el 2050 y menos del 20% para el 2100".

En esa Mesa Redonda también se conoció que alrededor de 300.000 personas en el país están afectadas por alguna rotura. "Estamos trabajando con la industria nacional y con las formas no estatales, produciendo piezas y accesorios para poder resolver los salideros y acometer los trabajos e inversiones", explicó Rodríguez Rodríguez.

A finales de abril pasado, la prensa oficial reconoció que los efectos de la intensa sequía afectaban ya el suministro de agua a más de 456.000 personas en la Isla, el 4% de la población, 102.405 solamente en la capital.