Los voceros del régimen intentan hacer ver que entre las razones de las colas está que los cubanos tienen dinero para comprar. No dicen, sin embargo, que los habaneros —por ejemplo— hacen filas durante dos o tres días, aunque no haya productos para vender, solo por la esperanza de que "llegue algo".
"Las colas no son porque los cubanos tengan dinero, sino porque deben comprar cualquier producto que llegue en medio de la escasez generalizada en la Isla", afirma desde La Habana el periodista de DIARIO DE CUBA Jorge Enrique Rodríguez, quien comenta en directo a través de nuestra página de Facebook la situación actual en el país.
Tras las largas horas de cola, puede que cuando les toque comprar los habaneros solo encuentren ya un producto de los tres que la tienda tenía en venta. A esto se añade que solo pueden comprar en sus municipios de residencia y una vez por semana, pues en cada tienda es obligatorio mostrar el carnet de identidad, el cual es escaneado e incluido en una base de datos.
Los trabajadores son los más perjudicados: después de la jornada laboral es prácticamente imposible alcanzar cualquier producto en las tiendas.
El problema es que mientras la familia Castro - Espín - López Calleja siga acaparando dólares, comida, vacunas y demás, las colas van a seguir y se tornarán un problema sanitario para el país, que ya lo es. Lo cierto es que ahora son más inseguras todas, porque como el Gobierno cubano no se quiere gastar los 42 millones de dólares que le costaría vacunar a todo el pueblo de Cuba, van a exterminar a todo ese mismo pueblo en menos de lo que canta un gallo. Pueblo que se junta en estos sitios a menos de 1 metro de distancia.