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Política

El desprecio a los opositores y la criminalización de las protestas pacíficas

Ya sabemos lo que viene: mítines en centros de trabajo, escuelas y organizaciones apéndices del PCC, en los que los participantes repetirán las manidas consignas de sus gobernantes.

La Habana
Manifestación pública frente al Capitolio de La Habana, 11 de julio de 2021.
Manifestación pública frente al Capitolio de La Habana, 11 de julio de 2021. Reuters

Los actuales gobernantes cubanos, al parecer, han olvidado las posibilidades que tuvo Fidel Castro, cuando era un opositor al Gobierno de Fulgencio Batista, para expresar sus puntos de vista a través  de algunos medios de difusión de la República. Ello aconteció, entre otros, en la revista Bohemia, que dirigía Miguel Ángel Quevedo, y en la emisora radial COCO, al mando de Guido García Inclán.

En cambio, esa actitud tolerante hacia lo diferente en el plano ideológico se halla totalmente reñida con la manera de actuar de la maquinaria castrista de poder, que como auténtica muestra de totalitarismo cierra todos los espacios de participación a la sociedad civil.  

Semejante proceder, que se inició desde el mismo arribo al gobierno de los barbudos de la Sierra Maestra, se ha puesto de manifiesto una vez más por estos días a raíz de la notificación hecha por algunos opositores para realizar una marcha cívica y pacífica en aras del establecimiento de cambios democráticos en la isla.

El editorial aparecido en el periódico Granma, en su edición del miércoles 13 de octubre,  contiene todo tipo de insultos y descalificaciones hacia los organizadores de la referida marcha. Desde acusaciones de "recibir dinero del imperio para, bajo la falsa bandera del pacifismo, provocar nuevos disturbios, generar caos e inducir la desestabilización del país", hasta de tildar la marcha de "canalla acción anexionista que sirve al enemigo histórico de la nación cubana en su plan de fracturarnos y dividirnos para vencernos".

El castrismo no ha tenido en cuenta el hecho de que la notificación de la realización de la marcha se llevara a cabo en los marcos de la propia Constitución de la República, en especial de su Artículo 56, que reconoce los derechos de reunión, manifestación y asociación de las personas con fines lícitos y pacíficos.

Como respuesta, las autoridades esgrimieron el Artículo 45 que limita el derecho de las personas ante supuestos derechos de los demás a la seguridad colectiva, el bienestar general y el orden público. Además no podía faltar ese engendro jurídico que establece la irrevocabilidad del actual sistema político imperante en el país.  

Como vemos, nos hallamos frente a una Constitución tramposa, que convierte en letra muerta sus postulados debido al manejo arbitrario que de ellos hacen los gobernantes. Una Constitución que cada día pierde credibilidad ante los ojos de la población.

Y, por supuesto, tampoco podía faltar ese otro mecanismo de desprecio a los opositores que consiste en ignorar sus identidades. Ya lo había puesto en práctica el periodista oficialista Pedro de la Hoz, cuando arremetió, sin mencionar sus nombres, contra los autores del video "De Cuba soy", y los participantes en la canción "Patria y Vida", al ser nominada esta para los Premios Granmy Latinos.

Ahora el editorial de Granma no menciona el nombre del dramaturgo Yunior García Aguilera, el principal organizador de la marcha, sino que únicamente refiere que "Uno de sus promotores ha sido formado en cursos auspiciados por la fundación derechista argentina CADAL, universidades estadounidenses y tanques pensantes cono el Fondo Carniege para la Paz Internacional".   

En cambio, el editorial sí menciona los nombres de los congresistas Marco Rubio, Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar como simpatizantes de la marcha. Claro, todo en el sucio intento de hacer ver que la marcha tiene la marca made in USA,  y no responde a los más legítimos intereses de la sociedad cubana.

Después de esto ya sabemos lo que viene. Mítines en centros de trabajo, escuelas y organizaciones apéndices del Partido Comunista, en los cuales a los participantes no les quedará más remedio que repetir las manidas consignas de sus gobernantes.

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2 comentarios

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Es que la marcha ya aconteció, simbólicamente, cuando Yunior García Aguilera y otros hicieron la convocatoria y establecieron los motivos y los fines de la marcha. Y pueda que los desgobernantes cubanos tengan éxito en evitar la marcha el dia 15 de noviembre, pero mientras sigan desoyendo los justos reclamos de una "minoría" importante del pueblo cubano, la marcha se hará al otro dia o el proximo 11 de julio, o cualquier otro dia, espontánea o no, convocada por Yunior otra vez, o por otro. Oigan al pueblo y hagan lo que este está exigiendo. Es la única manera de evitar que algún día el pueblo reclame las calles de forma violenta.

La Mafia, que todo lo dice al revés, le llama minoría a la mayoría.