DIARIO DE CUBA ha publicado varios casos de presuntas negligencias médicas, algunos de los cuales han terminado con el fallecimiento de pacientes, incluidos niños. En Cuba, como en otros países, quienes han sido afectados por una negligencia de este tipo pueden denunciarlas... pero el Estado se lo pondrá difícil.
La víctima o sus familiares, en caso de que la persona fallezca, deben interponer una denuncia en la Policía. A partir de ahí, se activa una Comisión Médica que dictamina si se violaron o no las reglas de la praxis médica en la atención brindada al paciente. Pero la decisión final sobre la responsabilidad penal corresponde a un tribunal.
La denuncia no será contra el hospital, sino contra personas específicas: médicos o enfermeros. Según el Código Penal, la responsabilidad penal es exigible a las personas jurídicas cuando se trate de las cooperativas, las sociedades y asociaciones constituidas de conformidad con los requisitos establecidos en las leyes, pero no es aplicable a una entidad del Estado.
Los cubanos hemos visto en películas extranjeras que las víctimas de negligencia médica o sus familiares, si la persona fallece, pueden obtener una compensación económica.
En España, por ejemplo, en enero de 2020 fue noticia la indemnización histórica de 5,5 millones de euros que recibió una niña de ocho años llamada Paula, a quien una negligencia médica dejó tetrapléjica.
Ninguna cantidad de dinero puede subsanar un daño irreversible a la salud o la pérdida de un ser querido. Pero sí puede hacer la vida un poco más llevadera a los afectados. Pagar una indemnización es además una forma de demostrar un grado de respeto por la salud y la vida de las personas.
¿Qué sucede en Cuba? ¿Si se determina que hubo responsabilidad penal, pueden la víctima o sus familiares recibir una compensación económica?
Sí. El Artículo 82 del Código Civil establece que quien "causa ilícitamente daño o perjuicio a otro está obligado a resarcirlo". Este resarcimiento comprende la restitución del bien, la reparación del daño material, la indemnización del perjuicio y la reparación del daño moral, según el Artículo 83.
En la práctica, a la víctima no se le compensa el daño material que ha sufrido hasta que se determina la responsabilidad penal. Cuando esta queda establecida, se le reintegra el dinero que gastó en curación, medicamentos y alimentación especial, así como una cantidad que compense la pérdida o disminución de ingresos salariales. Esos gastos deben demostrarse con documentos para recibir la indemnización. Esta se paga a través de la Caja de Resarcimiento, que luego la cobra a los sancionados. Estos pueden ser uno o varios médicos o enfermeros.
¿Y si usted era una bailarina o una deportista de alto rendimiento con un futuro prometedor frustrado por la negligencia médica? ¿Y si, producto de esa mala praxis, se convierte en dependiente de su familia o vecinos? Las indemnizaciones en Cuba no cubren ninguno de estos perjuicios y solo se pagan en moneda nacional. Si usted percibía ingresos en divisa y puede demostrarlo, le pagarían el equivalente en pesos cubanos, según la tasa de cambio oficial: 1 USD X 24 pesos.
Si el daño causado por la negligencia médica es permanente, por ejemplo, la pérdida de una pierna, y usted queda incapacitado para continuar trabajando, la Seguridad Social le pagará una pensión igual a la que recibiría de haber perdido la extremidad en un accidente. No hay diferencia entre quedar inválido por una situación de la que nadie es responsable y ser víctima de un error o un descuido en un hospital.
Si el resultado es la muerte del paciente, la responsabilidad civil cubre los gastos funerarios y las pensiones alimenticias de los descendientes menores de edad. Estas pensiones, como todas las que se pagan en Cuba, no alcanzan para subsistir.
Esto sucede porque a las víctimas no pueden contratar un abogado. Las representa la Fiscalía, que también ejerce en representación del Estado en las acciones judiciales que correspondan conforme a la legislación vigente, de ahí que vele porque la Caja de Resarcimiento, perteneciente al Estado, no deba desembolsar una cantidad demasiado alta.
Para algunos podría resultar injusto que en un país donde la salud es gratuita y el Estado asume todos los gastos de los enfermos, también deba compensarlos económicamente en caso de negligencia. Pero en otros países las víctimas de negligencia médica tienen derecho a ser indemnizadas por daños y perjuicios tanto en la salud privada como en la pública.
En Cuba no hay salud privada… ni gratuita. La salud es pública y no la costean los bolsillos de los gobernantes, sino el presupuesto estatal. A ese presupuesto contribuyen todos los trabajadores cubanos: los del sector privado con el pago de sus impuestos; los del sector estatal con la parte del salario que dejan de percibir.
Siempre ha existido una relación entre los bajos salarios que cobran los cubanos y esa salud gratuita. La Constitución actual lo reconoce. Según el Artículo 31, correspondiente a los fundamentos económicos, "la remuneración con arreglo al trabajo aportado se complementa con la satisfacción equitativa y gratuita de servicios sociales universales y otras prestaciones y beneficios".
Esos servicios sociales universales supuestamente gratuitos que reciben los cubanos son la salud y la educación.
Además, los colaboradores cubanos que cumplen misión en el extranjero contribuyen a ese presupuesto con el 75% o el 90% que les quita el Estado del dinero que pagan por ellos en concepto de salarios los países receptores de la colaboración.
El Estado cubano reconoce que la exportación de servicios profesionales es su principal fuente de ingresos. El exministro cubano de Economía José Luis Rodríguez afirmaba en un artículo publicado en 2017, que "el mercado de exportación de fuerza de trabajo calificada se ha mantenido en los últimos años como la base de los mayores ingresos en divisas del país, aportando un estimado de 11.543 millones de dólares como promedio anual entre 2011 y 2015".
La ilusión de que en Cuba la salud es gratuita mantiene a la ciudadanía en la creencia de estar en deuda con la Revolución, y de que solo en el socialismo pueden ir a un hospital sin preocuparse por el dinero. Si le deben su atención médica al "generoso" Estado cubano, no pueden pensar en exigirle compensaciones económicas justas en caso de que por alguna "infeliz casualidad" ellos o sus familias sean víctimas de una negligencia médica.
¡ Qué m¡erda de país !
Sin parlamento, oposición legal, prensa libre ni Estado de derecho, ¿qué denuncia sobre medicamentos o sobre el copón divino puede prosperar? Solo cuando la gente se ha tirado para la calle sucede algo, y por supuesto, nada radical. Allá se vive de curita en curita de mercurocromo.