Recién estrenado el año en que cumplirá nueve décadas, Omara Portuondo interrumpió varias veces su multitudinario concierto-homenaje la noche de este domingo, en medio de canciones que aludían a "últimas veces", para aclarar que no será su caso.
La "novia del filin", como se le conoce en Cuba, tomó por asalto el Teatro Nacional de La Habana en el concierto de clausura del 35 Festival Jazz Plaza, y lo hizo desde una cómoda butaca, en la que se movió varias veces al compás de la música y demostró que la potencia de su voz sigue intacta.
Tuvo un maestro de ceremonias de lujo: el afamado jazzista Roberto Fonseca, quien dirigió el homenaje e hizo al público contener el aliento con sus impresionantes ejecuciones al piano.
Fonseca ha acompañado a la cantante en los últimos meses como director artístico de su gira "El último beso", con el que han recorrido juntos escenarios de tres continentes.
"La más sexi, la más caliente, la inigualable, la única, la original de Cuba, ¡la señorita Omara Portuondo!", arrancó Fonseca ante un auditorio deseoso de escuchar a una de las leyendas vivas de la música cubana.
Vestida de turquesa, negro y dorado y con su característico pañuelo rematado en una gran lazada sobre la cabeza, la Portuondo estrenó el escenario con "Drume negrita" y siguió con "Adiós, felicidad". Más adelante, en "La última noche que pasé contigo" empezó con su declaración de intenciones.
"¡Serán muchas noches más!", exclamó la artista, que no dudó en levantarse de la butaca, contonear el cuerpo al ritmo de la música y dejarse caer de nuevo en el asiento con un suspiro.
Sin dejar de pedir al público con insistencia que la acompañara, la casi nonagenaria artista desgranó clásicos del bolero y el son cubano como "Dos gardenias", "Lágrimas negras" o "Por eso yo soy cubana".
En el concierto, Omara también interpretó otros temas habituales de su repertorio, entre ellos "Veinte años" y "Tal vez", pero la apoteosis llegó con "Quizás, quizás, quizás", que cantó a dúo con Cimafunk, un joven artista que se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas en Cuba y con una presencia creciente en la escena internacional.
Lo de Omara es de fenómeno de circo. Patético.