"La pandemia ha sido un acelerador importante en el aumento de ciertos tipos de delitos como el robo, relacionados con la necesidad. Pondría entre comillas lo de necesidad, porque una cosa es robar pan, azúcar o plátanos, y otra muy diferente es robar una motocicleta", dice Vidal Romero, jefe del Departamento de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México, en entrevista con DIARIO DE CUBA.
"Los mercados negros también han crecido. En el caso de Cuba son mercados negros muy peculiares que en una democracia no existirían, como de azúcar, aceite y de taxis. La gente tiene necesidades básicas que alguien tendrá que satisfacer", explica Romero.
Otro crimen en el que hace énfasis es la violencia doméstica, que en Cuba encuentra caldo de cultivo en "las condiciones de hacinamiento, especialmente en La Habana, en donde se han ido reduciendo las casas disponibles y hay muchas personas viviendo en espacios que no son propios para el desarrollo de las familias. Esto no es algo que produjo la pandemia del Covid-19, son condiciones que ya estaban ahí y el coronavirus aceleró".
"Transversal a todo esto está la corrupción. Para que funcionen los mercados negros tiene que haber corrupción del Estado. Es decir, no se explica esto si no hay alguien dentro del Estado permitiéndolo. A la par del proceso de apertura económica que lleva a cabo Cuba se puede ir gestando lavado de dinero, contrabando y más corrupción al haber más recursos", dice Romero, quien aclara que esta apertura económica, y sobre todo política, es urgente para Cuba, "pero se debe llevar a cabo considerando problemas que ya experimentaron Europa del Este y Latinoamérica".
Preguntado sobre el silenciamiento del Gobierno cubano frente al aumento de la inseguridad en el país, Romero opina que "el papel de un Estado ante la inseguridad no es hacer sentir tranquila a la población, sino informarla y luego ya cada quien tomará sus medidas. En los países desarrollados como EEUU, Inglaterra y Alemania puedes acceder a mapas del crimen. Eso permite que los ciudadanos entiendan cuáles son sus riesgos, en dónde pueden poner un negocio, etcétera".
"El Gobierno cubano ha sido muy sistemático en no reportar datos del crimen; las últimas estadísticas oficiales son de 2016 y no reportan datos de robo, solo de homicidio (…) Es muy peculiar que los periódicos no tengan una sección de nota roja, que es lo común en todo el mundo, no hay forma de informarse sobre que está pasando. El Gobierno tiene el monopolio de esa información y ahí es donde las organizaciones independientes podrían colaborar mucho", opina Romero.
Para el catedrático, "el tema político ha eclipsado todo lo demás, entonces el día a día no se registra. Ahora tenemos un poco más de acceso por redes sociales, pero no es información sistematizada".
"Lo que vende el Gobierno cubano a los ciudadanos es que, a pesar de la escasez, se vive en paz. El día que esa bandera se caiga va a ser muy problemático. Eso tiene que venir desde medios independientes de una forma seria, un error sería politizarlo", concluye.