Aproximadamente el 16% de los nacimientos que tuvieron lugar en Cuba durante el pasado 2019 correspondieron a madres menores de 20 años de edad, lo que representa una tasa de fecundidad adolescente de 52,3 nacimientos por cada 1.000 jóvenes de entre 15 y 19 años, reveló una nota del diario oficial Juventud Rebelde.
Además, tres de cada diez niños fallecidos en la Isla con menos de un año de edad era hijo de una adolescente, y sus muertes se deben mayormente a complicaciones en el embarazo, el parto o después del nacimiento, o porque los pequeños, a pesar de las vacunas, son más propensos a enfermarse.
De acuerdo con Matilde Molina, la subdirectora del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, no hay un único factor que explique la elevada tasa de fecundidad en esa franja etaria, pero se identifica un patrón según el cual "las adolescentes negras, con bajos niveles socio-económicos, no vinculadas al estudio y trabajo y sin vínculo conyugal, son más vulnerables a presentar embarazos tempranos".
Por otra parte, Francisca Cruz, responsable del Grupo de Trabajo para la salud adolescente del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP), señaló que la mortalidad materna en las adolescentes es baja, aunque no ofreció datos concretos.
"La mayoría de las adolescentes que fallecen durante el parto tienen una condición de salud asociada y muchas veces no cumplen con los tratamientos previos para controlar estas condiciones", agregó Cruz.
Las estadísticas cubanas indican que el el 57,8% de estas muchachas abandonan los estudios del 7mo. al 9no. grado, mientas solo el 25% alcanza el nivel preuniversitario. La mayor parte, que representa un 84,1%, se desempeña como ama de casa.
Esto trae como consecuencia, reconoció Matilde Molina, que la mayoría de las adolescentes con hijos no tienen autonomía física, política, económica y en la toma de decisiones, tanto antes como después del parto. Además, una gran parte enfrenta el embarazo y la maternidad sin el padre de la criatura, pues muchas de las uniones se rompen incluso antes del término de la gestación, sobre todo en el grupo de 12 a 14 años.
A finales de 2019 fue el propio MINSAP quien alertó sobre el incremento de los casos de embarazos en adolescentes en la Isla, lo que calificaron como "una creciente preocupación y ocupación" de la entidad en "su prevención y la minimización del negativo impacto en el orden social, educativo y de salud".
De acuerdo con el reporte publicado por las autoridades sanitarias, "el embarazo en adolescentes había registrado una tendencia a la disminución entre 1994 y 2005, de 60 a 44.9 nacimientos por cada 1.000 mujeres entre 15 y 19 años", pero en los últimos tiempos se ha vuelto a incrementar, alcanzando la actual tasa de 52,3 por cada 1.000, superior al promedio mundial, de 49, y al de países desarrollados como España, donde la tasa es de 13,44.
La fecundidad en menores de 15 años, señaló la entidad, representa unos 400 nacimientos anuales, y las cinco provincias orientales junto a Camagüey registran los valores más elevados de nacimientos por cada 1.000 muchachas de entre 15 y 19 años, muy por encima de la media nacional en 2017: Granma (66.6), Las Tunas (66.3), Holguín (65.5) Santiago de Cuba (62.3), Guantánamo (64.6), y Camagüey (63.2).
Entre los factores que explican esa problemática, el MINSAP señala el poco uso de métodos anticonceptivos, las barreras en el acceso a los servicios de Salud Sexual y Reproductiva, marcadas por "obstáculos asociados al ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y los desafíos y brechas de género, unido a aspectos de carácter social, cultural, informativo y comunicacional".
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