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Agricultura

El Ministerio cubano de la Agricultura trabaja por la victoria del marabú

¿Algún día comprenderán las autoridades cubanas que la agricultura se hace en el surco y no en un buró? Un análisis de la nueva "política para la mecanización".

La Habana
Un campesino cubano prepara la tierra para sembrar.
Un campesino cubano prepara la tierra para sembrar. AP

El Ministerio de la Agricultura (MINAG) dio a conocer en conferencia de prensa este 24 de noviembre la política para la mecanización, el riego, el drenaje agrícola y el abasto de agua a los animales. La normativa, publicada en la Gaceta Oficial No. 83/2020, pretende concentrar las disposiciones jurídicas relativas a esas cuatro actividades para mejorar el uso de la infraestructura hidráulica y los equipos agropecuarios.

Las normas son tan precisas —y por ello restrictivas— que dictan incluso cómo será la "organización de las áreas de trabajo de los talleres de las unidades productoras", o "los procedimientos para la organización, operación y mantenimiento de los sistemas de riego, drenaje agrícola y abasto de agua a los animales, y las regulaciones referentes a la calidad del agua, eficiencia y las normas netas de riego". ¿Será que 61 años de cabezazos por intentar organizar todo desde arriba no son suficientes?

En Cuba hay más de 230 presas y 627 micropresas —en 1959 habían solo 13, pero había comida—, lo que potencialmente permitiría el riego de hasta un 35% del área cultivable del país, pero por falta y deterioro de equipamiento solo el 7,4% de esta superficie es regada.

Esto denota que, aparte de desregulaciones —no nuevas normativas—, el campo cubano necesita muchísima inversión, que solo puede ser extranjera. Sin embargo, la resolución especifica que el financiamiento para los equipos puede ser por "créditos bancarios, donativos o colaboración extranjera"; la inversión ni se menciona.

Una parte muy llamativa del Decreto —por lo que reconoce— es la que dice que "el MINAG responsabiliza a las estructuras empresariales por la capacitación técnica, planificación de inversiones para elevar la eficiencia de los sistemas de riego y abasto de agua, y de la continua actualización a sus usuarios de las normas técnicas, instrucciones y regulaciones que se dicten, y también la elaboración de los balances de áreas bajo riego y la organización y control del uso del agua".

Lo anterior significa que las comunes funciones de los empresarios adecuándose a los incentivos y castigos del mercado no funcionan para la empresa estatal socialista —precisamente lo que sus críticos siempre han señalado—, por lo que, para cumplir la función de administrar del modo más eficiente posible el equipamiento que posee, debe hacerlo bajo responsabilidad legal, por coacción y no por interés propio. Como el socialismo no produce zanahorias, hay que hacer constante uso del palo.

Por otra parte, la tecnología, que a lo largo de la historia ha sido la piedra angular de los aumentos de productividad, precisamente lo que más necesita Cuba —un agricultor francés produce 30 veces más en cantidad y 25 veces más en valor que uno cubano— queda centralizada. Ni cooperativas ni campesinos, muchísimo menos los inexistentes inversores extranjeros podrán importar tractores, cosechadoras, regadíos sin una certificación ministerial. El MINAG será el que hará las "pruebas estatales y la validación del equipamiento antes de introducir las nuevas tecnologías".

En este sentido, Rodovaldo López, director de Mecanización, Riego y Drenaje del MINAG, comentó que "algo novedoso es la autorización para que los campesinos puedan adquirir tractores". Eso sí, siempre que "la superficie agrícola que gestionen lo justifique económicamente". Tendrán que ser de "alto rendimiento". Como siempre, decide el Gobierno en qué puede gastarse su dinero el cubano.

Por cierto, ¿que sea "novedad" la autorización para que los campesinos puedan adquirir tractores será la razón por la que una libra de tomate cuesta 60 pesos... cuando hay?

Además, tampoco todo el que "justifique" su deseo de tener un tractor podrá obtenerlo aunque haya ahorrado para ello. Las importaciones del MINAG no se harán según la demanda nacional y las necesidades de los agricultores, sino "a partir del plan aprobado por el Ministerio de Economía y Planificación"

¡Pero qué no cunda el desánimo!, para suplir la falta de tracción mecánica —que no es algo que a Díaz-Canel le preocupe, hace pocos meses decía que "no hace daño usar la tracción animal"— el MINAG "concentrará tractores, cosechadoras autopropulsadas y otras máquinas agrícolas de alto rendimiento en unidades prestadoras de servicios a la base productiva", organizados en "pelotones para la explotación de maquinaria" en "agregado tractor/máquina–implementos agrícolas eficientes energéticamente". Asunto resuelto.

Las medidas necesarias para que la agricultura cubana sea tan eficiente como era antes del triunfo de la Revolución son tan concretas y conocidas, incluso obvias, que se hace doloroso, sino cansino, ver que dedican un enorme y bello edificio en la ciudad —construido antes de la Revolución, por supuesto— como madriguera del MINAG, para que desde allí, legiones de tecnócratas con doctorados sigan legislando a favor del marabú.

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4 comentarios

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Profile picture for user many124

COMPAÑEROS
VAMOS A CAMBIARLO TODO PARA QUE TODO SIGA IGUAL

Profile picture for user Peña Tico

Con 15 o 20 reuniones para discutir planes y directivas
se llenan los mercados

Hay yuntas de bueyes y yuntas de carneros. Es un experimento en la agricultura único en el mundo.