Un grupo de 346 profesionales cubanos de la salud, integrantes del contingente internacional de médicos especializados en el enfrentamiento a desastres y graves epidemias Henry Reeve, regresó de Qatar en la madrugada del domingo, donde trabajaron en el frente del Covid-19 durante casi un año y medio, publicó el periódico oficial Granma a modo de crónica edulcorada.
"¡Bienvenidos a la Patria!", les dijo, mediante videomensaje, el gobernante Miguel Díaz-Canel, quien calificó de "ejemplar y eficiente" la labor de los galenos.
Durante 16 meses, los especialistas cubanos enfrentaron la emergencia generada por el Covid-19 en Qatar, donde trabajaron en los hospitales de Al Wakra, Hazen Mubairek, Ras Laffan, Mesaied, y en uno de campaña, emplazado en la zona industrial.
Según el medio oficial, atendieron a 153.952 pacientes y salvaron la vida a 3.411 personas.
Tras la cuarentena establecida, los médicos cubanos serán incorporados a frente del coronavirus en la Isla, que pasa por sus peores momentos.
"Llegan a Cuba con total disposición para, luego de la cuarentena, contener el goce del reencuentro familiar y sumarse, en cambio, a la batalla campal que libra el país contra el azote del coronavirus", escribió Granma.
Un reportaje del diario británico The Guardian en 2019 reveló que un acuerdo secreto entre el Gobierno cubano y las autoridades de Qatar permitió que La Habana quedarse con el 90% de los salarios que sus médicos recibían en Qatar.
Según fuentes vinculadas a la instalación hospitalaria donde trabajaban entonces los profesionales de la Isla en ese país del Golfo Pérsico, los médicos cubanos recibían alrededor de 1.000 dólares al mes, lo que equivale a un 10% de lo que otros profesionales extranjeros ganaban en cualquier hospital del Gobierno qatarí.
La Habana mantiene en estricto secreto el funcionamiento de las ventas de sus "servicios de salud", por los que solo en 2018 obtuvo alrededor de 6.400 millones de dólares, de acuerdo con cifras oficiales.
El régimen cubano y sus "misiones médicas internacionalistas" han estado en el foco de varias denuncias. Como resultado, EEUU ha tomado medidas para sancionar lo que Washington y participantes de las propias misiones han calificado de "explotación y esclavitud moderna".
Un médico que abandonó la propia misión en Qatar dijo a The Guardian: "me sentí como un esclavo" al descubrir que los otros doctores del país ganaban mayores salarios. "Estábamos haciendo la misma labor y ganando menos que ellos", aseguró.
Una de las razones por las cuales los cubanos aceptan el programa es porque, aún con las sumas que les quita el Gobierno, Qatar es un sitio lucrativo para los médicos de la Isla.
Los médicos cubanos aseguraron que sus familiares pueden visitarlos en Qatar, pero no quedarse acompañándolos. Esa estrategia permite, según los críticos de las "misiones", impedir las "deserciones" de los profesionales, pues el Gobierno cubano impone a quienes las abandonan una sanción de ocho años como mínimo para permitirles regresar a Cuba.
"Usan lo que más aman para hacerlos pensar dos veces antes de abandonarlas. Es cruel e inhumano, inconstitucional y contra la ley internacional", dijo Annarella O’Mahony, miembro del grupo No Somos Desertores, integrado por cientos de doctores exiliados.
Un doctor del hospital qatarí que abandonó la "misión" afirmó conocer de otros 16 que siguieron sus pasos. Pese a estar separado de su familia en Cuba, dijo no sentir arrepentimiento. "Cuando hablo por teléfono con mi madre le digo que, a pesar de todas las dificultades y del dolor, lo haría otra vez. Nunca volveré a Cuba. No hay futuro allá".