El régimen prohibió la entrada a Cuba al periodista, escritor y profesor estadounidense Anthony DePalma, quien después de un interrogatorio en el propio Aeropuerto Internacional José Martí fue montado en un vuelo hacia Miami y devuelto a Estados Unidos.
"Primera vez que regreso a Cuba desde la publicación de The Cubans (Cubanos, vidas ordinarias en tiempos extraordinarios), y no me permitieron entrar", publicó DePalma en sus redes sociales.
En el documento que compartió en su cuenta en Twitter, con la orden emitida por la Dirección de Inmigración y Extranjería, DePalma aparece como "no admisible de entrada al país" con fecha miércoles 8 de junio, el mismo día que fue devuelto a Miami en un vuelo a las 6:15 PM desde el aeropuerto de La Habana.
El ex corresponsal internacional del diario The New York Times, que ha viajado en varias oportunidades a Cuba en los últimos años, lamentó que no pudo hacer llegar esta vez a sus destinatarios medicamentos que llevaba.
"Nunca pude entregar las maletas de medicamentos que había traído para esos 'cubanos de vidas ordinarias' sobre las que había escrito en el libro", lamentó el escritor, quien en 2002 fue ganador de un Premio Pulitzer por Servicio Público.
"Es un giro desafortunado de los acontecimientos. No tanto para mí sino para las personas a las que estaba tratando de ayudar. Pero seguiré intentándolo", dijo DePalma en una respuesta a un comentario solidario en su propia publicación.
Según DePalma, los representantes del régimen cubano "parecen estar más preocupados que de costumbre a medida que nos acercamos a julio y la situación allí (en Cuba) empeora día a día".
"Tú sabes cómo funcionan estos tipos. Arbitrariamente, sin justificación, ni explicación. Pero lo que muestra es el temor, no el poder de ellos", dijo en otra respuesta.
Tras su expulsión y llegada a Miami, DePalma visitó a su amigo Jorge A. García, cuyo testimonio está incluido en su texto The Cubans. García, quien perdió a varios familiares en el hundimiento del remolcador 13 de Marzo en la bahía de La Habana el 13 de julio de 1994, denunció en su perfil de Facebook lo ocurrido al periodista.
"A su llegada al aeropuerto de Boyeros, y mientras mostraba su pasaporte y documentos legales de rigor, se le acercan dos oficiales de completo uniforme y le exigen que los acompañe hasta un cubículo y es interrogado. Luego de varias horas de tortura psicológica le comunican que no puede entrar a la Isla. Y que marcharía de regreso a los Estados Unidos en el próximo vuelo", relató.
Según García, en medio de temores, el periodista preguntó por sus maletas y le respondieron "no se preocupe que están a buen recaudo".
"Luego de varias horas de total abandono, vienen un par de oficiales y lo llevan en calidad de prisionero hasta el avión. Y las maletas quedaron al olvido. Las conclusiones o los comentarios de esta flagrante violación de los derechos humanos los dejo a cargo de ustedes", señaló.
Anthony DePalma tenía previsto ir a Guanabacoa a entregar las medicinas que llevaba. Ese municipio habanero es el centro de su libro y el pueblo natal de su esposa.
Para John Suárez, director del Centro para una Cuba Libre, se trata de una "terrible noticia, pero parte de una larga historia de intimidación a la prensa. Castigo por informar la noticia con precisión."
"Gary Marx, del Chicago Tribune; Stephen Gibbs, de la BBC, y César González-Calero, de El Universal de México, fueron expulsados en 2007 de Cuba por sus reportajes", recordó Suárez.
"No permitirle la entrada a Cuba enviará otro mensaje a los periodistas para autocensurarse más. La Habana quiere imponer un castigo ejemplarizante a la cobertura negativa. Deben pagar un costo. Hacer esto público es un primer paso", añadió.
De Palma es también autor de The Man Who Invented Fidel (2006), sobre el rol del periodista Herbert L. Matthews en el nacimiento del mito de Fidel Castro y el diferendo Cuba-Estados Unidos.
Esto es un cuento muy viejo y harto conocido. De Palma no puede ser ajeno a como funciona Aquella Mierda, pero posiblemente pensó que se portarían mejor con alguien del New York Times, ya que muy bien que ha servido el NYT a la "revolución."
ESO es para que los comuñangas del New York time aprendan los usan y los desechan roma paga a sus chivatos pero los desprecia , este gringo amo de seguro a esa letrina y ahora aprendió su lección.
¿Pero de dónde ha caído A. DePalma? Huele a búsqueda de publicidad, porque ingenuo no es. ¿A estas alturas, con el largo expediente represivo en el aeropuerto José Martí?