En Santiago de Cuba hay 'almacenes de gente' con Covid-19, reconoce el Partido Comunista

En lo que pareció un arranque de "honestidad", Lázaro Expósito, primer secretario del Partido Comunista en Santiago de Cuba, reconoció que en la provincia los centros para personas con Covid-19 parecen más bien "almacenes de gente".

Expósito dijo que las autoridades no van a permitir "más almacenes de gente, como dolorosamente ha ocurrido en algunos centros de aislamiento y hospitalización".

A juzgar por sus declaraciones, las autoridades admiten el desastre y aplicarán en la "fase de recuperación" medidas que debieron implementar en las etapas de mayor gravedad de la crisis sanitaria.

"Decidimos crear equipos integrados por funcionarios del Partido y el Gobierno a nivel provincial, que visitarán la zona roja de los hospitales (…) para conocer de primera mano las dificultades e insatisfacciones de los pacientes y el personal médico y de apoyo", dijo el funcionario, confirmando uno de los problemas que denuncian los ciudadanos en las redes sociales, la distancia entre los dirigentes y la realidad.

Grupos similares serán enviados con carácter permanente al Laboratorio de Biología Molecular, inaugurado como modelo de análisis clínicos de última generación, pero que en la práctica se comporta como ejemplo de violación de los protocolos, falta de destreza y contaminación de los PCR.

Durante los 18 meses de la pandemia, los santiagueros se han quejado del desorden y falta de sensibilidad en la atención a los enfermos y en los servicios necrológicos.

Para cambiar esa imagen, Expósito prometió crear consultas de Infecciones Respiratorias Agudas, abrir un centro para pacientes con neumonía, mejorar la alimentación y ampliar las capacidades de hospitalización con instalaciones del Partido y del Gobierno, que hasta ahora no habían sido utilizadas pese a que al resto de los organismos se le exigió que pusieran a disposición las suyas.

Otras acciones van dirigidas a completar el personal de los centros asistenciales y el nivel primario de salud. Muchos consultorios están vacíos porque los médicos y las enfermeras son explotados en el extranjero.

El Gobierno no escucha a sus asesores

La gobernadora, Beatriz Johnson Urrutia, ordenó por su parte la apertura gradual de los servicios gastronómicos, la actividad bancaria, los procesos jurídicos y de transporte público, pese a que el doctor Eugenio Valdés, jefe del Grupo de Asesores del Consejo de Defensa Provincial, consideró errónea y precipitada la decisión.

Durante un panel informativo transmitido por Tele Turquino, la intendente abogó por reanudar los servicios luego de una ligera mejoría en los indicadores de la pandemia, mientras que el profesor Valdés consideró que acelerar la apertura, además de imprudente, pone en peligro el cuadro epidemiológico de un territorio que mantiene aún colapsadas las morgues, los hospitales y las funerarias.

"Indiscutiblemente, el Covid-19 es un serio problema de salud. Sin temor a equivocarme el más serio que hemos tenido que enfrentar en los últimos 60 años", sentenció el experto.

Según su evaluación, "ni la epidemia de dengue de 1977, donde casi el 45% de la población padeció la enfermedad, ni la de dengue hemorrágico de 1981, en la que se diagnosticaron 300.000 casos y 158 fallecidos, de ellos 102 niños", se acercan a la devastación provocada por el coronavirus.

Recordó que en otras etapas "unos 50.000 cubanos fueron afectados por la neuropatía epidémica" y otros miles se enfrentaron a epidemias de conjuntivitis hemorrágicas, cólera, ehpatitis, zika y chikungunya; sin embargo, "ninguna se había extendido tanto, ni provocado tanto daño como la de Covid-19".  

Según sus estadísticas, hasta el 15 de agosto de 2021 en Santiago de Cuba se registraban 59.242 casos confirmados de Covid-19 y 456 defunciones.

La situación se agravó porque entre el 16 de agosto al 27 de septiembre se reportaron otros 19.076 pacientes positivos y fallecieron 234 personas.

Ese panorama confirma que el Gobierno impone la normalidad en momentos en que la provincia acumula 78.318 contagiados, 690 muertos y no logra contener la propagación de las cepas más virulentas.

Mientras los políticos llegan tarde a la solución de los problemas, la nueva "normalidad" dispara las tensiones de las familias de menos ingresos, que enfrentan —con más sacrificios que éxito— los irracionales precios de la Tarea Ordenamiento.

En Santiago de Cuba los gastronómicos que trabajan para el Estado se incorporan al trabajo, pero no encuentran solución al desabastecimiento, la escasez y los apagones que anulan el funcionamiento en las más de 200 unidades del territorio.

Paladares, bares y cafeterías privados disponen de los recursos, pero todavía no les permiten comenzar sus operaciones y se mantienen bajo el acoso de los inspectores, que unas veces los extorsionan y otras los multan para guardar la forma ante el Gobierno.

Los porteadores privados se ahogan en sus protestas. La Policía solo permite dos pasajeros en los autos y menos de diez en los camiones.Trabajar así no compensa el gasto de combustible, el precio que se puede cobrar por el pasaje y los impuestoG.

En bancos, supermercados y tiendas en MLC siguen las colas kilométricas, que solo se esquivan sobornando a los organizadores: los representantes del MININT, el Gobierno y las llamadas organizaciones de masas.

Las carnicerías y los puntos de gas son prácticamente inservibles. Las primeras, porque nunca ofertan productos. Los segundos, porque las ventas de una semana, bien pudieran realizarlas en un par de horas.