Pasar el Covid-19 en casa y pagando los medicamentos 'por la izquierda': la solución de muchos cubanos

La pandemia del Covid-19 ha puesto de rodillas al publicitado sistema de salud pública cubano. Con el auge de casos que experimenta el país desde inicios de junio y el consiguiente colapso de hospitales y centros de aislamiento, las autoridades han decidido enviar a muchos casos positivos al virus a sus viviendas, pero para muchos esto supone un calvario.

"A mí me dijeron que el nuevo protocolo dice que a los cinco días del primer positivo, si estamos bien, nos vamos para la casa aunque no nos hayan realizado el PCR o no estén los resultados", contó a DIARIO DE CUBA Raisa González, quien estuvo ingresada en el centro de aislamiento creado en Holguín dentro de la Filial de Ciencias Médicas de Ciudad Jardín.

González agregó que los médicos que la atienden le informaron que no tienen pruebas PCR para aplicar, ni test de antígenos, ni interferón para los casos allí recluidos.

La propia paciente contó que junto a sus compañeros de trabajo forma parte de un grupo de WhatsApp donde "se cuentan cosas muy tristes". "Ayer un vecino de una compañera de trabajo se complicó en el hospital y murió porque no había oxígeno", refirió, sin ofrecer detalles.

La directora provincial de Salud de Holguín, Katia María Ochoa, reconoció al periódico oficial ¡Ahora! que ese territorio afronta en julio "la situación más compleja de toda la pandemia, con 8.814 casos autóctonos en 29 días" y 73 fallecidos reconocidos oficialmente, 53 de ellos en la ciudad cabecera, un incremento del 386,6% con respecto a junio.

La situación de Holguín trasciende también en las redes. El cineasta cubano Rafael de Jesús Ramírez pidió ayuda para su familia en esa ciudad oriental. "Mi padre dio positivo al Covid hace varios días y lo enviaron a la casa. Mi tío se encuentra con una tos muy fuerte y hasta la fecha no había test rápidos y por tanto no le administran nasalferón. En el policlínico NO LO AUSCULTAN. En esa casa viven también dos niños y una anciana", narró en su muro de Facebook.

Según Ramírez, le urge conseguir azitromicina, prednisona, vitamina A y vitamina D para que sus familiares puedan tratarse en casa.

Medicarse en casa tiene un precio

"La gente no quiere ir al centro de aislamiento, ni siquiera a un hospital. Conozco a muchos que tienen tremendo catarro, pérdida de olfato y otros síntomas, y están en su casa tratándose con remedios caseros. La gente está prefiriendo quedarse en su casa antes que ir a un centro de aislamiento", aseguró desde La Habana el reportero de DIARIO DE CUBA Gerónimo García.

Según el periodista, ante esta situación, la azitromicina se ha convertido en el antibiótico más buscado por los cubanos. Las colas en las farmacias duran hasta tres días cuando llega ese medicamento, usado habitualmente para tratar la neumonía y tuberculosis, y recetado en la Isla para cuadros entre leves y moderados del nuevo coronavirus.

Las farmacias cubanas ofertan el estuche de tres tabletas al precio de 34 pesos. Pero cuando surten esos establecimientos a inicios de mes, literalmente vuela. Así que no queda más remedio que buscarlo "por la izquierda"; o sea, en el mercado negro.

"En el mercado negro, me dicen mis fuentes, no lo encuentras por menos de 500 pesos (20 dólares al cambio oficial)", apunta García.

Los medicamentos de este tipo, así como analgésicos y varios antibióticos, están por ello entre los surtidos más codiciados por los cubanos que recurren a las "mulas", quienes los están importando sobre todo de Rusia.

Una mínima revisión del sitio de compraventas online Revolico.com permite advertir los precios que tienen hoy esos fármacos. La tirilla de Dipirona o Duralgina oscila allí entre los 123 y los 500 pesos (entre 12 y 20 dólares); el blíster de tres tabletas de Azitromicina aparece a 700 pesos (29 dólares).

No obstante, una fuente que habló con DIARIO DE CUBA desde Morón, Ciego de Ávila, contó que llegó a pagar 500 pesos por una sola tableta de ese antibiótico. O sea, 1.500 pesos (62 dólares) el tratamiento de tres píldoras.

En ese municipio, vinculado al polo turístico de Jardines del Rey, donde está ubicado Cayo Coco, la tirilla de 12 píldoras ha llegado a costar 6.000 pesos (250 dólares).

La búsqueda desesperada de medicamentos deficitarios llega incluso a incluir fármacos de uso intrahospitalario.

"650 pesos, urgente, compro Rocephin, pago bien y lo busco donde sea", pide un llamado publicado por una persona que se identifica como Joe en Revolico.

En esa plataforma, en la última semana el precio para ese antibiótico de amplio espectro, que se aplica a pacientes con infecciones graves, oscila entre 500 y 550 pesos el bulbo. 

Los cubanos no solo compran esos medicamentos cuando resultan positivos al Covid-19. Muchos, refieren personas consultadas por esta redacción, los adquieren y almacenan para estar preparados en caso de que les toque tener que usarlos ellos o sus familiares.

"Imagínate: si no hay test, no hay PCR, no hay interferón, lo mejor es ni ir al médico. Porque más bien te puedes complicar con otra variante del Covid y entonces sí que te jodes", comentó Raisa González, quien asegura que prefiere automedicarse que volver al centro de aislamiento holguinero de Ciudad Jardín, donde estuvo recluida.