El Movimiento San Isidro (MSI) fue fundado en 2018 a raíz de la campaña contra el Decreto 349 por un pequeño grupo de artistas y activistas entre los que se encontró Michel Matos, Yasser Castellanos, Verónica Vega, Sandor Pérez Pita, Iris Ruiz, Luis Manuel Otero Alcántara y Yanelys Núñez.
Iris Ruiz, una de las fundadoras del grupo, declaró a DIARIO DE CUBA que el nombre se le puso luego de que el 11 de agosto de 2018 las autoridades reprimieran violentamente un concierto llamado "Sin Permiso" en la sede del Museo de la Disidencia, en Damas 955.
"Los vecinos ese día entendieron que nos estaban reprimiendo y salieron a la calle, enfrentaron a la Policía y a la Seguridad del Estado, repudiaron la violencia policial y lograron bajar de adentro de la patrulla a Amaury Pacheco", contó Ruiz, quien agregó que como homenaje a ese acto le pusieron al movimiento el nombre del barrio de San Isidro.
"No queríamos que fuera un centro, un grupo, sino un movimiento, para que dentro de él pudieran participar la mayor cantidad de personas, de experiencias, de valores y de ideologías posibles. No es una identidad jerárquica, sino una especie de oleaje", agregó.
Entre los primeros integrantes del grupo estaba el artista Nonardo Perea, representante de la comunidad LGBTI, el poeta Abu Duyanah Tamayo, miembro de la comunidad musulmana en Cuba y el músico Sandor Pérez, de la comunidad rastafari. También había raperos, poetas, artistas plásticos, intelectuales.
La primera misión del MSI ha sido desde su inicio proteger, defender y promover los derechos culturales, artísticos y civiles, específicamente la libertad de expresión, creación y difusión del arte y la cultura en Cuba, con el propósito de lograr una sociedad de valores democráticos.
En el acta fundacional del MSI los firmantes se definen como "un movimiento, y por lo tanto una unión". Agregan que el ataque a uno de ellos "es un ataque al conjunto", al que responderán para hacer valer su derecho a la existencia como creadores y a la defensa de sus intereses como colectivo.
También señalan como uno de sus objetivos "dentro del diálogo y la postura cívica (…) solicitar se revise la Política Cultural vigente, su andamiaje de leyes e instituciones y las potestades de sus funcionarios, que interfieren y restringen la libre y espontánea creación en cualquier esfera dentro de la sociedad".
La curadora Yanelys Núñez, fundadora del MSI, afirmó a DIARIO DE CUBA que es "una plataforma flexible que nació en la sede del Museo de la Disidencia, un espacio de diálogo, discusión y encuentro entre diversas posturas políticas, que van desde el oficialismo hasta la oposición, incluyendo a toda la franja intermedia".
"Desde la propia base del MSI está el tema del diálogo. Nuestro objetivo es dentro del diálogo y la postura cívica encontrar un canal abierto con las instituciones porque nosotros existimos y necesitamos un status legal para vivir de manera independiente, pagar nuestros impuestos, pero sin la imposición de una política cultural a nuestro trabajo", agregó Núñez.
"No es un movimiento donde los miembros pagan una cuota, ni se hacen grandes asambleas. Es un grupo de personas que se han ido nucleando y trabajan con alianzas con otros artistas y activistas", añadió la curadora.
El crítico de arte cubano Andrés Isaac Santana calificó al MSI como "una performance nacional que gestiona, en beneficio de la soberanía, la desobediencia civil y el nuevo contrato de relaciones sociales anclado en el bien común" en un texto publicado en Hypermedia Magazine.
"Promueven una masa de gestos críticos poderosos centrados en el cuerpo y en la voz entendidos como los nodos fundamentales de una narración libertaria que asume lo contestatario y lo confesional a manera de reacción afectiva con las circunstancias inmediatas; también con la historia", agregó el estudioso.
Sobre la fuerte campaña de descrédito que han desarrollado las autoridades cubanas hacia el MSI Yanelys Núñez señaló que no es algo nuevo, pues ya una parte de sus miembros lo ha sufrido anteriormente tras la fundación del Museo de la Disidencia o la realización de la #00Bienal.
Luis Manuel Otero, coordinador del MSI y una de sus figuras más conocidas, ha sido víctima de más de 30 arrestos en los últimos tres años. Maykel Castillo, también conocido como Maykel Osorbo, fue condenado a un año y seis meses de prisión en 2019 tras un concierto ofrecido en la Madriguera en el cual protestó abiertamente contra el Decreto 349.
La organización Amnistía Internacional ha denunciado en más de una ocasión el acoso a los miembros del MSI, lo cual han señalado que "pone de manifiesto la represión constante que ejerce Cuba contra los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de expresión".