Los casos de ancianos cubanos que renuncian a la alimentación en los comedores sociales siguen en aumento tras la arrancada de la Tarea Ordenamiento y la subida de los precios decretada por las autoridades.
Aunque el Ministerio de Comercio Interior dice que el Sistema de Atención a la Familia (SAF), en el que se agrupan estos comedores, "está concebido para complementar la alimentación a adultos mayores, personas con discapacidad, embarazadas con alto riesgo y casos sociales críticos, con insuficiencia de ingresos y carentes de familiares obligados en condiciones de prestar ayuda", lo cierto es que son muchos los casos que dependen enteramente de estos alimentos para el sustento diario.
Julio H. López Escasena, administrador del SAF Sombrillitas de Ciego de Ávila, dijo que al periódico Invasor que su local tiene censados 98 comensales, pero "a raíz de la Tarea Ordenamiento se ha producido una disminución de la asistencia por los altos precios de los menús de almuerzo y comida, los cuales rondan entre los 10 y 13 pesos".
"Ellos alegan que aún son muy altos estos precios, teniendo en cuenta lo que perciben de salarios o pensiones", dijo.
Según la mensajera Marlene Díaz Carmenate, encargada de llevar los menús, "sus clientes están satisfechos con el servicio porque los alimentos tienen buena calidad".
Otro mensajero se ha quedado con solo un cliente.
"Tenía dos y el pasado sábado uno de ellos renunció", dijo.
"No le alcanza el dinero para pagar almuerzo y comida. El del sábado se lo regalé yo, se lo dejé, porque es un viejito que vive en unas condiciones que para qué", afirmó al medio oficial.
"Son más de 20 pesos diarios en las dos comidas. Saca la cuenta por 30 días, lo que les queda es un remanente", añadió el mensajero.
López dijo que está "a la espera de un cuarto listado de precios" que emitan las autoridades.
El reportaje del periódico pasó por alto el testimonio de los afectados.
A Bárbaro Martínez le "gustaría ver el seguimiento que hace el trabajador social que atiende a los que dejan de adquirir el alimento".
"¿Se visitan? ¿Qué solución se da? Nuestra sociedad no puede mirar hacia el otro lado. ¿Qué dicen los que determinaron la cuantía de la chequera y los precios de estos comedores? Son muchas las interrogantes, ¿y mientras?", cuestionó Martínez en un comentario en la web oficial de Invasor.
A finales de enero jubilados cubanos entrevistados por el medio oficial Periódico26 de Las Tunas se quejaron de la calidad y los nuevos precios de los alimentos de los comedores sociales inscritos dentro del SAF.
Las Tunas también experimentó una reducción considerable de los comensales adscritos a esta modalidad desde que inició enero.
Como parte de la llamada Tarea Ordenamiento, la pensión mínima subió apenas a 1.528 pesos, mientras el salario mínimo a 2.100 pesos. En ambos casos, los ingresos siguen siendo insuficientes para cubrir los gastos en Cuba por la subida de los precios, tanto estatales como privados.
Los jubilados cubanos, muchos de ellos ancianos con enfermedades crónicas, tienen que pagar otro tanto en medicamentos, muchos de los cuales también han elevado sus precios.
El „Ordenamiento“ en un país que no produce nada y sin ninguna competividad económica sería un disparate surrealista, si no fuera que es un patraña para que la emigración termine manteniendo a la parentela en Cuba y de paso financien el Lamborghini de Sandro.