Según datos publicados recientemente por la Oficina Nacional de Información y Estadísticas (ONEI), las consultas externas de salud en Cuba se redujeron un 25% en 2020. La cifra constituye la más baja desde 2014. Tales datos reflejan una realidad similar a la del resto del mundo durante el primer año de la pandemia de Covid-19, con la única diferencia de que en Cuba los casos de coronavirus no se dispararon hasta 2021. Según los reportes oficiales del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), la pandemia estuvo bastante controlada en 2020.
Las autoridades cubanas anunciaron los tres primeros casos confirmados de Covid-19 el 11 de marzo de 2020. Se trataba de tres turistas italianos. Al día siguiente, se confirmó el primer caso de un ciudadano cubano, quien había llegado al país procedente de la ciudad italiana Milán.
Pese a la detección de esos casos y otros en los siguientes días, la empresa estatal cubana Havanatur invitó a los turistas extranjeros a visitar la Isla cuando la expansión del Covid-19 provocaba la prohibición de vuelos a diferentes destinos del mundo y la restricción del turismo.
Al verse obligado a cerrar fronteras y despedirse de filón de oro que había visto en el turismo, el Gobierno cubano decidió aprovechar la otra oportunidad que le brindaba la pandemia: la reactivación de la exportación de servicios médicos, que ha reconocido como su principal fuente de ingresos.
A la vez que enviaba personal de salud a otros países y hacía campaña por un Nobel de la Paz para la Brigada Henry Reeves, el régimen exhibía cifras de contagios y fallecidos que resultaban bajas en comparación con las del resto del mundo.
En mayo de 2020, cuando el régimen defendía la entrega del Nobel a sus misiones médicas, ya había enviado al exterior 25 brigadas compuestas por más de 2.000 médicos y otros profesionales de la salud.
Durante ese año, solo se confirmaron 12.056 casos positivos en Cuba, para un promedio de poco más de 1.200 al mes y unos 40 casos diarios.
Si los reportes diarios del MINSAP reflejaban la realidad, ¿por qué se redujeron las consultas externas en un 25%?
Los datos que publica la estatal ONEI ponen de manifiesto que, o bien los reportes MINSAP con cifras bajas de contagios eran falsos, o el régimen sacrificó las consultas externas de los cubanos para enviar a los profesionales de la salud al exterior y obtener ganancias —que no se invierten en el sistema de salud pública, como evidencia el estado de los hospitales y policlínicos donde recibe atención médica el pueblo—, o ambas cosas.
Tanto si es cierto que el número de casos de Covid-19 en 2020 era relativamente bajo, como si era falso, al pueblo de Cuba le tocó perder. En octubre de 2021, varios cubanos aquejados de enfermedades crónicas y familiares de pacientes con padecimientos graves, contaron a DIARIO DE CUBA que no habían recibido seguimiento para el cáncer ni consultas especializadas en más de un año.
"A la madre de mi esposo, hace tres años le diagnosticaron Alzheimer en Santa Clara y le dijeron que tenía que darle seguimiento el geriatra de Caibarién. Pero desde que empezó la pandemia no la ha visto el especialista, porque no están dando consultas especializadas", dijo en aquel momento a DIARIO DE CUBA Lidia, una cubana residente en Villa Clara
En marzo, el director de la televisión cubana Armando Arencibia Valhuerdi, quien recibía tratamiento por insuficiencia renal crónica en grado terminal en el Servicio de Nefrología del Hospital General Calixto García en La Habana, denunció el mal estado de los equipos empleados en el tratamiento, la escasez de insumos y la falta de personal de enfermería.
En una detallada publicación en Facebook, que luego fue borrada, Arencibia criticó que en el hospital faltaban "hierro, eritropoyetina, heparina, torundas de gasa o algodón, jeringuillas de determinado tamaño, paños estériles (esto no lo hay casi nunca), esparadrapo, otros medicamentos y antibióticos. Los guantes son reciclados y dan un solo par para el tratamiento completo de cada paciente, incluyendo el lavado de la máquina, lo que viola absolutamente todos los protocolos establecidos para la hemodiálisis en Cuba y en cualquier lugar del mundo".
De acuerdo a la publicación, no alcanzaban los enfermeros en el servicio de hemodiálisis del Calixto y se disminuía el tiempo del tratamiento.
"Más temprano que tarde, todos los pacientes de este servicio estaremos sub-dializados, pues no por gusto se hacen cálculos del tiempo de diálisis que necesita cada paciente", dijo.
Arencibia decidió recurrir a las redes sociales para quejarse de la situación en vez de dirigirse al Departamento de Atención a la Población del MINSAP porque "esa vía la intenté hace más de un año y no he recibido respuesta", afirmó.