La hiperinflación continúa apretando el ya demasiado ajustado "collar" del pueblo cubano. "Estamos asfixiados", comenta angustiado René, un anciano carpintero de Mayarí, Holguín. "Tenemos parte de la casa con piso de tierra y el baño sin terminar, pero seguramente moriré antes de que pueda acabarlo".
"La bolsa de cemento está a 1.500 pesos, la arena a 600 pesos el metro cúbico, y la tira de cabilla de nueve metros a 1.000 pesos. ¡Un metro más de 110 pesos! Esto es de locos. Y lo demás lo venden en MLC (Moneda Libremente Convertible). Este país es un club para millonarios, no es para los pobres; hay que ser rico para vivir aquí", lamenta René.
"No tengo pensión y ya las fuerzas no me dan para mucho. Años atrás entregué la patente (de carpintero) porque me echaban muchas multas y no me dejaban trabajar, pero ahora no tengo ni jubilación", añade.
"Vivo con mi hija, que es ama de casa y madre soltera, y porque tengo dos hijos varones no me dan una ayuda social, aunque tengo 84 años. Siempre he sido un trabajador simple bajo este Gobierno y en el anterior (antes de 1959), pero entonces comía lo que me daba la gana y llegué a tener un camión. Ahora ni sé el tiempo que hace que no me como un pedacito de carne de puerco, que tanto me gusta".
Juana Segura, del barrio de Guayabo, se tuvo que mudar con su esposo inválido y sus dos hijos con limitaciones especiales a la casa que tiene en construcción, aun sin condiciones mínimas de habitabilidad, también debido a la falta de materiales de construcción y a la imposibilidad de pagar los que encuentra.
"Tengo un subsidio, pero llevan dos años sin vender casi nada en las tiendas de materiales (estatales), y en la calle los precios son de locos. La casa vieja se estaba cayendo y cogí miedo con la temporada ciclónica. Por eso inventé un techo (para la casa en construcción); tiene goteras, pero me siento más segura porque las paredes están fuertes", explica.
"Es un desastre lo de los subsidios. Primero me dijeron que era una placa (cubierta de hormigón armado), luego dijeron que me venderían fibro (tejas de fibrocemento). Pero, la verdad, ya ni sé, porque llevo como cuatro años en construcción y antes estuve más de cuatro luchando para que me lo aprobaran. Ojalá tenga vida para ver mi casita terminada, pero como veo la cosa, no tengo muchas esperanzas".
Los subsidios para ejecutar acciones constructivas en las viviendas son un programa gubernamental para supuestamente apoyar a núcleos vulnerables, y se otorgan con cargo al presupuesto del Estado. No obstante, debido a la crisis generalizada y el bajo poder adquisitivo de los salarios, la diferencia de solvencia económica entre una familia con derecho a un subsidio y otra que no califica es mínima, apenas significativa, por lo que muchos califican el programa como populista.
El caso de Idania es menos grave que los anteriores, pero igualmente dramático y sin solución. "Llevo años sin poder terminar mi baño, desde que mi hijo era pequeño y ya es un hombre, porque siempre han sido muy caros los materiales", relata.
"Estaba ahorrando para hacerlo, pero en eso vino la Tarea Ordenamiento y el dinerito que tenía se volvió nada delante de los precios. Ahora todo es en MLC y, por lo que veo, no hay esperanza de nada. Creo que jamás tendré un baño decente", dice con pesar.
En lo que va de año, la crisis general del sistema cubano ha llegado a límites insostenibles, que provocan un agobio inhumano para el pueblo. Los precios siempre en alza de productos cada vez más escasos, y de primera necesidad, hacen de la vida un calvario. Los más sensibles son los alimentos, medicamentos, ropa y calzado, pero alcanza todos los aspectos de la vida, incluyendo los materiales de construcción.
Pero la Mariela " moco pegao"remodelo su casa en Atabey,su hostal de 7 habitaciones, su sobrino el " Cangrejo " adquirió gratuitamente la vivienda de le exembajador de España.El espia "cabeza de piña" se construye nueva mansión,ya que parece la otra le quedaba chica.No se olviden el día 1 ro de Enero de dar vivas a la revolución en su nuevo aniversario...