Nerviosa, la Cancillería de Cuba intenta vincular al Movimiento San Isidro con acciones terroristas

El régimen cubano acusó el lunes a EEUU de injerencia en sus asuntos internos y reiteró que los activistas del Movimiento San Isidro y otros huelguistas que los secundaron en su protesta son un producto de la subversión de la Administración estadounidense en Cuba.

El director general de EEUU en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, que acudió el lunes al Noticiero Nacional de la Televisión, intentó vincular a los manifestantes de San Isidro con acciones terroristas y subversivas.

Durante más de una semana, un grupo de activistas del movimiento y otros que lo respaldan permaneció plantado, varios de ellos en huelga de hambre y de sed, en la sede de la calle Damas 955, de La Habana Vieja. El jueves pasado fuerzas del régimen disfrazadas de médicos los desalojaron a la fuerza.

El reporte retomó una conferencia de prensa ofrecida por el titular del MINREX, Bruno Rodríguez Parrilla, este lunes, en la que aseguró que su Gobierno no tolerará la injerencia "flagrante e inaceptable" de EEUU en sus asuntos internos.

Rodríguez Parrilla hizo referencia a las visitas realizadas por el encargado de negocios de la Embajada en La Habana, Timothy Zúñiga-Brown, a los manifestantes de San Isidro, con quienes se solidarizó después de que se declararan en huelga de hambre tras la condena del músico contestario Denis Solís a ocho meses de prisión.

Sobre este asunto, Fernández de Cossío acusó a Zúñiga-Brown de inmiscuirse en cuestiones internas del país. Recordó una reciente reunión a la que convocó al funcionario para "recordarle" que los diplomáticos estadounidenses "deben comportarse conforme a las reglas que rigen a los diplomáticos de todos los países hacia donde van".

El NTV respaldó las declaraciones de Fernández de Cossío con imágenes de video que muestran a Zúñiga-Brown cuando intentaba llegar a la vivienda donde reside el rapero Maykel Castillo, para preocuparse por su estado de salud, muy débil por los efectos de la huelga de hambre que inició el pasado 18 de noviembre.

"(…) Se estaba produciendo una provocación política por parte de un grupo de individuos", dijo el diplomático cubano, en lo que insistió en calificar como "farsa de San Isidro con fines de desestabilización".

"Eso lo sabía el Gobierno de EEUU y lo sabía porque el Gobierno es partícipe de esos actos, son personas que reciben instrucciones de EEUU y algunos reciben financiamiento y eso es una violación", reiteró en su discurso oficial.

Para el director de EEUU del MINREX, el hecho de que el diplomático estadounidense condujera en su auto hasta la casa de Castillo a los activistas Anamely Ramos y Héctor Luis Valdés Cocho es "una violación y una intromisión en los asuntos internos".

También acusó al periodista Carlos Manuel Álvarez, quien llegó el martes pasado de EEUU, de violar los protocolos sanitarios contra el coronavirus al ingreso al país y afirmó que "se dirigió directamente a San Isidro" y "expuso a infección potencial a todo el grupo". 

Sin embargo, pasó por alto que, tras el desalojo de la sede del MSI en La Habana Vieja, los manifestantes fueron arrestados por la policía política, que los mantuvo en camiones y los liberó horas después. 

Tampoco mencionó que Luis Manuel Otero Alcántara, a quien la Seguridad del Estado impidió volver a su domicilio —sede del movimiento—, fue hospitalizado en contra de su voluntad después de mantenerlo dando vueltas en una patrulla por toda la ciudad.

Según el funcionario cubano, el encargado de negocios estadounidense no fue al barrio San Isidro para auxiliar ni ayudar a los activistas, sino para dar órdenes.

Negó que los activistas fueran "objeto de maltrato, peligro o amenaza alguna". Mantuvo silencio sobre el acoso y la férrea vigilancia que mantiene la Seguridad del Estado sobre las viviendas de estas personas tras los hechos del fin de semana.

Insistió en que los activistas son "un producto de la actividad subversiva de EEUU en Cuba" y los acusó de estar "desafiando la autoridad en Cuba y la tranquilidad política en el país".

El NTV sacó imágenes de archivo de la visita que realizara la anterior encargada de negocios de EEUU, Mara Tekach, a la finca de Omara Ruiz Urquiola, una de las activistas plantadas (no en huelga) en San Isidro, y su hermano Ariel, en el Valle de Viñales.

Según el conductor de la entrevista, otra prueba de los vínculos del grupo con EEUU fue una reunión que sostuvo Otero Alcántara con Tekach, parte del intenso monitoreo de la Seguridad del Estado sobre el artista independiente.

El periodista mostró publicaciones de redes sociales que invitan a cometer acciones terroristas contra patrullas y camiones de la policía, y las tiendas en divisas en Cuba, a cambio de sumas en dólares, pero ninguna de las publicaciones citadas, hechas supuestamente desde EEUU, muestra vínculos de los huelguistas de San Isidro con acciones violentas o subversivas.

Acerca de las imágenes, Fernández de Cossío aseguró que las autoridades de EEUU conocen que hay individuos en ese país que están orientando y ofreciendo pagos para que se comentan actos violentos y terroristas en Cuba. Sin embargo, no ofreció ninguna prueba de tal acusación.

El lunes, en declaraciones a DIARIO DE CUBA, Michel Matos, vocero del Movimiento San Isidro, negó la relación del grupo con ciertos llamados a emprender acciones violentas que circulan en la Isla.

El MSI no acepta "ni vamos a participar en ningún tipo de llamado a la violencia", dijo. Esto último, en referencia a acciones vandálicas contra tiendas en dólares de los militares cubanos.

Matos rechazó el uso de etiquetas del movimiento para llamar a vandalizar esas tiendas. "El que no nos acompañe en este discurso, que no nos acompañe", pidió.

"El Gobierno tiene una oportunidad única de dialogar con los que discrepan de su filosofía. Estamos buscando libertad, concordia, prosperidad y también la soberanía de Cuba. El Gobierno tiene la obligación de escuchar, de entender, aunque no tenga la obligación de hacer lo que le piden", señaló.