¿Podría ocurrir un sismo de gran magnitud en Cuba?

Nueve meses después de la ocurrencia del terremoto de mayor magnitud registrado por el Servicio Sismológico Nacional de Cuba, el pasado 28 de enero, los científicos continúan estudiando el evento, pues consideran que podría ser el catalizador de un sismo más fuerte en el futuro, reveló un reporte del periódico Sierra Maestra.

El doctor Enrique Arango Arias, jefe del Servicio Sismológico nacional, afirmó que no existen precedentes de un terremoto de magnitud semejante a los 7.7 grados en la escala Richter detectados al suroeste de Cuba a inicios de año.

"Este fenómeno fue interesante porque todavía está teniendo réplicas, como es lógico; sin embargo, hubo un tramo cercano a la ruptura del epicentro que no tuvo, situación que es para los sismólogos muy importante, porque se trata de una zona de fallas que ha manifestado un gap sísmico, es decir, una ausencia de terremotos en un periodo largo y eso nos puede permitir estudiar la zona de falla que tenemos más cerca y establecer una analogía del comportamiento para saber si es posible que tengamos un terremoto fuerte en los próximos días, meses o años", afirmó el especialista.

Sin embargo, Arango Arias señaló que, aunque actualmente el fenómeno se mantiene bajo investigación, el comportamiento de las fallas más la historia cíclica de los sismos dan muestras de que podría ocurrir un fuerte terremoto en Cuba, pero la fecha es imposible de determinar.

"Desde enero hasta septiembre de este año se han registrado en el territorio nacional y sus alrededores unos 4.700 sismos de diferentes magnitudes, cifra que supera considerablemente los anteriores (2017, 2018 y 2019), y aún no ha terminado el año", agregó.

"Por eso estamos haciendo este análisis, para ver si ha comenzado un ciclo sísmico de actividad en Cuba importante, aunque hay que recordar que la actividad no es por año, sino por ciclos de periodos que abarcan varios años, no es como la meteorología que cada año tiene su temporada ciclónica (…) la sismicidad es por período de acumulación y liberación de energía y en eso se basa el estudio para conocer si ya iniciamos un período de liberación que ha sido acumulada durante años", continuó.

"Para esto nos ayuda el registro sismológico de las estaciones y el registro en GPS (Sistema de Posicionamiento Global), por eso presentamos en nuestra investigación varias aristas como el deslizamiento de los puntos GPS, la energía que se liberó en ese punto y el vector de desplazamiento", indicó.

A finales de 2019 un grupo de expertos cubanos advirtió que los pocos terremotos perceptibles que tuvieron lugar en la Isla desde 2016 podrían ser interpretados como una "acumulación silenciosa" de energía sísmica, que podría resultar en la ocurrencia de un severo terremoto.

Los expertos analizaron los lugares más sensibles, donde podrían producirse mayores afectaciones en caso de terremoto, como son el puerto de Santiago de Cuba y el Aeropuerto Internacional de la ciudad.

Aunque la gran mayoría de los cubanos no parecen preocupados por los sismos, los habitantes del sur oriental tienen otra percepción de riesgo sobre el problema, debido a que es allí donde se producen la mayoría de los "temblores de tierra", como suelen denominar a estos fenómenos.

El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas precisó en un estudio que Santiago de Cuba está ubicado muy cerca a la falla de Oriente, que limita las fronteras de las placas tectónicas de Norteamérica y el Caribe. "Los terremotos fuertes que se han registrado en Cuba han ocurrido a lo largo de esta frontera de placa tectónica", explicaron.

Los más recientes movimientos telúricos perceptibles en la Isla tuvieron lugar en Santiago de Cuba y Granma a inicios de septiembre, cuando el Servicio Sismológico Nacional detectó un sismo de magnitud 3,5 en la escala de Richter.

Hasta el momento han ocurrido 25 temblores de tierra en Cuba en lo que va de 2020.