La corporación CIMEX, perteneciente a los militares cubanos, publicó una nota en sus redes sociales denunciando el plagio de la marca de café Cubita por una empresa de Estados Unidos que lo vende también en Canadá, respondiendo así a las críticas recibidas porque el mencionado producto se comercializa a menor precio en dichos países que en Cuba.
La polémica inició semanas atrás con la publicación de una imagen en las redes sociales en la que se puede observar que un paquete del café cubano cuesta en Canadá el equivalente a 0,74USD mientras en los mercados en divisas de la Isla su precio ronda los 14,45USD.
Sin embargo, en su respuesta, CIMEX no menciona la abismal diferencia de precio entre los productos, pues se limita a señalar que "desde hace varias semanas circula en redes sociales la venta de plagios y falsificaciones vendidos online por uno de los gigantes del comercio electrónico", aunque tampoco específica a cuál "gigante" se refiere.
La nota agrega que en un primer momento el producto "falsificado" fue vendido en mercados de la ciudad de Miami, pero luego se encontró también en Canadá, país al que la Isla exporta el producto original.
"En Canadá se comercializan envases de 230, 250, 460 y 1.000 gramos de café tostado, molido y en grano", señala la nota, que explica que "todos los envases, independientemente del gramaje, responden al mismo diseño, con un formato vertical y con el sello de la empresa que los comercializa de manera exclusiva y el sello que caracteriza a los productos 100% cubanos".
La publicación, en la que la corporación cubana alerta a sus clientes "con el objetivo de que sean capaces de reconocer la marca original y no se vean afectados por el vil plagio" fue acompañada de dos imágenes que muestran el producto original y el falsificado.
No obstante, la principal pregunta que se hicieron los usuarios cubanos se refería al alto costo del producto en la Isla, donde además escasea significativamente el café en los últimos tiempos, y un recipiente de Cubita cuesta aproximadamente la mitad del salario promedio de los trabajadores.
Un usuario identificado como Yasmany Sánchez Bonelly contestó a CIMEX en la propia publicación que a pesar de ser "aclaratoria la nota", le da la sensación de que está dirigida "a los consumidores norteamericanos para que sepan diferenciar el plagio del original, y esa no es la cuestión".
"La incertidumbre del cubano es que se venda ese café en tantos países del mundo y a un precio casi de risa mientras que aquí en el país dueño de la marca se toma chícharo por café, si de casualidad te encuentras con un paquete Cubita en las tiendas es a un precio de otra galaxia para nada comparable con los precios al que se lo vendemos a los consumidores del resto del mundo", agregó.
Otra usuaria llamada Lucía María les pidió que se olviden del café de Canadá, pues el tema es "dónde hay café en Cuba", y agregó la polémica no se refería a "que el café estuviera en Canadá, sino al precio que tenía".
Otros, como Ton Pérez Guevara, preguntaron a CIMEX acerca de "¿qué acción legal van a emprender contra esas empresas que comercializan y distribuyen ese café falso? ¿O será que es un pretexto para desviar la atención?".
En los últimos días han sido muchos los cubanos que han mostrado su preocupación por la escasez de café en el país. Un usuario de Facebook llamado Enrique Luis Durán publicó imágenes el pasado 1 de octubre en las que se observa una larga cola en las afueras del Meliá Cohíba para comprar el producto.
¡Bando de mafiosos descarados que desgobiernan en Cuba y explotan al maltrecho pueblo cubano!
Uno de los más asquerosas infamias de la dictadura castrofascista ha sido forzar al pueblo a consumir chícharos (guisantes o alverjas en otros países) tostados en un país que produce un buen café en las fincas de la Sierra Maestra, para exportar toda esa cosecha y seguir enriqueciendo las arcas de la familia Castro. Fui testigo de que se consideraba contrabando el que los dueños de esas fincas transportaran algo de su propio café fuera de Oriente, así fuese para sus familiares en otra provincia, en vez de vender toda la producción al gobierno.