Incomunicación de decenas de poblados y averías al Sistema Electroenergético Nacional están entre los principales daños provocados por la tormenta tropical Zeta en la Sierra Maestra y en el litoral de la provincia de Santiago de Cuba.
Miriam Teresita Llanes, jefa del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, confirmó en el Noticiero de Televisión que en las localidades de Chivirico, cabecera del municipio costero de Guama, y Ocujal del Turquino, en la base de la mayor elevación de la Isla, se reportaron precipitaciones superiores a los 150 milímetros, en menos de 24 horas.
Según Radio Coral, "la persistencia de las lluvias en el Caribe Occidental mantiene aislados y a oscuras a casi todos los asentamientos y enclaves intrincados del principal macizo montañoso de la Isla, donde están asentados unos 34.000 campesinos".
La crecida de los ríos afectó el tendido eléctrico, acentúa las inundaciones, dañó las comunicaciones y complejiza las penurias de las familias, ahora presas del abandono y al amparo de sus limitadas posibilidades.
Las comunidades de Madrugón, Uvero, Malverde del Turquino, El Mulato, Palma Mocha, La Plata y La Alcarraza están entre las más perjudicadas por la tormenta tropical número 28 de la actual temporada, que debe convertirse en huracán en las próximas horas.
La fuerza de arrastre de los 35 ríos y 22 afluentes que desembocan al mar en esa región ha dañado cultivos y propiedades privadas, pues el escurrimiento superficial de las aguas en el área es de unos 840 millones de metros cúbicos anuales, cifra que se logra con facilidad cuando ocurren estos fenómenos hidrometeorológicos, consigna un reporte de la emisora local.
La situación empeora por la depauperada situación de la carretera Granma, que enlaza a muchos de los poblados de esa franja costera y hace más de una década tiene inhabilitados al menos siete de sus puentes, incluidos los de Peladero y La Magdalena, que son el más largo del país y el más alto de la Sierra Maestra, respectivamente.
Este domingo por la tarde noche llovía a cántaros en la ciudad de Santiago de Cuba y sus zonas bajas quedaron completamente anegadas, lo que empeora el cuadro higiénico epidemiológico del territorio, signado por el dengue y otras enfermedades.