La nonagenaria cantante Omara Portuondo recibió del gobernante Miguel Díaz-Canel el distintivo que la acredita como Heroína del Trabajo de la República de Cuba, una condición que el Gobierno entregó este año a 13 personas, según publicó el diario oficial Granma.
En una ceremonia en el salón El Laguito, adonde acudió la plana mayor del régimen, además de Portuondo, fueron condecorados como Héroes y Heroínas del Trabajo, José Ramón Vázquez Garriga, Leonel Hernández Pérez, Pastor Castell-Florit Serrate, Jorge Berlanga Acosta, Bartolomé Arce Hidalgo, Esther María La O Ochoa, Gilberto Jorge Prieto Pérez, Juan Gualberto Guede Pérez, Digna Milagros Morales Molina, José Ovelio Pérez Sarduy, Alexis Díaz Ortiz y Eddy Nemesio Pérez González.
La Diva del Buenavista Social Club, que ha recibido numerosos premios de las autoridades cubanas, fue una de las firmantes, en 2003, del "Mensaje desde La Habana a los amigos que están lejos", en el que un grupo de intelectuales y artistas justificó el encarcelamiento de 75 disidentes y el fusilamiento de tres hombres que secuestraron una embarcación de pasajeros para intentar dirigirla a EEUU.
En el mismo acto fueron entregadas también la Orden Lázaro Peña de I y III Grado a 15 científicos y cuatro entidades recibieron la Medalla Hazaña Laboral: el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnológica (CIGB), el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), el Contingente Henry Reeve y el Instituto Finlay de Vacunas (IFV).
Vicente Vérez Bencomo, director general del IFV, también premiado con la Orden Lázaro Peña de I Grado, destacó que los honores recibidos constituyen el homenaje al compromiso y la entrega de los cientos de trabajadores del Instituto, que han dedicado horas a la creación de más de un fármaco contra el Covid-19.
Según Granma, "distinguir a estos destacados exponentes de la cultura, el deporte, la ciencia, la salud pública, la educación y los sectores obreros, entre otros, representa un impulso moral para las nuevas generaciones de cubanos que los tienen como referentes".
En la nueva tarea de ordenamiento del régimen debieran hacer algo con ella. Es una falta de respeto que siga torturando a la gente con sus canciones ladillosas.
Díaz-Canel no cabe en el traje,además ha echado unas nalgas que compiten con la de Liz Cuesta.
Qué dure muchos años más esta señora. A la falta de medicinas en Cuba, escucharla cantar es la mejor alternativa para aliviar el estreñimiento.
Eso sí, no excederse porque puede causar diarrea.